Escribe Juan Santana desde
Arinaga
LA CONSIDERO
DE NUESTRA PROPIEDAD
DE NUESTRA PROPIEDAD
En esta ocasión me gustaría dedicar un
momento para nuestra letra “Ñ”, que si bien pudiera resultar insignificante,
para nosotros que hablamos el castellano es muy necesaria.
Comenzaré diciendo que nuestro idioma es
el español, donde se pueden imaginar como quedaría si suprimiéramos la letra en
cuestión.
Pero es que hace años querían suprimirla
de los teclados de ordenadores, cosa que no salió adelante, pues la sensatez
predominó al saber que siempre ha estado con nosotros y si quieren que hagan
otros teclados para el extranjero, ya que los ingleses por ejemplo, nunca han
querido dejar de circular por la izquierda y nadie les obliga a hacerlo por la
derecha como en los demás países.
Pero como el caso que me induce a
escribir no es de tráfico, les sigo diciendo que si comentas que “tienes cañas”
pero cambias la “ñ por la n”, con la mayor seguridad es que te manden a la
peluquería para darte el tinte.
Al gritar: “la uña”, con la nueva norma
te responderán: “las dos”.
Si tropiezas con una peña, es posible
que te diga otra persona que eso es algo que no se puede tocar, pero si
insistes en afirmarlo, ella, para no ser menos te jurará que se tropezó con el
dolor.
En la llamada “nochevieja” te mirarán
mal cuando anuncies que aquí termina el año, mirando a tu parte trasera.
Si un cristal está empañado, sin nuestra
letra va a parecer que tiene harina y huevo para freír.
Y así estaríamos horas y horas nombrando
palabras, por eso aspiro tan solo a que la lectura de estas letras les haga
saber lo importante que resulta un simple guión encima de la “N”, además de
perjudicar bastante a nuestros hermanos gallegos que se la ponen a casi todo lo
que dicen, por lo que con empeño y cariño les dejo estas dos o tres palabras
como muestra de este apaño.
Campaña y campana, raña y rana, cuña y
cuna, tiña y tina, etc.
Juan Santana Méndez
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