miércoles, 29 de noviembre de 2017
DIARIO DE UN CURA
Acabo de llegar a mi habitación y, aunque ya es un poco tarde, recibo
un mensaje en el móvil. Lo abro y, sorpresa.
Alguien, que por cierto no conozco,
me felicita por esta Navidad y año nuevo. Pero ¡Dios mío!, ¿qué prisa tiene? Además, no
lo hace con una palabra personal. Me
manda un vídeo con frases bonitas, un poco ñoñas, pero que nada tienen que ver conmigo ni con
la Navidad. Ya le respondí. Por supuesto,
con mucha educación. Pero le dije que no. Que cada cosa, a su tiempo. No puedo hacer dos cosas a la
vez, aunque sea un defecto. No puedo ver al mismo tiempo un amanecer y una
puesta de sol. Todo, en su momento. Los que me conocen saben que, en la misa,
no me gusta que, antes de acabar las preces, por ejemplo, estemos ocupados en
preparar las ofrendas. Hay que vivir el
momento presente. Sin prisas ni agobios. Cada día tiene su propio afán, su
propio agobio y no son palabras mías.
O vives el hoy o vives el mañana. Y el mañana no lo puedo vivir hasta
que no llegue. El tiempo de la Navidad
no ha llegado. No hay que precipitarse.
O nos volvemos locos.
Me parece muy importante y
hermosa la celebración de la Navidad. Pero en su momento. Ahora sólo toca
prepararse y es lo que quiero vivir. Ahora sólo quiero el adviento, la
esperanza de que muchas cosas van a ser mejor. Todo, a su tiempo.
https://youtu.be/VdQ66diyTDI
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.