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sábado, 23 de enero de 2016

CARTA-HOMILÍA. INFANCIA MISIONERA. QUIERO DAR LAS GRACIAS

CARTA-HOMILÍA  EN EL DÍA

DE LA INFANCIA MISIONERA
(24  de Enero de 2016)

QUIERO DAR LAS GRACIAS

Queridos feligreses.  El evangelio de hoy empezó de una manera diferente a otras ocasiones.  En vez de empezar diciendo “En aquel tiempo tal y tal” como otras veces, San Lucas comienza su evangelio como quien escribe una carta: “Querido Teófilo…”.  También yo hoy, y probablemente muchos domingos más, voy a hacer mi homilía en forma de carta que dirijo a ustedes. Y es que, en verdad, quiero compartir con cada de uno de ustedes las reflexiones y sentimientos que la liturgia del domingo  me sugiere. Y lo quiero hacer de forma personal, como una carta.

Siendo niño, me ilusionaba ser misionero  y deseaba poder ir alguna vez  a esos países donde se vive muy mal y poder llevar el mensaje de Jesús. Llevar un evangelio lleno de alegría y de esperanza. Sé que algunos de ustedes también han tenido o tienen ese deseo.  Yo tuve la suerte de vivir esa experiencia durante varios meses en algunos lugares como Guatemala o Bolivia. Y tengo la suerte de tener buenos amigos que están haciendo esa tarea. Y la suerte de estar en una parroquia donde puedo llevar a cabo mi deseo.

Hoy es el día de la Infancia Misionera que es algo que se empezó a hacer hace  muchísimos años para animar a que los niños y niñas que quieren hacer algo bueno por los demás, que quieran ser misioneros, lo puedan hacer desde aquí, en su casa y en la escuela y en el parque. Eso vale también para los mayores. Estamos viviendo un tiempo en  donde  muchísima gente vive sin fe. Y necesitan un MISIONERO aquí. Ese misionero o misionera pueden ser ustedes, mayores y pequeños y puedo ser yo. Se trata solamente de que escuchemos el mensaje de Jesús e intentemos transmitirlo a los demás con nuestra vida. Hay misioneros que están por ejemplo en África o en China y no predican nada sino que intentan hacer el bien siempre: Como hacía Jesús. Porque lo más importante es el ejemplo, el buen testimonio.  El evangelio dice que Jesús fue un día a la sinagoga y cuando el pasaje de la Biblia que decía: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha enviado para anunciar el EVANGELIO, la buena noticia, a los pobres, para anunciar el AÑO DE GRACIA del Señor”. Y luego añadió: ¡Hoy se cumple esta Escritura!

A mí, amigos de la parroquia, me encantaría que todos pudiéramos  decir cada día: ¡Hoy se cumple este evangelio, esta profecía!  Que cada día hayamos llevado la buena noticia del evangelio. Es algo que podemos y debemos hacer todos. Con gestos pequeños, que eso es ser misioneros. Precisamente el lema de este año (vean el cartel) dice GRACIAS.  Porque dar gracias es una forma de ser misionero. ¿Les parece que esta semana nos propongamos todos eso tan sencillo de decir GRACIAS, de corazón, con alegría?

Dar gracias a Dios todos los días. ¡La de cosas buenas que recibimos de él cada día a través de muchas personas. Gracias, Papá  Dios, por la fe que tenemos. Gracias por la familia. Gracias por los que nos corrigen. Gracias por los que nos animan. Gracias por los que rezan por nosotros.

Esta puede ser nuestra oración de la semana. Ser agradecidos con todas las gente: El conductor que  frena cuando vamos a cruzar por el paso de peatones, la persona que nos sirve con alegría  en el supermercado o la peluquería, el hijo o el padre o la madre que nos hacen más alegre la vida. La gente que pasa y nos saluda. Gracias Dios!

