TESTIMONIO DE JAVI, UNO DE LOS CONFIRMADOS Hola Dios: En primer lugar, me gustaria saber cómo estas, y cómo se encuentran mis abuelos Paco y Juan en el cielo. Yo estoy súper-emocionado porque el pasado domingo 30 noviembre hice la Confirmación y por lo tanto recibí el don del Espíritu Santo; para seguir el camino de Jesús. El domingo 30 de noviembre fue muy especial para mí ya que nos confirmamos doce personas, entre ellas algunas estudian en el centro del IES Cruce de Arinaga, y ademas estaba rodeado de mis seres queridos y/o familiares, párrocos Suso y Juan María, el obispo Francisco, y mis catequistas. Da la casualidad de que mis catequistas son mis padrinos a la vez je je. Ellos son Paco Guedes; como catequista, padrino... y Pili; como catequista, madrina y tía. Así fue y mi ilusión se hizo realidad. Todo esto no hubiese sido posible sin tu ayuda, Dios. Paco Guedes se encontró con mi tía Pili una vez en la misa de todos los domingos en Arinaga y le comentó que él estaba empezando a dar catequesis de Confirmación a un gran grupo de chicos/as jóvenes y le propuso a mi tía que diera las catequesis con él. Mi tía aceptó su propuesta. Después de que esto sucediera, nos lo comentó a mí y mi abuela. Yo pensaba que creer en tí y ser buen cristiano, era una pérdida de tiempo ya que hice la 1°Comunión porque todo el mundo la hacía y por mis padres y no por decisión mía. Al cabo de unos años, le propuse entrar en el grupo de catequesis que mantenían Paco y Pili. A partir de ahí, fui convenciéndome de que no era una pérdida de tiempo conocerte y por ello, me siento orgulloso. Llevo cinco años en este grupo de Confirmación y he aprendido mucho sobre usted y he adquirido valores morales en general. He de decir que me llevo muchas amistades buenas. Muchas gracias por todo. Un gran abrazo de tu amigo Javi
Hace tiempo al estar en mi casa, siendo como las 11:00 de la noche, recibí la llamada telefónica de un muy buen amigo mío. Me dio mucho gusto su llamada y lo primero que me preguntó fue: ¿cómo estas? Y sin saber porqué le contesté: "solísimo".
¿Quieres que hbemo? Le respondí que sí y me dijo: ¿quieres que vaya a tu casa? Y respondí que sí. Colgó el teléfono y en menos de quince minutos él ya estaba tocando a mi puerta.
Yo empecé y hablé por horas y horas, de todo, de mi trabajo, de mi familia, de mi novia, de mis deudas, y él atento siempre, me escuchó. Se nos hizo de día, yo estaba totalmente cansado mentalmente, me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara y que me apoyara y me hiciera ver mis errores, me sentía muy a gusto y cuando él notó que yo ya me encontraba mejor, me dijo: bueno, pues me retiro tengo que ir a trabajar.
Yo me sorprendí y le dije: pero por qué no me habías dicho que tenias que ir a trabajar, mira la hora que es, no dormiste nada, te quité tu tiempo toda la noche. El sonrió y me dijo: no hay problema para eso estamos los amigos. Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así.
Lo acompañé a la puerta de mi casa... y cuando él caminaba hacia su automóvil le grité desde lejos: oye amigo, y a todo esto, ¿por qué llamaste anoche tan tarde? El regresó y me dijo en voz baja… es que te quería dar una noticia... y le pregunté: ¿qué pasó? Y me dijo...fui al doctor y me dice que mis días están contados, tengo un tumor cerebral, no se puede operar, y sólo me queda esperar... yo me quedé mudo...él me sonrió y me dijo: que tengas un buen día amigo... se dio la vuelta y se fue...
Pasó un buen rato para cuando asimilé la situación y me pregunté una y otra vez, por qué cuando él me preguntó ¿cómo estás? me olvidé de él y sólo hablé de mi. Cómo tuvo la fuerza de sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación?...esto es increíble.
Desde entonces mi vida ha cambiado, suelo ser mas crítico con mis problemas y suelo disfrutar más de las cosas buenas de la vida, ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero. Por ejemplo él todavía vive y procuro disfrutar más el tiempo que convivimos y hablamos, sigo disfrutando de sus chistes, de su locura, de su seriedad, de su sabiduría, de su temple, de mi amigo...
"No hay amor mas grande que dar la vida por los amigos". Cristo.
Hablando de amores y desamores...y mezclado con el otro artículo que publica sobre el joven que esperó casi al final para expresar su cariño...
Estos días he estado recordando a amigos, viejos amigos, esos amigos de toda la vida, esos que si uno se pone a pensar en que momento se hicieron amigos nuestros, no sabemos...simplemente la vida hizo que nuestros caminos se cruzaran, y la afinidad, la forma de pensar, coincidencias hicieron que la amistad, el cariño se hiciera ya parte del día a día..
