CARTA-HOMILÍA EN EL DÍA
DE LA INFANCIA MISIONERA
(24
de Enero de 2016)
QUIERO DAR LAS GRACIAS
Queridos feligreses. El evangelio de hoy empezó de una manera
diferente a otras ocasiones. En vez de empezar
diciendo “En aquel tiempo tal y tal” como otras veces, San Lucas comienza su
evangelio como quien escribe una carta: “Querido
Teófilo…”. También yo hoy, y
probablemente muchos domingos más, voy a hacer mi homilía en forma de carta que
dirijo a ustedes. Y es que, en verdad, quiero compartir con cada de uno de
ustedes las reflexiones y sentimientos que la liturgia del domingo me sugiere. Y lo quiero hacer de forma personal, como una carta.
Siendo niño, me ilusionaba ser misionero y deseaba poder ir alguna vez a esos países donde se vive muy mal y poder
llevar el mensaje de Jesús. Llevar un evangelio lleno de alegría y de
esperanza. Sé que algunos de ustedes también han tenido o tienen ese
deseo. Yo tuve la suerte de vivir esa
experiencia durante varios meses en algunos lugares como Guatemala o Bolivia. Y
tengo la suerte de tener buenos amigos que están haciendo esa tarea. Y la suerte de estar en una parroquia donde puedo
llevar a cabo mi deseo.
Hoy es el día de la Infancia Misionera
que es algo que se empezó a hacer hace
muchísimos años para animar a que los niños y niñas que quieren hacer
algo bueno por los demás, que quieran ser misioneros, lo puedan hacer desde aquí,
en su casa y en la escuela y en el parque. Eso vale también para los mayores.
Estamos viviendo un tiempo en donde muchísima gente vive sin fe. Y necesitan un MISIONERO aquí. Ese misionero o
misionera pueden ser ustedes, mayores y pequeños y puedo ser yo. Se trata
solamente de que escuchemos el mensaje de Jesús e intentemos transmitirlo a los
demás con nuestra vida. Hay misioneros que están por ejemplo en África o en
China y no predican nada sino que intentan hacer el bien siempre: Como hacía
Jesús. Porque lo más importante es el ejemplo, el buen testimonio. El evangelio dice que Jesús fue un día a la
sinagoga y cuando el pasaje de la Biblia que decía: “El Espíritu del Señor está
sobre mí. Él me ha enviado para anunciar el EVANGELIO, la buena noticia, a los
pobres, para anunciar el AÑO DE GRACIA del Señor”. Y luego añadió: ¡Hoy se cumple esta Escritura!

Dar gracias a Dios todos los días. ¡La de
cosas buenas que recibimos de él cada día a través de muchas personas. Gracias,
Papá Dios, por la fe que tenemos.
Gracias por la familia. Gracias por los que nos corrigen. Gracias por los que
nos animan. Gracias por los que rezan por nosotros.
Esta puede ser nuestra oración de la semana. Ser agradecidos con todas
las gente: El conductor que frena cuando
vamos a cruzar por el paso de peatones, la persona que nos sirve con alegría en el supermercado o la peluquería, el hijo o
el padre o la madre que nos hacen más alegre la vida. La gente que pasa y nos
saluda. Gracias Dios!
Yo quiero dar las gracias a ustedes, amigos de la parroquia, por esas pequeñas cosas que a veces
aconsejamos y que ustedes aceptan tan bien : rezar más despacio,
cantar con el alma y sin vergüenza, procurar que el templo sea siempre un espacio sagrado y respetado. Y
gracias también por las sugerencias que ustedes me hacen, las propuestas e ideas
bonitas que recibo de parte de algunos,
aunque no siempre pueda realizarlas.
Anoche, cuando me iba a acostar envié un mensaje a Manolín, que es un
cura misionero que está en Mozambique. Le dije: ¿Podrias dedicar unas líneas a
los niños y a los grandes de Cruce de Arinaga y de Ingenio con motivo del día
de la Infancia misionera? Y él, a las 5 de la mañana me envió su
respuesta. Gracias, Manolín. Me dijo
esto:
Khanimambo!!!
Gracias!!!! Esta es una de las cinco palabras que
se utilizan para decir gracias en la lengua xichangana de Mozambique.
Porque esta cultura africana es muy agradecida. Ustedes, niños y niñas y
ustedes padres y abuelos, son misioneros y misioneras como yo. Cuando
pequeño siempre quise ser médico para ayudar a los niños de África. Hoy estoy
aquí con estos niños aunque no soy médico sino cura, y me siento muy feliz. Los
Reyes Magos me trajeron mi regalo: un hogar en África. Este día tan especial de
la Infancia Misionera quiero dar gracias a Dios por ustedes y por tantos niños
y niñas que ayudan a sus amigos, ayudan en casa y en el Cole. Y ya saben que
los niños de África les esperan para cantar y bailar con sus elefantes, jirafas
y gacelas!!! Khanimambo!!! Muchísimas gracias.
Pues ya sabemos. Tarea para estos días. Ser
agradecidos de corazón y decirlo muchas veces con palabras. Gracias. Khanimambo.
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