Yo quiero dar las gracias a ustedes, amigos de la parroquia,   por esas pequeñas cosas que a veces aconsejamos y que ustedes aceptan tan bien : rezar más despacio, cantar con el alma y sin vergüenza, procurar que el templo sea  siempre un espacio sagrado y respetado. Y gracias también por las sugerencias que ustedes me hacen, las propuestas e ideas  bonitas que recibo de parte de algunos, aunque no siempre pueda realizarlas.

Anoche, cuando me iba a acostar envié un mensaje a Manolín, que es un cura misionero que está en Mozambique. Le dije: ¿Podrias dedicar unas líneas a los niños y a los grandes de Cruce de Arinaga y de Ingenio con motivo del día de la Infancia misionera? Y él, a las 5 de la mañana me envió su respuesta.  Gracias, Manolín. Me dijo esto:

 Khanimambo!!! Gracias!!!! Esta es una de las cinco palabras que se utilizan para decir gracias en la  lengua xichangana de Mozambique. Porque esta cultura africana es muy agradecida. Ustedes, niños y niñas y ustedes padres y abuelos, son misioneros y misioneras como yo. Cuando pequeño siempre quise ser médico para ayudar a los niños de África. Hoy estoy aquí con estos niños aunque no soy médico sino cura, y me siento muy feliz. Los Reyes Magos me trajeron mi regalo: un hogar en África. Este día tan especial de la Infancia Misionera quiero dar gracias a Dios por ustedes y por tantos niños y niñas que ayudan a sus amigos, ayudan en casa y en el Cole. Y ya saben que los niños de  África les esperan para cantar y bailar con sus elefantes, jirafas y gacelas!!! Khanimambo!!! Muchísimas gracias.

Pues ya sabemos. Tarea para estos días. Ser agradecidos de corazón y decirlo muchas veces con palabras.  Gracias. Khanimambo.




jueves, 24 de diciembre de 2015

NAVIDAD 2015. APUNTES PARA LA HOMILÍA

HOMILÍA NAVIDAD 2015
El evangelista San Lucas es un hombre bueno. Cuenta la historia del nacimiento de Jesús historia con bastantes detalles. Pero se emociona al hablar de esta historia y la endulza todo lo que puede.
-Por ejemplo dice que “lo acostó en un pesebre porque no había sitio en la posada”. Por no decir que eran pobres y nadie tenía voluntad de recibirlos.
-También dice que el ángel lo anunció a los pastores  y ellos fueron a ver al niño y le llevaron cosas. Lo más seguro es que unos fueron, otros se quedaron y no creyeron nada de aquello.
-Puede parecer negativo pero   esa es la realidad de la historia de la Humanidad.
Nos podemos quedar con una historia sentimental de todo lo que pasó, como un cuento de hadas que nada tiene que ver con nosotros.
Y si no, hagan la prueba:  Yo les digo:
¡¡HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR.
 ¡Hoy! 2015. Aquí, en Cruce de Arinaga!!
Y me dirán: Es mentira. No hemos visto ningún ángel. ¿Dónde está? ¿ Cómo lo reconoceremos?

Esta es la señal:
“ENCONTRARÁN UN NIÑO ENVUELTO EN PAÑALES Y ACOSTADO EN UN PESEBRE.
UN POBRE-UN BORRACHO-UN ENFERMO-UN AMARGADO-UN PRESO EN JUAN GRANDE-UN TOXICÓMANO-UNA MUJER MALTRATADA- UN JOVEN  SIN VALORES- UNA FAMILIA DESHAUCIADA- UNA CHICA DE LA QUE SE RÍEN-   
Esos son los Niños Jesús que nacen hoy.

Amigos y amigas, esta parroquia quiere hacer caso a los pastores. Cuando vayamos a hacer el besapiés, yo les voy a pedir que no seamos falsos. Un beso, una caricia a una bonita imagen de Jesús tiene que ser el compromiso de acariciar, hacer más fácil la vida de esos “Jesuses” que andan por ahí.  Creo que todos podemos hacer algo.
Cuando hacemos algo… Jesús nace para esas personas…y para nosotros.