Estos amigos, en este caso amigas, son muy difíciles de encontrar...,ellas son de las que a pesar de que pase mucho...mucho tiempo sin vernos,...en el momento que nos encontramos, vuelven las horas de charlas interminables, de confidencias guardadas solo para nosotras, porque no las hemos podido confiar a nadie más,...porque "como vos, nadie me ha comprendido nunca"...o "nadie a sabido darme esa palabra que necesitaba oír"
Y no lo voy a negar...me entra la nostalgia, ellas están lejos, y necesito muchas veces de esa charla en la que "nos comprendemos mutuamente"...
El tiempo me ha hecho desconfiada, y también ha hecho que me cuide de encariñarme demasiado, porque más tarde o más temprano, me tengo que alejar de esas personas, o porque se van...o porque me voy, y entonces toca sufrir, y a estas alturas llevo sufrimiento de más en la mochila...
Soy más bien de querer demasiado, cuando acepto a alguien en mi vida, amo esa complicidad que crea el ser amig@s...
Siempre me he considerado una enamorada de la vida, de la gente, del mar, (pero más de la montaña),...amo, simplemente así, no concibo la vida sin Amor...eso es imposible.
Y así, cada noche, mi oración a Dios es que me permita seguir amando cada día, que no permita que me calle el cariño que siento...porque con amor todo es más fácil...
Y cuando hablo con mis padres, la despedida es siempre, "te quiero, mamá, te quiero, papá"...
...Volviendo al principio, hace algunos años, una de estas amigas, pasó por un mal momento y yo me tuve que enterar por otra persona, que incluso le había preguntado si no me había dicho a mi su problema, y ella dijo que no quería molestarme, porque yo estaba feliz, y ella no quería llevarme sus problemas; cuando me enteré de esto...me enfadé con ella, incluso estuve bastante tiempo sin hablarle, a pesar de que me dolía no verla... me volví en ese momento egoísta... pensé solo en lo que a mi me molestaba, y no fui capaz de buscarla, para ayudarla como tantas veces habíamos hecho una por la otra...el tiempo pasó...volvimos a hablarnos pero por un tiempo las cosas no fueron como antes; tuve que irme y solo al regreso...luego de una larga charla, volvimos a encontrar aquello que había quedado aparcado, pero que el cariño no había dejado que se perdiese...
Es tan importante el amor en nuestras vidas, que pienso, que de todo creado por Dios, esto es lo más importante...y si!, de amores y desamores están hechos nuestros días, y tal vez, si fuéramos capaces de demostrar ese Amor, de decirlo, de no dejar que se "suponga", muchas cosas en este mundo serían diferentes.
Desde hace poco tiempo soy voluntaria de Cáritas. Creí
que iba a ayudar al “prójimo” y me llevé la sorpresa de que la ayudada soy yo.
He descubierto
que el compartir y darte a los demás ha sido el mejor antidepresivo que
he tomado, la terapia mejor que he recibido. Me siento más alegre, animada, con
ganas de vivir y, lo más importante, encontré sentido a la vida.
Con
frecuencia había oído: “No dejes en tu vida ni un día de hacer algo por los
demás, no pensando en ti, sino en el otro”, pero no sabía que el resultado era
la felicidad propia.
-Si
sonríes, recibes sonrisas.
-Si muestras cariño, recibes cariño.
Aún
teniendo nuestros propios problemas podemos evadirnos de ellos, aminorarlos, quitarles
importancia. Y no necesitamos drogas o distracciones para ello. El salir de
uno mismo, teniendo presente al de al lado, esa es la medicina. Al menos, la
que a mí me ha valido. Y no es que vayan a desaparecer esos problemas, no, pero
los ves de otra manera.
No
hace falta hacer grandes cosas; no vamos a arreglar el mundo, sino en lo
pequeño, en nuestro día a día, en la medida de nuestras posibilidades, con el
que tenemos al lado, con pequeños gestos
Esta
es mi experiencia y quería compartirla.
Y,
como me dijeron una vez: “No me creas, pruébalo tú mismo y comprueba si es
cierto”.
En este Año de la Fe que hemos empezado a celebrar, en nuestro blog parroquial queremos ofrecer diferentes testimonios de personas cercanas a nosotros que puedan animarnos a vivir la fe. A lo mejor, tú que lees esta página , te animas a contarnos cómo estás viviendo tu fe. Que no te de vergüenza. Piensa que eso que nos cuentes puede servir para que otras personas puedan también abrir su corazón a Dios. El primero que ofrecemos es el de una joven que participa desde hace más de un año en un grupo parroquial. Muy interesante, muy sincero. Gracias, Almudena.
EL TESTIMONIO DE ALMUDENA GUEDES:
"QUIERO ESTAR MÁS CERCA DE DIOS"
Me llamo Almudena Guedes Sosa y he vivido en el Cruce de Arinaga durante mucho tiempo. Me he bautizado y he recibido la comunión en esta iglesia.
