domingo, 7 de febrero de 2010

DIARIO DE UN CURA...Y CARNAVAL. 7 Febrero 2010

Ayer tarde, la señora I. me comentó que le había molestado que, en la revista de la Parroquia "El Puente" se nombrara el carnaval. Le parece algo tan malo, que le resultó indigno que en una publicación de los crstianos dijéramos: "Jueves 18: Festivo en Agüimes por motivo del carnaval".Me costó entenderlo, la verdad. Le respondí que, en primer lugar sólo se trataba de informar que era festivo. Pero es que, además, le comenté, en el carnaval no todo es malo. Es buena la alegría y divertirse y cantar, y que la gente se reúna, y que se hagan carrozas...Pero I. no aceptaba nada de eso. -No, qué va, nada hay bueno en el carnaval, insitía.
Por eso tampoco quise decirle más. ¡Ay I. si usted supiera! Yo no soy "carnavalero" pero he hecho mis peninos: ¡Cómo me alegraba de chiquillo ir de casa en casa disfrazado con ropas viejas y pidiendo un huevito!
Y ya siendo cura, otra muchísimas veces. Estando de Formador en el Seminario o dando la lata a D. José Díaz en la casa parroquial de Telde.
Me viene a la mente cuando, de cura en Vecindario, aprovechaba las verbenas de la plaza, delante mismo de la casa parroquial. Era una gran ventaja. Me disfrazaba, daba la lata a unos cuantos, volvia a cambiarme de ropa y algunos me contaban después lo que les había pasado sin sospechar que la "mascarita" era yo. Santiago, un cura militar que iba por allí, muy serio, estaba en la plaza y yo empecé a darle bromas, a meterme con él. Y él más o menos las seguía. Pero cuando ya me puse algo más pesado se enfadó bastante ý  me marché. Nunca me atreví a decirle que había siso yo porque más tarde me lo contaba muy airado y  sospechando que podía ser Gerardo el seminarista que también se quedaba en la casa parroquial.
   Y ya en Tamaraceite probé a vestirme de cura. Bajé a Las Palmas con un grupo de amigos y la gente se metía mucho conmigo sin pensar que, efectivamente, era un auténtico cura el que estaba dentro de la sotana.
   ¿Qué tiene esto de malo, I.? Sencillamente pasarlo bien, dar bromas, reir... La alegría, estimada I. es una virtud necesaria en los cristianos. Pobres de nosostros si no somos capaces de reir y de encontrar la parte positiva de las fiestas. Claro que también tiene su parte negativa, pero ¿por qué poner los acentos en lo malo y no en lo bueno? El año pasado, ya de cura por aquí, estuve alguna noche en el carnaval de Agüimes, sólo a ver...Y cómo me alegró entonces encontrarme con las Gemelas del Cruce de Arinaga y otras personas amigas de la parroquia. Pero tranquila, I. que este año, con este catarrón que llevo disfrutando hace casi dos meses, no voy a poder vivir ni desde fuera ni desde dentro el carnaval. Bueno, si yo supiera que usted iba, sí que me disfrazaría para darle alguna bromilla. No se molestará ¿verdad?
    Aparte lo del carnaval, el domingo, como casi siempre, riquísimo. Las colectas para Haití, por lo que vi a primera vista, muy generosas. Cuando los que cuentan el dinero me digan lo recaudado lo daré a conocer en la parroquia. En el Cruce de Arinaga me agradó escuchar a Carmelo su comentario tan acertado al evangelio del día (la pesca milagrosa). Y hablar con la hija de la señora "De los Muchos Hijos" (así la llamábamos)de Ojos de Garza, que conocí niña y ahora vive por aquí. En Arinaga, disfruté con las canciones y vi que también la gente se sentía a gusto. Una señora peninsular se despidió de mí, dice que lleva algo más de un mes por aquí y ha participado cada domingo en la misa. Se vuelve a su tierra y dijo que se ha sentido muy bien por el ambiente de alegría y por los cantos de la misa.
María Dolores y Araceli, de Tamaraceite, me visitaron al mediodía y comimos juntos. Ellas me informaron de muchísimas cosas de mi ex-parroquia. Está bien no perder el contacto y para mí es bueno que con frecuencia aparezcan por aquí algunas de las personas amigas que quedaron en la otra parroquia.
    También tuve misa en Las Rosas, a donde siempre voy con mucho gusto. Águeda, Rosy y las muchachillas de Síntesis de Fe animan mucho la celebración. Yo disfruto la misa. Y como colofón, al llegar a la casa Parroquial, mi hermana Flora y su hija Pepa. Un ratillo de diálogo, una "aguita guisada" y final de la jornada hasta los cardos que acaba de traer Dámaso.
    Claro que me quedan muchas cosas más de este domingo. Pero habrá más. Ahora un poquito de información futbolera... y recogiendo todo este  día, la oración que invité a hacer hoy a los niños y adultos: ¿Qué quieres de mí Señor? ¿Qué quieres que haga, cuál es mi misión? 
Me gustaría que mi corazón escuchara, sinceramente, lo que tú quieres de mí.
A lo mejor lo cantamos hoy en algún momento:
-Ve por el mundo, grita a la gente
que el amor de Dios no acaba ni la voz de Dios se pierde....

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