Escribe Paco Mira:
UFF… CON LAS LEYES NO ESCRITAS: LA ABUELA DE FUERTEVENTURA,
MACEDONIA, ETC...
Hoy nos podemos meter en terreno
pantanoso, porque el evangelio de este fin de semana nos llama a las leyes no
escritas. Pero casualmente no podemos vivir sin ellas. ¡Si es que el evangelio
nos lleva a la contradicción más pura y verdadera!. y sin embargo es una muy
buena noticia. Cuando las cosas no se hacen por convencimiento, la legalidad
manda más que el espíritu con el que se hace.
Parece que fue ayer cuando nos maravillábamos,
muchos, de que el verano ya llegara. Hasta la televisión se encargaba de
ofertarnos la canción del mismo, el tinto correspondiente, el cupón para el
sorteo más millonario, los billetes de
medios de transporte cada vez más baratos y con guerra entre compañías para ver
quien se lleva más clientes... y.... se acabó, casi lo que empezó ayer y hace
de ello sesenta días. Antes de comenzar el verano nos hemos propuesto hacer no
sé cuantas cosas, en casa y fuera de ella, pero ¿cuántas hemos cumplido?
Casi es como una ley no escrita que
dejamos para los tiempos vacacionales aquello que no nos urge, o que quizás sí
nos urja pero: ¡como tenemos tiempo...!¡Uff... las leyes que no se escriben:
¿se cumplen?!. Me gustaría creer que sí. Me gustaría que no tuviésemos que
escribir lo que en la práctica tenemos que hacer: ¿por qué escribir que no hay
que matar, no hay que violar, no hay que robar, que hay que respetar el derecho
a la vida, no hay que insultar, no hay que menospreciar, que hay que respetar y
valorar a otro que es igual que yo, aunque no sea del mismo color o de la misma
raza?. Claro, si no lo escribo, ¿qué pasa?.
Es curioso que ahora que acaba el
verano, que los tiempos de relax se han terminado, lo más probable es que
juremos en hebreo por tener que volver a hacer lo que nos corresponde. Sin
embargo pocas veces damos gracias, quizás a Dios, por ser de los privilegiados
que tienen - también porque se lo han currado y trabajado - aquello que otros
anhelan.
Quiero creer, por ejemplo, que Josefa, la
abuela de Fuerteventura está donde está ahora porque se ha cumplido la ley. Los
fariseos se encargaban de recordar que la ley hay que cumplirla. No niego que
haya que hacerlo, pero sí propongo que cuando hay que cumplir la ley, no seamos
tan inhumanos, como los fariseos, que no tienen en cuenta la condición de la
persona que tiene que cumplirla, y cual es el motivo que le ha llevado a estar
donde está. Josefa quizás sea uno de esos casos.
La ley hay que cumplirla, pero me
gustaría que los "fariseos" actuales se vieran reflejados en las
caras de esos padres macedonios, con niños pequeños en sus brazos intentando
cruzar una frontera que les llene de ilusión, de ganas, de fortaleza... un corazón lo más probable que roto y abatido
por el desencanto y la incertidumbre de no saber hacia dónde y cómo solucionar
su vida, y que ya están pensando que la "ley" les dirá que muchos
tienen que volver de nuevo al país de origen, porque la legalidad es lo que
tiene, con todo lo que ello supone.
Amigos, hay veces que nos quedamos
simplemente con lo que la letra que hay que cumplir dice, pero no somos capaces
de ver la cara de quien nos habla en nombre de esa ley.
Nuestro corazón tiene una capacidad
tremenda para poder hacer lo que otros se niegan o no quieren. Los cristianos
tenemos que tener la capacidad de poder hacer con el corazón algo maravilloso y
es amar. La única ley que al final de nuestros días nos van a pedir si hemos o
no cumplido. No se si Josefa se siente amada por quien le hizo cumplir la ley,
o los que huyen de la guerra por los que son acogidos, pero ¿nosotros?.
No quiero olvidarme del año que hace
que nos dejó, Mons. Ramón Echarren, nuestro querido Ramón.
Hasta la próxima
Paco Mira
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