Pertenezco al grupo de mayores de la confirmación. Hace ocho meses, un sábado asistí a misa y nuestro párroco informó a todos los asistentes del comienzo de la catequesis para la confirmación. Decidí apuntarme ya que desde hacia mucho tiempo quería recibir ese sacramento y también porque era mi ilusión.
Nuestro párroco me ha pedido que explique que es para mí la confirmación y cuál ha sido el motivo por el que he decidido hacerla.
En primer lugar, la confirmación para mi, es reafirmar mi fé en Dios, ya que cuando recibimos el bautismo no somos conscientes de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor y no podemos decidirlo voluntariamente.
La confirmación es un sacramento en el que Dios nos da su Espíritu Santo para acercarnos más a él.
En segundo lugar, el motivo por el que he decido hacer la confirmación, es que quiero estar más cerca de Dios de algún modo ya que en los últimos años de mi vida he estado alejada de la iglesia, no por nada en especial sino que el día a día va muy deprisa y realmente no te das cuenta de lo que verdaderamente es importante. También porque en estos últimos meses he pasado por circunstancias no muy buenas y difíciles como el fallecimiento de tres familiares muy cercanos a mí.
Por último querría agradecer a nuestro párroco Jesús, la oportunidad que me ha brindado para que dé mi visión de la confirmación. También a nuestro catequista José Juan que nos brinda todo su apoyo y su sabiduría, y a todos mis compañeros y en especial quisiera recordar a nuestro compañero Pepe López que ya no se encuentra entre nosotros, una gran persona, bondadosa, atenta y servicial y con un gran corazón, prestado siempre a ayudar a los demás; que estuvo hace un año donde yo me encuentro hoy, en este mismo lugar y que aunque ya no esté entre nosotros su presencia seguirá viva en nuestros corazones.
San José es el patrono Universal de la Iglesia, patrono de la buena muerte y patrono de los seminarios.
Fue escogido por Dios como fidelísimo guardián de los tesoros celestiales, que eran Jesús y María.
Con fe acogió al Niño que había comenzado a vivir en el seno de María, y a ellos, a Jesús y María, les entregó su vida sin escatimar sacrificios.
San José no llegó a ver a Jesús en su vida pública (predicación, milagros, etc.).
No ha habido en el mundo santo más feliz ni padre más afortunado.
¡Qué felicidad la suya al ver a su lado al Hijo de Dios!
San José es el patrono de los seminaristas.
Te invitamos a que veas aquí mismo la película "LA ÚLTIMA CIMA", la historia real de un sacerdote. Y el testimonio de dos seminaristas. Y nuestra felicitación a los padres, a los seminaristas y a los que llevan el nombre de José o de Josefa.
*TESTIMONIO DE DOS SEMINARISTAS DE ALMERÍA
Me llamo Jesús Peña López, tengo 14 años y estoy en elSeminario Menor de Almería.
Todo empezó cuando después de hacer la Primera Comunión en laparroquia de la Preciosísima Sangre de Jesucristo de Aguadulceme entró la curiosidad de si el Señor me llamaba al sacerdocio y empecé a ser monaguillo con mi párroco Don Ramón.
Él me hablaba de las convivencias en el Seminario, pero tenía miedo, no estaba seguro.
Después de recibir el sacramento de la Confirmación, ese mismo verano mi párroco consiguió que fuera, allí me lo pasé genial e hice nuevos amigos.
Cuando volví le pregunté a Don Ramón sobre los seminaristas menores y le dije que me gustaría ser uno de ellos, él se alegró mucho.
Cuando se lo dije a mis padres, también se alegraron, pero había un inconveniente, y es que, al ser hijo único, se iban a quedar solos, pero el Señor me dio fuerzas para seguir adelante.
Cuando entré no estaba solo porque ya conocía del campamento de verano a Miguel y a José Ángel (mis compañeros de curso).
Los primeros días son un poco duros pero cada día que pasa se va disfrutando más y ahora estoy muy contento de mi decisión.
Jesús Peña López
Seminarista
De la Revista Seguimos Caminando nº 13 Marzo 2012 Pastoral Vocacional. Seminario Almería
LA ALEGRÍA DE SENTIRSE LLAMADO
La historia de mi vocación no puede concretarse en la narración de un instante, de un momento determinado de mi vida en el que alcanzase a vislumbrar este maravilloso plan que Dios ha previsto para algunos, que es la vocación sacerdotal.
No es ésta, por tanto, la historia de un flechazo.
He tenido la oportunidad de conocer a algunos seminaristas que, en un cierto momento de su vida, han experimentado con gran fuerza e intensidad que Dios le llamaba a seguirle muy de cerca por el camino del sacerdocio ministerial, de modo que al sentir ese repentino aldabonazo de Dios que llamaba a la puerta de su alma, pudieron percibir claramente su vocación.