Les voy a pedir un gesto:
Adultos: Sigan siendo religiosos, responsables, trabajadores. Pero  Esta noche bendigan la comida de familia y pidan por las “otras familias”. Y SEAN ACOGEDORES. EN SU CASA Y EN SU VIDA
Jóvenes: Sigan siendo alegres, cariñosos, educados … pero pregúntense y respondan: ¿Qué puedo hacer por los demás? Aquí en la parroquia tenemos un proyecto para ustedes. No tengan vergüenza de ser cristianos.
NIÑOS: Sigan siendo buenos, estudiosos, obedientes. Pero no sean egoístas. Cada vez que ustedes quieren algo, piensen que hay miles de niños como ustedes que no tienen eso que ustedes piden. Y muchas veces hay que renunciar a esos caprichos. Compartan, compartan… y díganlo a sus padres
TODOS (incluido yo): Sigamos educando bien a los niños, intentemos dar buen ejemplo a todos. Pero Que nuestra vida cristiana se demuestre con hechos, no sólo con palabras. Que estemos unidos como los ángeles, como los pastores. Que seamos MISERICORDIOSOS. Y que aprendamos a descubrir al Jesús de hace 2000 años… y al de ahora.
Si no somos capaces de ver a Jesús ahora…¡ Más difícil será reconocerlo en el de hace 20 siglos.

Les aseguro que si hacemos esto tendremos una FELIZ NAVIDAD. Es la Navidad que les deseo de corazón.


miércoles, 25 de diciembre de 2013

CARTA-HOMILÍA DE NAVIDAD

Carta-Homilía  al viento 
NAVIDAD.... Y LA DROGA QUE NO ENCONTRÓ LA POLICÍA
Me resulta difícil comprender cómo, en estos días de tantas prisas y tantas fiestas y tantas compras queda un espacio para la ternura. Me resulta casi milagroso el hecho de que, en un tiempo de recortes y de crisis,  haya sitio para la generosidad. Me resulta emotivo descubrir los gestos de amor y de verdadera amistad  en mucha gente, a pesar del ambiente egoísta y de desamor que  abunda en nuestra sociedad. Mucho de esto es posible porque Dios está en medio de nosotros. Es lo bonito y grande de la Navidad: Que Dios se haya querido quedar en nuestra tierra, hecho un Niño indefenso para expresar el gran cariño que nuestro Padre Dios nos tiene.  Y para animarnos a hacer lo mismo. La única Navidad de verdad se llama Amor. Todos podemos tener la tentación de dejarnos llevar del ambiente consumista o esforzarnos egoístamente sólo por nuestro propio bien. Pero no. Hay muchos que se han contagiado de Jesús e intentan vivir cada día la alegría de amar, de perdonar y de trabajar por los otros.

