Escribe Paco Mira:
INDIANA JONES ENCONTRÓ
SU TESORO. NOSOTROS,
¿LOS ABUELOS?
SU TESORO. NOSOTROS,
¿LOS ABUELOS?
Déjenme que por una vez eche la vista atrás: el 26 se celebraba
la festividad de Joaquín y Ana. A muchos les sonarán los nombres, otros se
preguntarán quienes son y qué tienen que ver aquí. Les diré que la tradición
marca a estos dos personajes como los padres de María, nuestra madre en la fe y
por lo tanto abuelos de Jesús de Nazaret. No nos olvidemos que hablamos de una
tradición. Sea como fuere, fue el día de los abuelos: ¡qué bonito!. Es por ello
que me gustaría, en parte, dedicarles unas letras a esos personajes que a veces
son vilipendiados o incluso menospreciados.

Alguien me dijo en alguna ocasión que
los abuelos son los que más nos quieren y que los nietos son a los que peor los
tratamos. Me gustaría hacer como un acto de valentía familiar: coger, abrazar,
acariciar, besar, mirar a la cara... a
todos y cada uno de nuestros abuelos; que de verdad ejerzamos como
verdaderos nietos; que seamos capaces de devolver parte de lo que ellos nos
dan. Abuelos, a veces también, a los que la enfermedad hace que nuestro cuidado
tenga que ser mayor y casi exclusivo.
A veces me da la impresión que tomamos
a nuestros abuelos como una obligación para con nosotros. A veces los hijos
tienen nietos pensando que tienen abuelos que los cuidan. Reivindico, también,
el derecho que los abuelos tienen a decir que no en más de una ocasión y que no
nos tiene por qué parecer mal. Reivindico el derecho de los abuelos a no cuidar
de los nietos en más de una ocasión. Normalmente los abuelos son los jubilados
de la familia, pero eso no le da derecho a la familia a obligarle a cuidar de
los más pequeños.

Para nosotros, nuestro tesoro, es el
Reino de los Cielos. Para Indiana no fue fácil dar con él, tuvo que sortear
infinidad de obstáculos, tuvo que luchar contra infinidad de enemigos!... ¡Qué
poquita diferencia con el Reino actual!: no es fácil anunciar la buena nueva en
medio de tantos peligros, contrariedades, dificultades y adversidades. Y sin
embargo tenemos y debemos salir adelante, porque el premio merece la pena.
¡Cuántos silencios los de nuestros
abuelos!.¡ Cuántas meditaciones interiores- como los de Ignacio de Loyola - para poder sacar adelante a una familia en
medio de penurias!. Eso es encontrar un tesoro. Es encontrar lo realmente
válido en la vida y no hay que ir muy lejos, sino que se puede tener en la
familia.
Amigos, ojala que, en medio del verano,
seamos capaces de valorar aquello que tenemos y que tenemos como importante;
ojala que seamos capaces de apreciar lo bueno, generoso, enorme... de unos
corazones que probablemente se vayan fatigando por la edad y los esfuerzos de
la vida, pero que siguen latiendo al cien por cien en favor de los nietos y de
los hijos.
Hasta la próxima y feliz
verano.
Paco Mira
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