En cambio, mi caso ha constituido en un descubrimiento paulatino de cuál era la voluntad del Señor para conmigo: ha sido todo un proceso en el que he ido encontrándose gozosamente con la llamada de Cristo.
Nací en Almería en el año 1987. Desde los cuatro años de edad hasta que finalicé el Bachillerato estudié en el Colegio La Salle de la capital.
Gracias a mi familia (y especialmente a mi abuela) y a la formación que recibí en el Colegio, fui instruido desde pequeño en la fe, y fui creciendo en el conocimiento de las verdades sobrenaturales.
Sin embargo, durante todos esos años no llegué a plantearme con un mínimo detenimiento la posibilidad sacerdotal.
Terminada mi etapa escolar, comencé la carrera de Derecho en la Universidad de Almería.
Ciertamente, la materia me gustó desde el principio y los resultados eran buenos, pero nunca lograba aclarar mis ideas sobre la futura profesión a la que quería aspirar.
No fue hasta casi el final de mis estudios universitarios cuando empecé a plantearme la posibilidad de que el Señor hbuera previsto para mí un designio diferente al de ejercer una profesión jurídica.
Para mí fue decisivo el día en que un sacerdote a quien acababa de conocer, y que desde entonces ha sido mi director espiritual, me preguntó: "¿Te has planteado alguna vez la vocación al sacerdocio?"
La pregunta me resultó de lo más inesperada, pero no quise eludirla, pues desde el primer momento me pareció muy sugestiva. "¿Sacerdote, yo?"
A esta pregunta siguieron meses en los que pedía a Cristo que arrojara luz sobre mi entendimiento, para descubrir qué es lo que quería de mí.
La experiencia fue muy gozosa, pues, poco a poco iba sientiendo que, efectivamente, Dios me pedía más de lo que le había estado dando hasta entonces: me pedía más trato con Él, más sacrificio, más confianza filial y, a la postre, que entregara mi vida a su servicio.
Me había reservado para Sí, y me pedía, en consecuencia, que cambiara mi escala de valores y que redescubriera aquella interpelación evangélica tan terminante: "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?" (Mt 16,26)
Verdaderamente, a través de mi experiencia personal, he advertido lo importante que es tener cerca a un sacerdote de confianza a quien acudir y cocn quien poder tratar de asuntos de índole espiritual; no solo para el progreso espiritual y moral de todo joven católico, sino también para la necesaria ayuda a la hora de discernir su vocación.
Finalmente, una vez terminada la carrera me decidí a dar el paso y solicitar la admisión al Seminario. Al volver la vista atrás, he reparado en que la llamada de Dios ya estaba latente en mí, de algún modo, desde mi infancia (aunque yo no llegara entonces a advertirlo).
Asimismo, me he dado cuenta de cómo el Señor ha ido disponiendo los diversos acontecimientos de mi vida, de modo admirable, para conducirme por este camino.
El esclarecimiento de esa llamada y la respuesta decidida y confiada en la divina voluntad, ha sido para mí una experiencia sumamente dichosa, por la que no ceso de dar gracias a Dios.
La perspectiva de ser un futuro sacerdote me produce ilusión y zozobra, alegría y vértigo, por la responsabilidad que comporta la grandeza de la misión del ministro de dios, para tan poca cosa como es una criatura humana.
Pese a todo, espero algún día poder servir a Cristo y a su Iglesia en este ministerio, con la ayuda de Dios y el apoyo de mis compañeros y superiores.
Javier Ocaña Gámiz
Seminarista
De la Revista Seguimos Caminando nº 13 Marzo 2012 Pastoral Vocacional. Seminario Almería
TESTIMONIO DE UN JOVEN EN CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN
Un Buen Año
Bueno, antes que nada un saludo a todos, mi nombre es Miguel Ángel, aunque también pueden llamarme Mike, como más les guste. Voy a contaros mi experiencia que he podido tener a lo largo de este curso de preparación para la confirmación
Ha sido un curso un tanto especial en lo que me concierne, puesto que, aunque llegando nuevo de otro centro y de otra parroquia han sabido aceptarme y acogerme con los brazos abiertos, como si fuese un hijo más de la familia. Todo esto ya desde el primer día, con lo cuál siendo de sorpresa y de un enorme agrado para mi, ha permitido y me ha hecho posiblela máxima integración dentro del grupo de jóvenes de la parroquia de Arinaga.
Sólo puedo describir con buenas palabras los momentos que hemos pasado este año preparándonos para recibir la confirmación. Ha sido un periodo en el cuál, hemos reido, escuchado y también aprendido. Un periodo de reflexión y de preparación,el cuál me ha servido tanto para mejorar como persona como para seguir aprendiendo y siguiendo cada día más el camino correcto .
Ha sido un tiempo en el cuál hemos estado preparándonospara recibir el segundo sacramento, la Confirmación, igual que tiempo atrás recibimos el bautismo.