Me contaba un señor padre  de  cinco hijos: Todos me reprochan que quiero al otro más que a él. Todos son algo celosos y me exigen más tiempo y más dedicación. Y yo te puedo asegurar, me decía, que a todos los quiero por igual y que me desvivo para estar con cada uno el mayor tiempo posible, para agradarles, ayudarles y mostrarles mi afecto. Le dije que también a mi me pasaba algo parecido. Que los curas nos sentimos parte de la familia y que, como cualquier padre o madre queremos estar cercanos a todos por igual, aunque a veces tenga que estar más tiempo con quien más lo necesita. Por eso hoy ante el Niño Jesús renuevo mi deseo de continuar sirviendo de corazón a todos los grupos y a todos los barrios y a todas las personas por igual, aunque a veces, por celos o cariño  pueda parecer que no es así. Y le pido a Dios por los que critican a su padre o su madre para que sean más comprensivos, que también eso es Navidad.  
En estos días me ha entusiasmado ver cómo diferentes centros de enseñanza, empresas y particulares  se han quitado algo de lo suyo  para compartirlo con los que tienen menos. Es para mí un ejemplo que algunos jubilados que no lo pasan tan bien, sacrifiquen un poco de lo suyo para los más desfavorecidos. Y es ejemplar igualmente el tiempo valioso que dedican muchas personas de nuestra parroquia a la catequesis con los niños, a Cáritas, a los enfermos o a las distintas tareas de la comunidad parroquial.  En Cáritas se aprende mucho. Porque allí se ve la generosidad de nuestro pueblo. Pero también se descubren muchos gestos solidarios en la misma gente que más lo necesita. Está clara la presencia de Jesús en los más pobres. Cuando compartimos con el necesitado, allí mismo está Jesús. Y está Jesús, también, cuando promovemos los cambios sociales necesarios  para construir una ciudad más justa..Y en esta Navidad quiero renovar mi compromiso y deseo de tratar a todos por igual. Sólo con una excepción. Dedicar más tiempo a aquellos que más lo necesitan o más solos están.  Y de luchar por la justicia con el compromiso personal y no siendo pasivo ante las injusticias que se cometen.
A veces ocurren cosas que no gustan. Hace unos días me paró la policía local. Un joven agente, seguramente principiante en el trabajo, se acercó a mi coche, donde habían dos jóvenes a los que llevaba a su casa. Me preguntó si había consumido droga y me reí. Le dije que pertenecíamos a la parroquia de la que yo era cura y que eso no se nos pasaba por la mente. Sin embargo no nos creyó y siguió buscando en la guantera del coche y entre los sillones… Lógicamente no encontró nada. Pero realmente es que no supo buscar. Porque, entre los dos asientos estaba esa droga que consumo cada día en pequeñas dosis. Estaba el evangelio  que me da ánimos y fuerzas para soportar los malos momentos o las indiferencias o las críticas. Si alguna otra vez me tropiezo con el policía le invitaré a tomar alguna dosis de esa buena droga llamada  evangelio. Probablemente le haga más comprensivo, menos desconfiado y más humano.
En la parroquia todos tenemos cabida. También el policía desconfiado.  A mí me gustaría que los niños y los jóvenes sean siempre bien acogidos aquí. No me imagino ser cura de una parroquia sin los chiquillos y los muchachos. Me gustaría seguir aprendiendo de ellos su alegría y su espontaneidad. Me gustaría que ellos aprendieran de los mayores a reflexionar y a poner su confianza en Dios. Me gustaría que unos y otros y yo como cura, tuviéramos siempre paciencia y capacidad para ver lo bueno de los demás.
Sueño con una comunidad donde no sea necesario que llegue el mes de diciembre para vivir como hermanos, para ayudarnos, defendernos, animarnos, perdonarnos, querernos.
Hoy, aquí, ante el Niño Dios que nace, quiero tener presente de un modo especial a los enfermos, a los que están sufriendo por la reciente  muerte de un ser querido o por alguna otra situación difícil de vivir. Quiero pedir a Jesús por todos los que vienen a Cáritas parroquial en busca de ayuda, cristianos, musulmanes o ateos. Ojalá encuentren en esta parroquia la acogida y cariño que Jesús les daría, sin tener en cuenta ni su religión, ni su raza ni sus ideas.
Y quiero que a pesar de todos los problemas, la Parroquia sea un lugar de Alegría.
El profeta Isaías recordaba: EL PUEBLO QUE CAMINABA EN TINIEBLAS VIO UNA GRAN LUZ. ACRECISTE LA ALEGRÍA. En el salmo hemos recitado: ALÉGRESE EL CIELO, GOCE LA TIERRA. Y EL ÁNGEL  DIJO A LOS PASTORES: NO TEMAN, LES TRAIGO UNA BUERNA NOTICIA, UNA GRAN ALEGRÍA PARA TODO EL PUEBLO.
No nos ganamos la lotería; la vida se nos pone a veces cuesta arriba. Pero Dios está naciendo en nuestro corazón, esa es la gran lotería que no depende de la “suerte” sino de nosotros. Esa alegría nadie nos la puede robar. Feliz Navidad.  



