Paco Mira escribe
QUERIDOS REYES MAGOS
¿Saben?.
No se si la ilusión tiene que estar unida indefectiblemente a la infancia, o
hay que ser infantiles para ser ilusos. Creo que no. Creo que todos debemos ser
un poco inocentes, infantiles y nunca perder la ilusión. Por eso cuando llega
esta fiesta se me ponen los pelos de punta, porque la inocencia, la ilusión y
ser infantiles tienen como conclusión la felicidad. Es el día de los felices,
de los que sueñan, de los que esperan con desesperación… es el día de Reyes.
Por eso yo también quiero escribir una carta a sus
majestades, también con la idea de ser feliz. Lo más probable es que no me
hubiese portado lo mejor del todo y eso que he tenido 365 días para ello; no
tengo claro que no me caigan carbones, pero no de los dulces, sino del que da
calor y mancha las manos. Pero ilusión y ganas no me faltan por eso yo también
quiero pedir.
Quiero pedirles una Iglesia más limpia, fresca, con olor a
suavizante. Quiero en esa Iglesia que nuestro Papa Bergoglio, o el Papa
Francisco, sople, abra ventanas y lave todo aquello que nos impide abrir las
puertas a sus majestades. Pero también quiero una Iglesia más cercana, donde mi
Obispo, mi párroco… sea verdadero corresponsal del Papa que sopla, airea y
limpia.
Quiero pedir un mundo sin odio. Levantarnos un día y que la
gran noticia es que las balas han dejado de silbar; la gran noticia es que los
niños, ancianos, mujeres, hombres no tienen que correr porque hay alguien que
en su corazón no existe cabida para el amor, para el perdón… y aniquila todo
aquello que encuentra a su paso.
Quiero pedir que nuestros gobernantes, nuestros políticos…
aquellos en los que hemos depositado nuestra esperanza, no nos mientan. Estoy
por asegurar que nuestras majestades pasarán por las casas de ellos,
independientemente de cómo esté el país, que también es el de ellos. Muchos de
nuestros hermanos tienen que hacer cola en el paro, en los comedores de
caritas, en las puertas de nuestras iglesias… y seguro que en muchas de esas
casas no podrán pasar sus majestades… entre otras cosas porque a lo mejor ha
habido una orden de desahucio, y ahora la dirección ya no es la misma. Me
gustaría que esos mismos políticos no nos engañaran diciendo que el próximo año
va a ser mejor, cuando ellos mismos no lo saben.
Quiero pedir menos nerviosismo en todos. Estamos como
demasiado estresados, demasiado apurados y quizás no nos dé tiempo a mirarle a
la cara al que pasa a nuestro lado. Quizás si le mirásemos al otro,
entenderíamos mejor nuestra propia situación.
Me gustaría seguir pidiendo, pero no quiero ser egoísta.
Quiero que los demás también pidan, pero que pidamos todos con los ojos de los
niños, con la ilusión de los más pequeños, con la inocencia de quien no tiene
doble intención. Alguien me dijo que si somos como ellos, igual entramos en el
Reino de los cielos. Bueno, pues me apunto a ello.
Solo entendiendo que podemos ser luz en medio de sombras,
sabremos comprender que estamos ante la fiesta de la Epifanía. Ante la fiesta de
la manifestación de Dios, a través de su Hijo, a los pueblos. Los magos quizás
no fueran tres, ni se llamaran como nosotros lo hacemos, pero si es verdad, que
como cantaba un cantautor español, “quizás
habrá un día en que todos los hombres alcemos la vista y veamos un mundo mejor”.
Entre otras cosas porque hemos sido capaces de comprender la manifestación
de lo celebrado en la Navidad.
Amigos,
disfrutemos del día, con el día, de los nuestros y con los nuestros y
preguntémonos si realmente Jesús se ha manifestado en nosotros.
Hasta la próxima
Paco Mira
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