Escribe Paco Mira
DE BODAS
Y PAQUETES DE VIAJES
Creo que es una sana costumbre leer el periódico. Creo que es
una sana costumbre estar informado, por varias cosas, entre otras porque puede
ser una fuente de diálogo mañanero y de contraste de opiniones y eso nos hace
madurar como seres humanos y nos enriquece en el diálogo.
Leer el periódico, a veces, supone el
dejarnos perplejos en muchas cosas: por ideologías, por noticias, por formas de
expresión, etc… y es lo que me ha pasado a mí esta semana: “se ofertan bodas como reclamo turístico”.
Les confieso que he tenido que leer la noticia dos veces. ¡cómo es posible que
alguien desde una agencia de viaje, o un touroperador, concierta una boda en el
mismo paquete que un hotel con todo incluido!
Por eso no lo entiendo y es más me
cuesta entenderlo. No sé quien ha tenido la culpa para llegar a esta situación,
si es que alguien la tiene: la iglesia por no cuidar, mimar o valorar (si es
que no lo hizo) el sacramento del matrimonio; los contrayentes que les da lo
mismo la forma, el lugar y la manera en que se celebra o el resto de los
mortales que amparándonos en un ingreso económico nos da igual la forma en la
que hacemos lo que en teoría tiene que marcar nuestra vidas.
Creo que hay un poco de todo. Los
sacramentos son realidades visibles de lo esencial de nuestra fe: Jesús. Los
sacramentos no son un producto que se compre y que podamos regatear en el
precio como cuando vamos a un mercadillo; los sacramentos no pueden ser
negociados como atracción en una oferta hotelera con todo incluido en el que
ser incluye el matrimonio.
Chapó por quien ha dicho y dice que no
a este tipo de eventos. Maravilloso por quien no cede a presiones económicas y
que va a suponer una pérdida en no sé
qué sector. La fe tiene su espacio determinado, que puede ser otro pero cuando
la intención y convicción de los protagonistas así lo requieran.
Este fin de semana el evangelio de
Marcos (4,36) nos invita a no ser cobardes. Jesús llama, a veces en la
tempestad de la vida, llama cuando los vientos no son favorables, llama cuando
las olas son demasiado altas… y lo único que nos pide es que nos fiemos de él,
que nunca nos abandona, que nunca nos deja a la deriva en un mar agitado,
convulso y quizás revuelto.
Cobardes somos si anteponemos lo
económico a la convicción personal y los sacramentos tienen y deben de estar
por encima de otro tipo de intereses. Hoy la vida nos da infinidad de bandazos
cual barquilla que apenas tiene consistencia. Sin embargo en medio de ese
océano siempre hay un personaje que está con la mano extendida para que no nos
hundamos.
Cobardes somos si nos callamos cuando
alguien amparándose en la libertad de expresión profana un espacio sagrado
alegando en la aconfesionalidad de un estado. Me da pena que gente
universitaria, gente que entiende que la universidad es un foco de cultura
tolerante y de cultura que se comparte y que no es un espacio de libre comercio
cual edad media, que gente que es portavoz
de un partido en una alta institución defienda este tipo de actitudes.
Amigos, llevemos la cabeza bien alta.
Seamos capaces de manifestar que la fe ni se compra ni se vende aunque en otros
momentos históricos diésemos esa imagen. Hoy no. Hoy partimos del
convencimiento de un personaje que nos pide que le sigamos por amor porque él
nos amó primero. Está claro que el amor lo puede todo.
Déjenme terminar con un aliento en la
esperanza. Espero y deseo que nuestra UD ,haga los deberes y esté en el puesto
que le corresponde.
Hasta la próxima
Paco Mira
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