sábado, 27 de julio de 2013

REFLEXIÓN HOMILÍA DE ESTE DOMINGO




HOMILÍA DE ESTE DOMINGO


1.     Pido a todos, en primer lugar, un recuerdo, una oración en silencio por todas las víctimas de accidente en Santiago de Compostela. Muchas vidas, algunas muy jóvenes, truncadas por un desgraciado accidente. Nos es difícil a veces rezar el padrenuestro. Digámosle hoy de corazón: LÍBRANOS DEL MAL. Líbra de todo mal a los que han muerto, a los heridos, a los que han perdido a un familiar o a un buen amigo.
2.     También quiero recordar el encuentro de jóvenes con el papa que se está celebrando en Río de Janeiro. Allí está el papa que este sábado a las 11 de la noche se encuentran no en un concierto sino una vigilia de oración. Un millón de jóvenes del mundo rezando con su pastor. Escuchando la Palabra de Dios y dirigiéndose a Él con mucha fe.
3.     Hace dos años, jóvenes de nuestro pueblo vivieron esta experiencia en el Encuentro de Jóvenes de Madrid. Un millón de jóvenes en silencio, delante del Santísimo en la eucaristía.
4.     Me pregunto. ¿Nuestros jóvenes rezan? ¿Nuestros jóvenes escuchan la palabra de Dios? ¿Nuestros jóvenes son capaces de estar en silencio ante el santísimo, venir a la iglesia y ponerse ante Dios con sencillez y humildad?  ¿Nuestros jóvenes tienen la EXPERIENCIA DE LA ORACIÓN? ¿Nosotros hemos enseñado a rezar, estamos enseñando a rezar a los niños, a los jóvenes? Enseñar a rezar no es hacer que se aprendan una oración. Enseñar a rezar no es sólo ir a la catequesis.
5.     Este sábado al mediodía el papa  decía que hay que tener paciencia y estar con los jóvenes, que hay que escucharles, que hay que “perder el tiempo con ellos”. Que no basta abrir los templos  para que vengan, sino que hay que ir a buscarlos. La misión del cura y el cristiano no es sólo celebrar la misa. Hay una tarea más difícil: Acompañar, escuchar, animar, dar ejemplo a los jóvenes.
6.     He preguntado a muchos jóvenes de fe y su experiencia de oración es muy poca. Saben rezar…pero no rezan. Cuando se ven apurados dicen de “encender una vela”. Pero es que a la vela hay que encenderla con oración, con fe.
7.     Dios escucha nuestra oración, como escuchó a Abrahán. Sodoma se había portado mal. Pero la oración insistente de un hombre salvó a Sodoma de la destrucción. Porque, como dice el salmo, Cuando te invoqué, señor, me escuchaste.
8.     Los apóstoles veían ORAR A JESÚS. ¿Nos ven orar los hijos, los amigos? ¿O es algo que ocultamos? Dice el evangelio de hoy: UNA VEZ QUE ESTABA ORANDO JESÚS, CUANDPO TERMINÓ, UNO DE LOS DISCÍPULOS LE DIJO: Jesús, enséñanos a orar. Y Jesús les enseñó a orar.
9.     Dos actitudes: 1º:  ORAR. En silencio, con palabras, pidiendo, dando gracias. 2º: Enseñar a orar. No “de memoria” sino experimentando que podemos hablar con Él como un Padre que nos perdona, que nos anima a perdonar, a pedir por todos los que no tienen lo necesario (trabajo, alimento, salud…)
10.                       Oración hoy por las víctimas del accidente de tren. Por los jóvenes, por el Papa, por nosotros, por nuestra oración, por nuestro buen ejemplo…


sábado, 6 de octubre de 2012

CARTA AL VIENTO
LA HOMILÍA DEL DOMINGO



     Hace años, un compañero y amigo llamado Felipe Bermúdez, tuvo una feliz ocurrencia: Formar un grupo de personas que irían cada domingo a diferentes parroquias para participar en la liturgia y hacer una crítica de lo que allí se dijera. La idea me resultó interesante pero a otro muchos compañeros no les gustó en absoluto. Tal vez por eso, la experiencia sólo duró unas cuantas semanas.

