A PROPÓSITO DE “LA VARÁ DEL PESCAO”
Un escrito de Juan Santana, vecino de Arinaga
“LAS FIESTAS SON EN HONOR
A LA VIRGEN DEL
PINO”
Al
igual que en otra ocasión hice una crítica a la “Varada del pescado”, ahora que
vuelve otro año más, yo no me iba a quedar sin expresar mi opinión.
El
hecho de que pueda gustar a una mayoría, no significa que otros detesten este
tipo de actos, como es el de “la
Varada ”.
Yo
creo que el hecho de divertirse, cosa que me parece de lo más sano, no lleva
implícito otras cosas, que la verdad ya no lo es tanto.
Me
refiero sobre todo a las discusiones que se forman tras haber estado
consumiendo gran cantidad de bebidas alcohólicas.
La
mayoría de estas discusiones terminan en peleas, que si no fuera por los
agentes de Policía y Guardia Civil, amén de guardias de seguridad privada, ya
no sería un acto festivo, sino una batalla campal, con graves consecuencias, no
solo para los que la provocan, porque esos “al fin y a la postre” son los causantes,
pero los que quieren diversión sana son siempre los más perjudicados.
Ya
dije en otra ocasión, que soy hijo y nieto de pescadores, por lo que yo,
respetando a los que le gusten estos actos, que a mí me parece que es
“humillar” la profesión de los que estaban toda la noche remando “con el mar
bajo sus pies y el cielo como techo”, pero con su ropa empapada y tiritando de frío.
Ellos
tenían que ir al atardecer a pescar calamares, utilizándolos como “cebo o
carnada”, saliendo ya de noche hacia el lugar donde pescaban, para llegar por
la mañana a la orilla, teniendo que cargarse sobre sus espaldas el pescado y
los útiles para pesar, dispuestos a caminar hasta Agüimes, pero que en caso de
que allí no se terminara la venta, se iban hasta Ingenio, para regresar a sus
casas después del mediodía.
Aunque
no sería justo si no puntualizara que no siempre eran los marineros los
encargados de esta tarea, sino que también habían familias en las que las
mujeres se encargaban del traslado y venta del pescado.
Los
que han tenido como profesión y medio de vida la pesca, tienen que pensar que
la gente que viene de fuera para festejar “la Varada del pescado”, que no conocen la profesión
de marinero, van a decir que lo pasaban de maravilla con las borracheras diarias.
Por
otro lado y en el sentido más estricto de la fiesta de la Virgen del Pino, aunque
piensen que estoy en contra de todo, he de aclarar que estoy agradecido de que
hayan puesto un programa de las fiestas en cada buzón, pero con la mayor de las
modestias por mi parte, quisiera pedir a los organizadores que por favor se
adapten al método de programa tradicional y que no pasa de moda, pues creo que
sobra en la portada la foto de ese caballero, que supuestamente toca el caracol.
Creo
que relegar a la protagonista y motivo de la fiesta a la página cuatro no ha
sido del todo correcto.
Las
fiestas son en honor a la
Patrona de Gran Canaria y no a “San Varada”.
¿Pero
cuándo se ha visto que el caracol se toque en la playa?
No
se hacía ni siquiera en los tiempos de los primeros marineros de Arinaga,
porque no hacía falta con la poca gente que aquí vivía.
Posteriormente,
los que deseaban comprar pescado se iban a la playa, al saber que los barcos
tenían una hora de llegada que solía ser la misma, poco más o menos, si no
surgía ningún contratiempo.
Además,
contaban con una segunda opción, que era la de encargar el pescado a los
propios marineros o también a sus esposas.
Así
que “una cosa para cada sitio” y “un sitio para cada cosa”.
Y
es que el caracol se tocaba solo en los pueblos a los que llegaba el marinero o
los llamados “arrieros”, que lo compraban en la playa para luego “revenderlo” y
sacarse su ganancia.
Antes
de que me juzguen por lo que aquí he querido reflejar, hagan un examen de
conciencia y piensen en las profesiones que tienen o tenían sus padres y
abuelos y compárenla con lo que se le aplica al marinero en este acto, del que
dicen que lo hacían siempre, incluyendo las borracheras y las peleas.
Poniendo
como ejemplo al labrador, que madrugaba en los días buenos, de lluvia o de
otras inclemencias del tiempo, para remover la tierra y plantar papas, por
decir algo.
No
se iban a encontrar muy a gusto si hicieran una fiesta con el espectáculo de
unas personas , que con el “sacho” a cuestas, cayéndose de la borrachera,
comiendo tomates o cualquier fruto de los que el campo da, dejándolos a medio
comer y encima tener que escuchar eso de: ¡Estas cosas las hacía el labrador a
diario!
En
vez de la fiesta de “la Varada
del pescado”, pido a los gobernantes que arreglen una “rampa” y entrada para
los barcos que quedan y que son los de la pesca deportiva, que también es pesca
legal, porque lo que no es de recibo es que cada vez que intentan “varar” su barco,
se juegan la vida por culpa de un golpe de mar.
¿Pero
es que no se han dado cuenta de que las pocas piedras que han colocado cerca de
“Protección civil, ha dejado bastante arena como antaño?
Si
pusieran unas más grandes, como las que se llevaron, se formarían dos playas de
arena, como las que había antes de llevarse las piedras.
Quisiera
finalizar pidiendo perdón, si con estas letras ofendo a alguien, pero si algo
tienen en mi contra, por favor, usen las mismas armas que yo y que son las de
la palabra con libertad y respeto.
Juan
Santana Méndez
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