martes, 22 de diciembre de 2009

CARTA AL VIENTO: Murió Paco Bello, un cura amigo


PACO BELLO, UN CURA CONSECUENTE.
Esta tarde nos dijo adiós Paco Bello, párroco de Marpequeña y La Garita en Telde. Con apenas 53 años, Paco, nacido en Tenerife, trabajó siempre como sacerdote en la Isla de Gran Canaria. Su muerte inesperada nos hace mirar hacia atrás y descubrir las huellas que ha ido dejando en el camino, en estos veinticinco años de servicio a la iglesia canaria. Con él coincidí en las parroquias de Vecindario y Doctoral y siempre mantuvimos una buena relación que, en los últimos meses ha sido, sobre todo, a través del correo electrónico.
Paco fue siempre un hombre polémico porque hacía lo que pensaba. No le importó ser criticado o no ser aceptado en determinados grupos. Fue un hombre libre. Y su libertad, así lo afirmaba una y otra vez, nacía del evangelio. Y levantó siempre las banderas que consideró que había que levantar.
Respondiendo a un periodista afirmaba: “Me considero un cristiano y un sacerdote que intento ser consecuente con lo que descubro en el Evangelio de Jesucristo. Eso me hace tropezar con gente que es poco tolerante y que no permite que la sociedad avance en pos del progreso y la libertad”. Así era. Espontáneo, claro, comprometido. Porque sus luchas y las polémicas que suscitaba no fueron nunca por defenderse a sí mismo. Mi opinión, afirmaba en una ocasión, es que cada persona es libre, tiene que respetar a los demás, ser solidario y no imponer sus ideas, ni sus criterios, porque todos somos distintos, como canta Braulio en una de sus canciones. O como dice Pepe Vélez: “El amor es libre, libre como el viento...” A los niños lo único que les preocupa es que les amen, que les atiendan en todas sus facetas biológicas y psicológicas”.
Hace unas semanas, cuando estábamos comenzando este tiempo de adviento, Paco me envió una reflexión que, entre otras cosas decía: Un pastor bueno escucha, conoce y camina sencillamente entre sus ovejas: "Conozco a mis ovejas y ellas me conocen" (Jn 10,14). No se ciñe picuda corona, ni se fabrica relucientes cetros, sino que apoya su cansancio en un palo, que eso es un cayado. Si quieres ser guía, muestra con tu ejemplo la luz del Evangelio”. Gracias, Paco por tu mensaje que nos vale a todos.
Ahora, cuando el Adviento acaba, Paco el pastor que intentó caminar con sencillez con su pueblo, nos deja para irse con Padre Dios que le mostrará al Jesús que tanto predicó. Feliz Navidad con Jesús , Paco Bello, Paco amigo, Paco el Consecuente.

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