     Hay domingos que no resulta nada fácil a ningún cura comentar las lecturas bíblicas que se leen. Porque es un texto difícil o porque el tema es muy delicado. Si uno fuera a cinco misas celebradas por diferentes sacerdotes, escucharía probablemente también cinco versiones diferentes de un mismo texto evangélico. Por ejemplo este pasado domingo, se leía un fragmento del evangelio de Lucas con estas palabras:
 
“-¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?

- Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio.

Respondió Jesús: Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.”
 
     ¿Cómo se enfrentará un cura a textos como estos para explicarlos en la misa?
 
     El pasado domingo, recordando al amigo Felipe, repetí la experiencia y pude comprobar una vez más lo difícil que resulta decir la palabra adecuada sin contradecir lo que dice el evangelio y al mismo tiempo sin que nadie se sienta rechazado ni por la palabra de Jesús ni por las palabras del sacerdote. Un grupo considerable de las personas que van a misa el domingo están viviendo situaciones de divorcio, de separaciones o de maltrato. O viviendo en pareja sin casarse. ¿Cómo plantear la homilía sin herir a nadie ni tampoco adulterar la palabra de Dios?

     Hice la experiencia de escuchar cinco homilías diferentes. En dos parroquias, los predicadores se limitaron a recordar las “normas” que rigen para los divorciados hablando con dureza de quienes no las cumplen. Pienso que no entendieron el evangelio.
 
     En otro lugar, el Padre Enrique Martínez, como si respondiera a los dos oradores anteriores, afirmó que “el evangelio no es una suma de principios morales, sino palabra de sabiduría. Cuando esto se olvida, el literalismo desemboca en el fundamentalismo” y añadió que “La “novedad” de Jesús radica en plantear la posibilidad de algo que la sociedad judía no contemplaba: que fuera la mujer la que pidiera el divorcio. Lo que eso significaba era bien simple: situar a varón y mujer en pie de igualdad. O, dicho de otro modo, desactivar el machismo que, como ocurre todavía, lleva a considerar a la mujer como “propiedad” del varón o, al menos, a su servicio.
 
     Es claro que tales actitudes machistas, insistía el cura, por más que se hubieran mantenido durante siglos, contradecían aquel primer principio bíblico que hablaba de “ser los dos una sola carne”.
     Y hubo un cuarto comentarista, el dominico canario Vicente Casañas que hizo lo que en mi opinión es lo correcto y coherente: Partir de su propia experiencia y su vivencia cristiana. Por eso empezó diciendo: “Tengo entre mis amistades a personas divorciadas civilmente. Y anulado su primer matrimonio y vueltos
a casar por la iglesia. Me ha tocado ver muchas situaciones distintas. Mis padres se separaron cuando yo era un adolescente. Bueno, nunca los vi "unidos". Me cuesta y duele hablar de este tema de la pareja. Cierto que el matrimonio tiene mil posibilidades espléndidas…”
 
     Y en esa misma línea, el dominico habló en positivo del amor y de la igualdad entre hombre y mujer.
 
