Escribe Paco Mira:
CADA VEZ LO TENGO MÁS CLARO:
SU REINO NO ES DE ESTE MUNDO
Lo llevo diciendo desde hace tiempo. Estamos en un mundo en el que
cada vez se valora menos lo más fundamental del ser humano, como es la vida.
Nos da igual lo que suceda y como suceda. Miramos para otro lado mientras no
nos toca un poco cerquita de donde nos encontramos. Y nos toca de cerca porque
es el país de al lado. Vaya para ellos mi admiración, mi respeto y sobre todo
mi solidaridad. Sin embargo llevamos un tiempo en que en los mares de nuestro
mundo sigue habiendo naufragios y casi nos hemos acostumbrado a ellos; llevamos
tiempo viendo como a los seres humanos se les sigue arrebatando lo más preciado
como son sus raíces, su familia, su hogar, su tierra... y tienen que deambular
en medio de otra marea humana que lo único que hacemos es discutir si tenemos
espacio para ellos. Llevamos tiempo
viendo como los seres humanos siguen muriendo de hambre, cuando hay comida,
pero mal repartida, para todos y cada uno de los que vivimos en este mundo
llamado tierra.
Por eso creo que "su reino no es
de este mundo". Porque el reino de Jesús de Nazaret, ni por asomo, se
parece a lo que nosotros decimos que mimamos. El reino de Jesús es un reino de
Vida, de justicia, de paz, de amor, de alegría... y mi pregunta es si eso se
está dando en todos y cada uno de los países de nuestra tierra. Jesús le dice a
Pilato que si su reino fuera de este mundo hablaría como los de este mundo,
y.... ¡cual largo me lo fiáis, mi querido Sancho!, le dijo el Quijote. ¡Qué
hipócritas somos!. Mientras nos seguimos reuniendo para ver qué podemos hacer,
en vez de hacer sin necesidad de tener que reunirse.
Este fin de semana, en el que conmemoramos
a Santa Cecila, la patrona de los músicos, me gustaría que todo el año
pudiésemos entonar la parte del Himno a la Alegría de la novena sinfonía de
Beethoven. Eso significaría que la alegría está presente en nuestras vidas; me
gustaría entonar una sinfonía del nuevo mundo, como la de Dvorak, porque eso
significaría que el mundo nuevo, lo nuevo de lo que no tenemos o no queremos
tener es posible. O simplemente quisiera vivir en una continua primavera como
Vivaldi. ¡Qué hermoso, sería, que la vida estuviera acorde a la música que nos
toca vivir, irradiando vida, con vida y para la vida!.
Este fin de semana, también, es el
encuentro de las familias en nuestra Diócesis. Por aquí tenemos que empezar.
Tenemos que empezar por inculcar en nuestras familias que la paz, la vida, el
amor, la justicia, la verdad... es posible. Que la convivencia entre todos no es una utopía sino una realidad de la que
todos somos partícipes. ¡Qué bonito sería que nadie hablase en condicional,
sino en presente y con rotundidad!. Eso significaría que las cosas se van
cumpliendo y se van haciendo.
Que bonito es ver como el reino de
Jesús no se sustenta en la fuerza, ni en la violencia, ni en nada que someta al
hombre. Su reino es un reino de verdad que nos hace libres. Un reino de amor en
Dios que nos tiene que hacer amar a los demás porque los consideramos como
hermanos; un reino de justicia solidaria y un reino de libertad responsable,
algo que por el momento nos está quedando muy lejos.
Amigos, creo que otro mundo es posible.
Un mundo donde brille la honradez, el respeto, la igualdad de derechos y
garantías de todos los humanos. La bondad por encima de todo y la ayuda a todo
el que sufre. Si eso es así creo que su reino puede ser el de este mundo.
Tenemos que hacerle sitio, hueco, que tan difícil no es.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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