Gracias a Ariel hemos conocido las principales verdades de la fe cristiana y de veras que quiero recibir este sacramento y lo espero con devoción.
Esta “preparación” previa nos permitirá recibirla fuerza del espíritu Santo, recibida en este sacramento, la que nos permite dar testimonio y difundir nuestra fe superando toda vergüenza o temor.
Ha sido un curso emotivo y cargado de buenos momentos. Desde mi punto de vista ha sido genial estar en las diferentes ocasiones que hemos tenido la oportunidad de participar, tanto como para la parroquia como también el encuentro que hubo en ingenio tiempo atrás entre otras tantas que si me pusiese a escribir nunca acabaría de contarlas.
Puedo resumir todo este año en dos cosas, amistad y el estar cerca de Dios. No hay nada mejor para seguir adelante que la compañía de Dios y la de los buenos amigos. Ambos aconsejan y estarán siempre ahí con uno mismo, en los buenos como en los malos momentos. Es en eso es lo que se parecen los buenos amigos a Dios, que siempre estarán ahí para escucharte.
Miguel Ángel, grupo de jóvenes de la parroquia de playa de Arinaga
Davinia, una muchacha que vive en Las Rosas, nos ha dejado un interesante testimonio que les invito a leer con cariño:
Suso me invitó a escribir algo para ésta su página. Quizá me costó encontrar un tema concreto sobre el cuál escribir, pero desde el principio, en mi subconsciente estaba todo claro.
Nunca he entendido con claridad por qué voy a misa ni por qué hice la Primera Comunión. Tampoco estoy segura de que exista algo más allá del ser humano, algo divino; ni me convencieron mucho a algunos sacerdotes, Los jóvenes estamos empezando a adentrarnos en un mundo que tanto tiempo habíamos estado ignorando. Estoy empezando a entender de alguna manera que creer en Dios es algo más que ir a misa, que rezar... e incluso, me atrevería a decir que es algo más que tener fe. Creer en Dios no es creer que exista alguien allá arriba en el cielo, donde siempre miramos para rogarle. Creer en Dios es ayudar a los demás cada día, ser mejor persona tanto emocional como profesionalmente, relacionarte con los demás seres de tu entorno, tener amigos y conservarlos, vivir en armonía con tu familia... Con todos estos actos creemos en Dios, le honramos, se puede decir que realizamos su voluntad.
Aunque a veces, pensamos que no existe o que es un Dios traicionero. Eso sucede justo cuando fallece algún familiar o alguna persona muy cercana. La pregunta siempre es "¿Por qué?" Pero no tiene lógica preguntarle, ya que la respuesta la tenemos nosotros y está claro que él no va a dar respuesta alguna.
Recientemente, falleció alguien muy importante para mí, mi profesora D. I. Cuando era pequeña pensaba:"Si algún día llegara a enfermar gravemente o se muriera, Dios no lo quiera, yo quiero estar ahí acompañando a sus hijas". "Los deseos son órdenes", dicen y así fue. Viví en carne propia ese fallecimiento tan doloroso. No culpé a Dios, pues sabía que estaba enferma, aunque sus hijas negaran que no gravemente. Quizá para evitarme dolor, quizá para evitar visitas inesperadas. Y lo comprendí. Me dolió no despedirme de ella, no verla una última vez, pero lo comprendí.
Después de tres meses y diez días, cada vez tengo más claro que debo seguir adelante y ejercer lo que siempre he querido: Magisterio, como ella y sus hijas. Así conseguiré honrarla, que se sienta orgullosa de mí dondequiera que esté y sentirme segura de mí misma.
Por todo esto y lo que tenga que recibir, le doy gracias a Dios. Porque de todo se aprende, de todo se conserva algo, desde el dolor más profundo hasta la alegría más inmensa. Davinia M. R. / 20-01-11 / 19:00
Lo recuerdan, ¿verdad? Nos propusimos que, cada semana, en nuestro blog aparecerá un testimonio de alguna persona. Esta semana ofrecemos el que nos expone José Antonio Pagola, teólogo y escritor.
Soy José Antonio Pagola. De manera excepcional, os envío por esta Red el testimonio de mujeres que ejercen la prostitución. Es realmente una buena noticia. Son mujeres que están tomando parte en grupos donde, acompañadas por las Hermanas Oblatas, reflexionan y oran con la ayuda de mi libro Jesús. Aproximación histórica. He quedado conmovido al captar la fuerza y el atractivo que tiene Jesús para estas mujeres de alma sencilla y corazón bueno. ¿No nos volvería a repetir Jesús aquello que gritó en Galilea: «Las prostitutas entran antes que vosotros en el Reino de Dios»?
Un abrazo grande y agradecido a vosotras mujeres creyentes, por vuestro testimonio, y a vosotras, hermanas Oblatas, que compartís con ellas vuestra fe. José Antonio.