     La quinta homilía del pasado domingo… La quinta pudo ser este mismo comentario. Pero esta les toca criticarla a ustedes.
 

www.parroquiasdearinaga.com
 

sábado, 14 de julio de 2012

LA HOMILÍA DE ESTE DOMINGO. UNA IGLESIA POBRE

LA HOMILÍA DE ESTE DOMINGO


Evangelio de S. Marcos 6, 7-13
     En aquel tiempo llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no, túnica de repuesto. Y añadió:
     -- Quédense en la casa donde entren, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si un lugar no les recibe ni les escucha, al marcharse, sacúdanse el polvo de los pies, para probar su culpa.
     Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor


UNA IGLESIA POBRE
Hace unos días un representante de objetos litúrgicos que vienen por las parroquias vendiendo casullas, cálices, imágenes, etc. me hablaba de la suerte de los  curas que tienen una parroquia buena… y la mala suerte de aquellos a los que les toca una mala…

Le pregunté: ¿la mía es una parroquia buena? Y entonces aclaró lo que yo pretendía que dijera: Para él una parroquia buena es aquella en la que se mueve mucho dinero, donde hay mucha gente rica y, por tanto, muchos donativos para gastar alegremente.

Entonces le conté lo que se dice de san Lorenzo. Durante la persecución de Valeriano, en el siglo III, pensaban que aquel joven cristiano tenía guardadas grandes riquezas: El tesoro de la Iglesia en aquella época.

El alcalde de Roma, que no era creyente y muy amigo de conseguir dinero, ordenó a Lorenzo que entregara las riquezas de la Iglesia. Lorenzo entonces pidió tres días para poder recolectarlas y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba. Al tercer día, compareció ante el prefecto, y le presentó a éste los pobres y enfermos que él mismo había congregado y le dijo que ésos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia. El prefecto entonces le dijo: «Osas burlarte de Roma y del Emperador, y perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».

A veces también hemos pretendido hacer una Iglesia con poder y con dinero. Y hasta nos hemos confundido: Hemos construido grandes iglesias, hemos dedicado mucho tiempo y esfuerzos a los templos y menos a las personas. La verdadera Iglesia está en las personas.

El evangelio de este domingo nos recuerda que Jesús envía a los apóstoles con lo justito: Ni talega, ni alforja, a predicar el evangelio. A aceptar vivir con lo que reciban, donde le dejen. El evangelio nos da una pista de lo que Jesús quiere para la Iglesia: Una Iglesia sencilla, centrada en las personas y especialmente en los pobres.

¿La nuestra es una parroquia BUENA?

Si no ponemos la confianza en el dinero, si los más pobres son atendidos, si la gente se siente acogida, si hay actitud de servicio, si anunciamos el evangelio con el buen ejemplo, si nos animamos unos a otros, si se valora lo que hacen los demás, si no pretendemos creernos mejores, ni los únicos, es una parroquia buena, si somos sensibles al dolor ajeno… esta es una buena parroquia. No necesitamos alforjas, no cajas fuertes…

¿Qué imagen de Iglesia damos en nuestro pueblo?

¿Nos sentimos enviados por Jesús a anunciar el evangelio de la sencillez y del amor a los pobres?

Les invito a pedir que cada vez haya más parroquias BUENAS, comprometidas con el mensaje auténtico de Jesús.

lunes, 7 de diciembre de 2009

EL OBISPO CONFIRMÓ A 8 JÓVENES EN ARINAGA


El Obispo de Canarias, D. Francisco Cases, confirmó el domingo 6 de diciembre a ocho jóvenes de la Parroquia de Ntra. Sra. del Pino de Arinaga (Agüimes). La confirmación se enmarcó dentro de la eucaristía que cada domingo se celebra a las doce y media del mediodía. El Obipo, en la homilía, dirigiéndose a los jóvenes, les animó a seguir buscando y encontrando a Jesús. Los ocho chicos y chicas que recibieron el sacramento participaron muy atentos y entregados a la celebración. Ellos mismos se encargaron de hacer las lecturas de la Palabra de Dios y llevar las ofrendas al altar. En la foto podemos ver, junto a los chicos, al Obispo D. Francisco Cases, a la catequista Fela Domínguez y al párroco.