Escribe Paco Mira
HUMILDAD Y DISCRECIÓN.
CLAVES DEL TRIUNFO
CLAVES DEL TRIUNFO
Vamos a entrar en una semana clave: la semana santa. Es una semana, que como los disfraces de carnaval, sirve para muchas cosas: para ir de apartamento, para estrenar la playa en Canarias, para viajar, para comer sancocho, etc... y lo más probable es que pocos, muy pocos la utilicen para lo que se ha creado, para un fin religioso, mejor dicho, para conmemorar el sentido auténtico de la fe cristiana: la muerte y resurrección de quien da sentido a la vida de todos y cada uno de nosotros.
Pero este año, el calendario - no se si
caprichosamente o no - ha querido que nos detengamos en recordar, conmemorar
... a alguien a quien hay que tocar en el hombro en más de una ocasión para que
nos demos cuenta que vive, pues de lo contrario lo más probable es que no
suceda de esa manera: José el carpintero, el esposo de María, el "padre
putativo", el personaje del que se dice poco o nada en los evangelios,
pero que su importancia ha sido vital.
José es el prototipo de hombre que
acepta las decisiones sin preguntar porque aunque en su interior dude o tema,
como por ejemplo cuando le dicen que tiene que asumir a una mujer embarazada de
no se sabe quien, no tiene que repudiarla. Me gustaría recordar a
tantos y tantos sacristanes de nuestras parroquias, o gente que trabaja
desinteresadamente en ellas que aceptan decisiones de los párrocos, que incluso
puede que no estén de acuerdo con ellos, pero que por el bien de la comunidad
siguen adelante.
¡Cómo no
mencionar en mi parroquia a Carmelo o a Ceni!.
Creo que José, desde su humildad, es
también el prototipo de muchos padres
que con su labor callada son capaces de sacar adelante una familia con una
circunstancia especial que ellos no han buscado pero que les viene dada. Padres
y hombres que desde la discreción son capaces de soportar calladamente las
adversidades de un compromiso derivado de una fe religiosa.
¡Ay, que la semana santa da para
mucho!. Como me imagino que aquella Jerusalén también daba para mucho hace dos
mil años. Muchos subían para la fiesta, otros eran curiosos que observaban lo
que se movía, otros sencillamente paseaban y... en medio de todo ello unos
niños que agitaban unos ramos al paso de un personaje que hoy en día bien merece
un recuerdo presencial de quienes nos decimos y llevamos el apellido de
cristianos.
Un personaje, Jesús, al que le va a
pasar de todo, pero que como su padre biológico José, con humildad y discreción
llegará al triunfo. Un triunfo que como veremos el jueves, no asume pero
acepta; un triunfo que exige sacrificio y él asume por voluntad de su padre,
porque sabe que el premio final tiene su recompensa.
Sería bueno que disfrutemos de esta
semana. Sería bueno que acompañáramos al que da sentido a nuestra vida en todo
su camino hacia la salvación. Seguro y además es verdad, tendremos tiempo a
todo. Tenemos tiempo a la playa, tenemos tiempo para los amigos, tenemos tiempo
para el relax. Es más. En cualquier sitio que nos encontremos tendremos espacio
y lugar para compartir con otros lo mismo que sentimos.
Unámonos a lo que Pablo comparte que: a pesar de su condición no hizo alarde, al
contrario se despojó de sí mismo. Quizás esa es la actitud del cristiano:
no hacer alarde para no imponer; despojarnos de nosotros mismos, siendo
humildes y discretos... y seguro que entre otras cosas la semana santa nos
servirá para vivir la fe en la resurrección.
Ya, desde este domingo, nos vamos a
encontrar con la cruz y con un crucificado. No demos la vuelta. Plantémosle y
pongámosle cara. Hoy hay muchas.
Hasta la próxima.
Paco Mira
Paco ¿por qué presupones que pocos o muy pocos vamos a celebrar la Semana Santa con un fin religioso? Se puede viajar, ir a la playa, al cine, estar con la familia, con los amigos, ... y participar en las celebraciones del Jueves, Viernes y Sábado Santo? Un saludo
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