*************
×Me sentía sucia, vacía y poca cosa, todo el mundo me usaba. Ahora, me siento con ganas de seguir viviendo porque Dios sabe mucho de mi sufrimiento.
×Dios esta dentro de mí. Dios está dentro de mí. Dios está dentro de mí. ¡Este Jesús me entiende…!
×He experimentado la presencia de Dios en un viaje a Europa, mi compañera murió en el camino. Dios estaba cerca, lo sentí a mi lado. En aquella mañana sentí que la mano de Dios me guió y su presencia fue muy fuerte…
×Ahora, cuando llego a casa después del trabajo, me lavo con agua muy caliente para arrancar de mi piel la suciedad y después le rezo a este Jesús porque él sí me entiende y sabe mucho de mi sufrimiento.
×Jesús quiero cambiar de vida, guíame porque tú solo conoces mi futuro…
׿Donde estabas? Cada día que pasa siento más el amor de Dios y me siento acariciada por las personas que Dios pone en mi camino…
×Para mí, el simple hecho de sentir amor en el corazón es prueba de tener a Dios en el corazón…
×Me siento afortunada de haber conocido a este Jesús…
×Yo pido a Jesús todo el día que me aparte de este modo de vida. Siempre que me ocurre algo, yo le llamo y Él me ayuda. Él esta cerca de mí, es maravilloso…
×Él me lleva en sus manos, Él me carga, siento la presencia de Él…
×En la madrugada es cuando más hablo con Él. Él me escucha mejor porque en este horario la gente duerme. Él está aquí, no duerme. Él siempre está aquí. A puerta cerrada, me arrodillo y le pido que merezca su ayuda, que me perdone, que yo lucharé por Él.
×Mi vida en el pasado era un vacío, un vaso quebrado, le coloqué un corazón y se unieron los trozos…
×Un día yo estaba apoyada en la plaza y dije: Oh Dios mío, ¿será que yo sólo sirvo para esto? ¿Solo para la prostitución?... Entonces es el momento en que más sentí a Dios cargándome ¿entendiste? Transformándome. Fue en aquel momento. Tanto que yo no me olvido. ¿Entendiste?...
×Yo ahora dialogo con Jesús y le digo: aquí estoy, acompáñame. Tú viste lo que le sucedió a mi compañera (se refiere a una colega que fue asesinada en un hotel). Te ruego por ella y pido que nada malo suceda a mis compañeras, yo no hablo pero pido por ellas pues ellas son personas como yo.
×Ahora, cuando tengo tiempo, voy a su capilla hecha de troncos cortados por la mitad y de palmas. Se llama la iglesia de la naturaleza. Tienen una capilla para la adoración. Y me encuentro conmigo misma… y no digo “Señor dame esto o aquello” estoy sin hacer nada. Solo a veces canto mi canción favorita «anima Christi» especialmente porque es mi favorita. Yo le canto a Jesús en mis pensamientos.
×Solo en Jesús puedo confiar… a través de mis lágrimas y orando para sobrevivir.
×Estoy furiosa, confundida, triste, dolida, rechazada, nadie me quiere, no sé ni a quien culpar o sería mejor odiar a la gente y a mí, o al mundo. Fíjate, desde que era niña yo creí en ti y has permitido que esto me pasara. Ya estoy cansada de echar la culpa a Dios. Pero no me hagas daño. Te doy otra oportunidad para protegerme ahora. Bien, yo te perdono, pero por favor no me dejes de nuevo.
×En Jesús he encontrado el verdadero amor que he deseado conocer y experimentar.
Ayer coloqué aquí, en el blog, el testimonio de una mujer víctima del 11M que, en la misma desgracia, descubrió la presencia de Dios, algo nada fácil. Y hoy, al revisar este día que acaba, empiezo a encontrar diferentes testimonios que ayudan a mirar la cara buena de la vida.
1. A. R. me escribía un correo en donde me contaba cosas como éstas: Aqui en casa las cosas han cambiado algo, pero para bien, veras! este mismo fin de semana la cama se ha levantado 15 cm del suelo, para que la grua pudiera entrar y así levantar a L. (con parálisis) sin hacer esfuerzos, ya anoche lo acostamos con ella. C. y yo formamos un equipo estupendo, que si la U.D lo llega a tener no hay partido que se nos resista. L. piensa que es una carga para nosotros, sobre todo para mi, que también tengo movilidad reducida. Y yo le digo sólo estas palabras: Estás conmigo porque nos aceptamos mutuamente, porque nos amamos y sobre todo porque pienso que Dios lo quiere así. ¿Sabes cómo me enamoró este hombre?, Me mandó un ramo de flores cuando yo vivía en Playa de Arinaga. Llevaba esta frase, "conocerte fue mi suerte, amarte es un placer mujer", es la letra de una cancion de Luis Miguel, y mira tu por donde llevamos 7 años y pico conociendonos (...) Solo le pido a Dios lo que siempre te he dicho: que me dé salud y fuerzas para seguir a su lado y hacerle feliz. El trabajo compartido, la alegría de servir, luchar contra las dificultades... Seguro que son muchas las familias que viven esta aventura dura cada día y lo hacen con este espíritu de alegría que anima a intentar hacer lo mismo.
