viernes, 27 de octubre de 2017

INJUSTICIA

Escribe Juan Santana
INJUSTICIA
Con esta queja, a la cual no harán caso los mandatarios políticos, me gustaría expresar mi más enérgica protesta por lo que creo es ya una reivindicación antigua de los habitantes de la playa de Arinaga.

Resulta que siempre somos “el vagón de cola” para todo, pues por citar lo más necesario para el pueblo, fuimos los últimos en tener el agua de abasto del que disfrutaban ya en Agüimes “casco”, Cruce de Arinaga etc.

Mientras ellos tenían el agua de buena calidad, a nosotros nos mandaban el agua de estanque procedente del barrio de “Piletas”, por supuesto de peor calidad que la otra. 

Nosotros teníamos que buscar “garrafas” para llenarlas en el Cruce o en Agüimes porque la nuestra no servía, aunque sí que la pagábamos al mismo precio que la buena.

Pero hoy me quiero centrar en materia de asistencia médica, porque también fuimos los últimos en tener una farmacia y por supuesto un pequeño consultorio médico, el cual comenzó con un facultativo y luego aumentaron a tres, por supuesto con sus respectivos enfermeros.

Cuando comenzaron las obras del nuevo Consultorio, que por cierto casi caduca antes de inaugurarlo, nuestras expectativas estaban puestas en que al tener un centro más moderno, pensábamos que se plantearían el poner un médico de guardia para las urgencias, porque el número de habitantes de la playa crecía. 

Nada más lejos de la realidad, porque después de un tiempo añadieron un nuevo médico, pero como se suele decir, “a caballo” entre el Cruce y Arinaga, pues su horario laboral lo repartía entre estos dos lugares, o sea un doctor para dos ambulatorios.  

Ahora, en vez de mejorar, cierto grupo político en el ayuntamiento de Agüimes, al enterarse de que el gobierno de Canarias pretendía cerrar por las tardes el Consultorio de Agüimes, tuvo la feliz idea de mantenerlo abierto de la siguiente forma:
Centro de Salud de Agüimes 
Que los médicos de la playa de Arinaga dejaran uno de sus días de trabajo por la mañana, suspendiendo esa consulta matutina, cambiándola a horas de la tarde, pero en Agüimes, teniendo que ir sus pacientes por la tarde hasta arriba, en vez de que le recetaran por la mañana en Arinaga.    

Tantos sacrificios que nos costó el tener los médicos aquí y ahora se los llevan un día por semana, cosa que siempre se ha conocido con el refrán: “Es desnudar a un santo para vestir a otro”.

Nosotros, que teníamos la ilusión, palabra que viene de iluso, de que pusieran las urgencias en la playa, resulta que en vez de ir a más vamos a menos, cosa que pinta bien el panorama para los que estén estudiando medicina, los cuales creo que pasarán a engrosar las listas del paro.


Juan Santana Méndez  

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