miércoles, 24 de diciembre de 2014

NOCHEBUENA, BUENAS NOCHES O ¿NOCHES BUENAS?

NOCHEBUENA, BUENAS NOCHES O  ¿NOCHES BUENAS?
            Saben que a lo largo del año he jugado, en alguna ocasión, con las palabras, Y es que esta noche no podía ser menos. Tanta espera ha merecido la pena. No porque cada año se produzca el mismo acontecimiento, sino porque cada año nos da la oportunidad de empezar de nuevo y es que Dios nunca se cansa de darnos oportunidades aunque nosotros no queramos reconocerlas.
         Hoy es Nochebuena. Es quizás la noche por excelencia de cuantas se pueden imaginar y eso que tenemos 364 en el año. Muchas serán las noches que marquen nuestra vida: el niño que no duerme por una enfermedad; el opositor que no sabe cómo le va a salir el examen; aquella noche en el hospital con aquella persona especial para cada uno de nosotros, etc… noche por excelencia.
         Pero quizás es también la noche de decir hasta mañana. Porque amanece un nuevo día cargado de ilusiones mejores que las anteriores; porque el cansancio acumulado a lo largo del día merece un deseoso y sabroso descanso, por eso ¡ qué mejor ocasión para decir buenas noches!: el padre al hijo, el hijo al padre, el esposo a la esposa….
         También es la oportunidad de mirar atrás. Es la oportunidad, en los cumpleaños, de echar la mirada hacia atrás y hacer un pequeño balance: ¿cuántas noches buenas hemos pasado a lo largo del año?. Muchos dirán que todas, pero otros – por desgracia – dirán que de buenas pocas.
         Hoy es la noche igual al día; el día igual a la noche. Porque la Palabra se hace carne y está y camina en medio y con cada uno de nosotros. Lo más probable que la Palabra que acampa entre nosotros lo haga de una manera especial en los desahuciados, en los padres que buscan en los contenedores para sus hijos, en las familias que no pueden comprar algo especial y acaban en la comida de todos los días… En definitiva este día tiene un poco de nochebuena, de buenas noches o de noches buenas.
         Aún así la Navidad merece la pena. Merece la pena recordar el cumpleaños de quien por nosotros lo entrega todo para que sigamos su ejemplo. Cada vez que miramos un 24 ó 25 de Diciembre debemos mirar el corazón de cada uno de nosotros. Cada vez que veo un belén me recuerda aquella canción que dice “Jesús, ¿quién eres tú, tan pobre al nacer que piensas en mí?.
         Les invito, me invito, a preguntarle al que nace, Jesús quién eres tú. Y lo más probable es que la respuesta no hay que ir a buscarla demasiado lejos. No hay que recorrer excesivos kilómetros para darnos cuenta que hay infinidad de pesebres a nuestro alrededor; hay infinidad de pobreza y de promesas incumplidas; hay demasiados que se aprovechan de la miseria de otros para poder subir peldaños injustos.
         Campana sobre campana, asómate a la ventana. ¡ Hagámoslo!. Que la navidad sea una invitación a salir a descubrir la realidad que nos inunda. Abramos la ventana que nos deslumbre  y veamos que no todos son villancicos, que veamos que hay, como en Belén, comedores sociales, gente tocando en la puerta de caritas, padres que quieren pero no pueden provocar una risa en sus hijos.
         Amigos, Dios se hace carne, uno como nosotros y encima se queda. Seamos capaces de descubrirlo. No perdamos la sonrisa. No entristezcamos las fiestas, pero seamos realistas. Me gustaría que los cristianos nos emocionemos como la gente en aeropuertos, estaciones de ferrocarril, o cuando la sorpresa llega a casa. ¡qué bonito! Por cierto Feliz nochebuena,  o buenas noches o ¿noches buenas?.
         FELIZ NAVIDAD
         Hasta la próxima
         Paco Mira

  

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