Escribe Paco Mira
SE NECESITAN PERSONAS.
NO IMPORTA LA EDAD. FORMACIÓN A
CARGO DE LA FAMILIA.
En todos los periódicos hay secciones que siempre son fijas:
Deportes, esquelas, editorial, etc... Todo en la línea que marca el periódico
en función de su ideología, de sus lectores, etc.... y claro los que leen el
periódico tiene su preferencia: recuerdo que mi abuela empezaba el periódico
por las esquelas por si tenía que cumplir
con alguien. Creo que la gente joven de hoy en día quizás lo comience por
los deportes porque es algo que siempre interesa, especialmente a ellos, como
si el resto de las noticias no fuera con ellos.
Pero quizás porque la situación que
estamos viviendo así nos lo indica, muchos empezarán el periódico por los
anuncios por palabras. Por las ofertas de trabajo. Por los devaneos amorosos
previo pago de su importe, no sé. Por cualquier hoja con tal de poder encontrar
un buen trabajo, o por lo menos un trabajo. La cola me imagino que puede ser
interminable y para un mismo trabajo se presentarán no se sabe cuantos.
En todos los trabajos, hoy en día, se
pide lo que hace diez años, por ejemplo no se exigía: preparación en no sé que
historia, no sé cuantos idiomas, título de no se cuantas cosas..... Pero
fíjense que me gustaría encontrar un anuncio en el que todo el mundo se
anunciara como portador de buenas noticias. Que fuera un contagio para aquellos
que normalmente tienen la cara de viernes santo, o del día de difuntos. Que
fueran capaces de arrinconar o desterrar a los portadores de malas noticias.
Este fin de semana se celebra el día de
la infancia misionera. Todos, pero especialmente los niños, estamos, están
llamados a ser portadores de buenas noticias que en el fondo eso es lo que es
un misionero: aquel que lleva, contagia lo bueno de la gran noticia cristiana
llamada Jesús.
Quizás y sin quizás la mejor academia
para formarse en el periodismo de buenas noticias sea la familia. No hay mejor
formación que la del testimonio. No hay mejor universidad que la de la vida del
convencimiento por las obras, por los gestos por las actitudes. Un niño que ve
que sus padres fomentan, viven y actúan según el mensaje de Jesús, ese niño le
faltará tiempo para salir corriendo y publicar en la portada del periódico lo
que el evangelio de este fin de semana anuncia.
Y precisamente es Jesús, que
desenrrollando el pergamino confiesa que el
espíritu de Dios está sobre mí... para dar la buena noticia a los pobres y la
libertad a los cautivos, la vista a los ciegos... (Lc 1,1; 14,1).
Ante situaciones como las que estamos
viviendo, del drama de los refugiados, de los que se quedan en las puertas de
la libertad, de los niños que con edad muy temprana deciden no seguir viviendo,
de niños que se quedan en las orillas de las playas y de la vida de quienes no
les importa nada más que el número, de niños que nada más ven el odio, el
rencor, el abuso de los mayores.... Urge que en la academia familiar, cada vez
más se oiga que el Espíritu de Dios está sobre todos y cada uno de ellos.
Ojalá que los mayores sirvamos de
ejemplo a esos niños que con la diferencia de altura nos miran hacia arriba, a
la cara con un gesto como de interrogación preguntándose qué hacen. Que los
mayores seamos capaces de insuflar a estos niños no el "rollo" del
pergamino, sino la alegría de una buena noticia. Que cuando abran el periódico
de la vida, que cuando cada mañana se soben los ojos y los abran puedan
contemplar que el sol brilla y alumbra para todos, especialmente para ellos que
son el futuro de todos, y a los que nosotros no podemos negar ese derecho. Por ello,
ellos son misioneros, infantiles, pero portadores de buenas noticias.
Amigos se necesitan personas para
anunciar buenas noticias en especial la de Jesús de Nazaret. Para ello tenemos
que estar convencidos. ¿Lo estamos?
Hasta la próxima
Paco Mira
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