2. M. me llamó nerviosa y triste: -Voy en la ambulancia con mi padre, camino del Hospital. Está muy mal. Mis hijas están en el colegio y no tengo quien vaya a recogerlas. Pasé el teléfono a F. que estaba ayudando en Cáritas y salió dispuesta, feliz, a buscar a las chiquillas y llevarlas a su casa: -Hay que estar con las personas amigas siempre, me dijo muy convencida. La confianza de M. de llamar a la parroquia y la servicialidad de F. son un testimonio que me ayuda. Más tarde, M. me volvió a llamar para pedir que orara por su padre. Es lo que estoy haciendo en esta noche.
3. Mederico, el cura de Palencia, se marcha mañana y al mediodía comimos juntos. Tal como le escuché en la radio el domingo, hoy volvió a repetir que sus mejores vacaciones las pasa cuando está colaborando en otra parroquia. Y que si lo llaman de nuevo en el verano o cuando sea, hará todo lo posible para venir. Tenía razón Paco Mira cuando decía el otro día en "La plaza de la Iglesia"D. Mederico es un personaje peculiar. De esos de los que ya no quedan muchos. Un personaje de la Castilla antigua, de esa Castilla que va viendo como pasan las generaciones y ella, impertérrita se mantiene fiel a su costumbre. D. Mederico, es como un Rodrigo Díaz, un cid de la Iglesia, un hombre de bien, que hace el bien, que ayuda a que los demás hagan el bien, dentro de esa Iglesia que a veces no nos gusta como es. D. Mederico es un todo terreno, un cuatro por cuatro de la vida. No le asusta el clima, ¡ a un palentino!, las gentes, los lugares diferentes. Él, en Canarias, se siente como en su segunda Palencia. Él, en la isla, se maneja solo, coge su coche y no se pierde, signo inequívoco de que está como en su casa.
Ojalá que nosotros a D. Mederico le tratemos a él como él nos trata a nosotros. Ojalá que D. Mederico entre nosotros nos deje la huella de su amor profundo por Jesús de Nazaret, por la Iglesia, su Iglesia, nuestra Iglesia, con sus virtudes y con sus imperfecciones. Ojalá que su ejemplo de oración, de saber estar, de silencio oportuno en el lugar adecuado, sea símbolo de formas y maneras de entender la vida que nos ha dejado huella.
4. Juan y Marta cumplieron hoy sus Bodas de Plata. Fui el sacerdote que bendije su matrimonio hace 25 años en Vecindario. Y allí estuve hoy con ellos para pedir a Dios que les siguiera bendiciendo. Estaban radiantes. Leímos la Palabra de Dios y cuando les pregunté qué había sido lo mejor de estos años no lo dudaron al señalar entusiasmados a sus dos hijos allí presentes. Y al preguntarles por las dificultades hicieron un gesto con la mano: una carretera llena de subidas y bajadas: -Pero nunca hemos pensado en romper. Nos seguimos queriendo cada vez más.
5. M. Carmen cumple mañana 50 años y sus hermanas menores prepararon una fiesta sorpresa. Felicitar, sorprender, ofrecer el buen regalo de un encuentro de amigos, son gestos que expresan cuál es la verdadera riqueza. Luci y Toñi acertaron. Todo el que ama acierta. Allí me encontré con ellas y con otros amigos como Antonio y Conchi, a quienes hacía mucho tiempo que no veía. Pero noté enseguida que, aunque habían pasado 14 años o más sin vernos, el afecto no había descendido lo más mínimo. Expresamos nuestra inmensa alegría de vernos y poder compartir un ratillo como hacía tanto tiempo no hacíamos. Antonio fue uno de los primeros colaboradores que tuve en mi primera parroquia, Ojos de Garza y Melenara. La semilla sembrada siempre queda.
6. T. estaba hoy un poco triste por asuntos de trabajo y de salud. Vi muchos gestos de cercanía hacia ella. Palabras, silencios, sonrisas, muestras de afecto. Creo que se marchó mucho más contenta. Qué poquito cuesta una palabra o un gesto de aliento y a veces no lo demostramos. Hoy vi que hay personas que sí. T. se lo merece. Todos lo merecen.
Por estos testimonios que en el día de hoy he podido vivir, gracias, Señor
Cada semana publicamos un testimonio real. Usted puede también colaborar contándonos su propia experiencia o transmitiéndonos alguno que le haya resultado impactante.
