Escribe Paco Mira:
SI BUSCAS MILAGROS, MIRA:
MUERTE Y ERROR DESTERRADOS
¿Saben? Si comparo ahora (y ya saben que las comparaciones son
odiosas) con hace 30 años, los temas académicos, los estudiantes de antes
tenían una memoria prodigiosa o se aprendían literalmente cosas que quizás
pedagógicamente no fueran muy ortodoxas, o no fueran situaciones de aprendizaje
las más adecuadas o metodológicamente no fueran las más correctas. Sin embargo,
he aquí lo curioso del tema, con el paso del tiempo no se han olvidado. Luego
algo hemos aprendido y a pesar de todos los peros, nos ha servido quizás como
cultura general. Quizás los estudiantes de ahora no tengan esa memoria y quizás
tengan mucha metodología, pero ¿saben mucho?.
Eso es lo que me ha pasado a mí. Quizás
con reminiscencias del paso juvenil por el monacato mendicante, recuerdo que
una de las figuras estelares en la pasarela de los santos, era sin duda
Antonio, aquel que murió en Padua (Italia) y al que han anexionado multitud de
protectorados entre ellos el del matrimonio. En la piedad popular, hay lo que
se llama el Responsorio de San Antonio
que comienza diciendo: ""Si
buscas milagros, mira: muerte y error desterrados". Y es curioso que
un santo al que se le atribuye este responsorio, hoy tiene una actualidad más
vigente que nunca.
Antonio viene a decir casi como el
refranero español que "a mal tiempo
buena cara". Creo que los milagros no son cosas del pasado, sino que
siguen siendo de mucha actualidad. Hoy se siguen dando milagros: milagro es
aquel que con 421 € al mes pueda sacar adelante a su familia durante 30 días al
mes; milagro es aquel que teniendo una enfermedad irreversible, su alegría en
el rostro sea la constante de cada uno de los días; milagro es que las parejas
sigan manteniendo su vitalidad en el amor como el primer día, y muchos más.
Pero en todos estos milagros se da una
constante: la muerte y el error se destierran. La muerte y el error no tienen
cabida en personas que el positivismo, el lado bueno de la vida tiene que
imperar sobre lo malo; en situaciones como las que estamos viviendo en los
tiempos que corremos, de crisis, de ansiedad, de desánimo...milagro es el
optimismo de la gente que a pesar de todas las dificultades no quiere que la
parte negativa de la vida sea el detonante que impere en su quehacer diário.
A nivel de fe, también el desánimo
puede entrar en muchas de nuestras comunidades parroquiales: ¿dónde van los
niños que hacen la primera comunión?; ¿dónde van los padres que tienen
reuniones prebautismales?... "pero
el Reino de los cielos se parece a un hombre que echa simiente, se echa a
dormir y sin saber como, va germinando y crece". (Mc 4, 26). Es casi
como Marta que nos afanamos en exceso por ciertas cosas que si tienen que
suceder lo han de hacer, pero hay que ser optimistas: desterremos la muerte y
el error, lo negativo de nuestra vida.
La grandeza de los milagros, la
grandeza de los santos, no ha sido por haberle concedido el Nobel de alguna
cosa, sino por las cosas pequeñas, por los pequeños granos de mostaza; por ese
dejar caer aquello que puede hacer posible que los demás crezcan.
No nos importe gastarnos en favor de
los demás. No nos importe utilizar nuestro tiempo para sembrar en la tierra de
otros y al mismo tiempo que sembramos también nos abonamos a nosotros mismos;
no tengamos miedo a aprender de muchas de las religiosidades del pasado, que
nos puedan servir en el presente.
Miremos a ese músculo que en su sístole
y diástole, en su encogerse y estirarse nos permite vivir y al mismo tiempo dar
vida. Vivimos con y por el corazón; él es la fuente de nuestros sentimientos
más profundos que son los que dan sentido a nuestra vida. El viernes: sagrado
corazón; el sábado Antonio y el Domingo la mostaza. No se puede pedir más a un
fin de semana.
Felicidades a los Antonios/as.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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