Esther Sáez, víctima del 11-M: "¿Dónde estaba Dios? Dios estaba ahí, conmigo"
* "Me han dicho que en Haití han sacado gente de los escombros e inmediatamente se han puesto a rezar: ellos son los sabios de verdad. Cuando uno lo pasa mal, Dios es el único que está. Yo, cuando estaba en la Unidad de Críticos, no me podía mover, estaba sorda, sin apenas ver, con un respirador para poder respirar..., me sentía sola. Pero es una soledad que sólo en ella eres capaz de ver a Dios cara a cara" 15 de febrero de 2010.- Uno llega a la estación de Atocha desde Alcalá de Henares, en uno de aquellos que llamaron los trenes de la muerte del 11-M, y se detiene en uno de esos puestos de venta de libros para viajeros con prisas. Allí, entre multitud de títulos en los que se abre paso la superchería de la nueva era, destaca uno con un nombre llamativo: Dios no es bueno. Y claro, cuando uno viene de hablar con Esther Sáez, que viajaba en uno de aquellos trenes, no se lo cree. Casada y madre de dos chicos, David e Ismael, que en el momento del 11-M tenían 3 años y un año y medio,recuerda cómo vivió el atentado:
«En ese momento, mi concepción de la vida cambió. Fue cuando realmente me di cuenta de que la vida es perecedera.
Uno siempre piensa: A mí nunca me va a pasar. Ese contacto con la realidad es muy duro, pero, sin saber por qué, en ese momento, no me sentía sola. No perdí la conciencia en ningún momento, y a pesar de todos los dolores tan horribles que sentía, por fuera y por dentro, en ese momento tuve una paz muy distinta a lo que había vivido antes. Esa tranquilidad y esa serenidad mucha gente no las entiende. Las da absolutamente Dios, la confianza en Dios. No brota de ti, de decir simplemente: Voy a confiar en Dios. Viene de Él mismo, del descanso en sus manos que Él mismo produce: Cuando tú lo pasas mal, Yo te llevo en brazos».
Por eso, cuando el terremoto de Haití ha vuelto a despertar la pregunta sobre Dios -sobre su existencia y sobre su bondad-, Esther explica, basándose en su propia experiencia: «Muchos, con lo de Haití, se preguntan: ¿Dónde está Dios en estos momentos? ¿No era tan bueno? No saben lo que están diciendo. Los eruditos de hoy en día son los que piensan que se puede construir la vida sin Dios. Me han dicho que en Haití han sacado gente de los escombros e inmediatamente se han puesto a rezar: ellos son los sabios de verdad. Cuando uno lo pasa mal, Dios es el único que está. Yo, cuando estaba en la Unidad de Críticos, no me podía mover, estaba sorda, sin apenas ver, con un respirador para poder respirar..., me sentía sola. Pero es una soledad que sólo en ella eres capaz de ver a Dios cara a cara. ¿Dónde estaba Dios? Dios estaba ahí, conmigo».
¿Y cómo conjugar entonces la bondad de Dios con la maldad de los hombres? Esther cuenta lo que hace cuando piensa en los terroristas que llevaron a cabo los atentados del 11-M: «Rezo el Padrenuestro, porque resume el amor a los hermanos, amigos y no tan amigos. No tengo rencor. Me pregunto qué tipo de vida han llevado para acabar haciendo eso. No debemos juzgar, porque no sabemos cómo han vivido. Seguramente han crecido con mucho odio alrededor, con mensajes contra la vida de los demás, gente que seguramente está vacía. A mí me han destrozado la vida, pero tengo una Vida aparte. ¿Y ellos?»
Esther hace un ejercicio de teodicea práctica, basada en la experiencia, al afirmar que «muchas desgracias son producto del hombre; es muy fácil echarle la culpa a Dios. El terremoto de Haití, si hubiera pasado en Japón, no habría causado tantas víctimas. No es culpa de Dios que esa gente haya vivido en las condiciones en las que viven. Con el atentado del 11-M pasa lo mismo: ¿es que fue Dios el que puso la bomba? El regalo más hermoso que nos ha dado Dios, aparte de la vida, es la libertad». Aunque viéndola nadie lo diría, por la paz que vive y que transmite al hablar, las secuelas del atentado persisten. Son ya once operaciones las que lleva encima, y también vive momentos de dolor y de noches oscuras: «Suelo tener un salmo marcado en la Biblia, que rezo cuando estoy en las horas un poco más bajas. Es el salmo 121, que dice: El auxilio me viene del Señor. Porque no es fácil tener, a los 38 años, los mismos dolores que una persona de 80. Tengo un rosariotan grande de secuelas... Son momentos duros, que vivo desde la perspectiva de Dios. No hay que tener miedo de decirle a Cristo: Mira, Señor, estoy mal, estoy triste. O me ayudas, o me hundo. Y cuando tú hablas al Señor así, desde el corazón, Él te ayuda. Además, alguien me enseñó una vez que la oración de los enfermos tiene mucho valor. Y eso me ayuda a pensar que a alguien le está ayudando lo que yo paso».