Escribe Paco Mira
¿MONARQUÍA
O
O
REPÚBLICA?
Bueno puesto así en bandeja, creo que la opción y la decisión la
tendría clara. Pero es más, creo que yo no soy el único que plantea esta
disyuntiva. En otro plano hay quien pretende reformar la constitución para que
esta opción sea aún más clara que la actual. Muchos tildan que la que tenemos
no convence porque es impuesta, pero claro, habrá que ver si reformando la
constitución no imponemos también una forma de gobierno.
Hay que decir, también, que la forma que
en la actualidad tenemos no ha ayudado en exceso a que la confianza, la
fiabilidad, el entusiasmo se haya apoderado de los españoles para seguir
apoyando lo que hasta ahora tenemos. Hemos cambiado de personaje, de titulación
y ojalá que ganemos en mayor credibilidad que la que teníamos.
Este fin de semana celebramos también el
día de la monarquía cristiana. Pero una monarquía en la que no habrá una ciudad
que acoja el desfile, no habrá aviones que hagan un vuelo rasante, la legión no
pasará delante de nadie con su mascota la cabra, no habrá saludo a las
autoridades y no se besarán más de mil
manos, no serán celebraciones multitudinarias. La de este fin de semana será
una celebración sencilla, humilde, solidaria, generosa… sencillamente porque
“su reino” no es de este mundo. Porque en el caso de serlo, aún así, no
actuaría como nosotros lo hacemos.
Este fin de semana es Cristo Rey. Un
Cristo cuyo rostro no es el de una banda guerrillera; cuyo rostro no es el de
una Iglesia anclada en tiempos pretéritos y que hoy no tiene sentido. El rostro
del Cristo de la monarquía cristiana, es la foto robot del que está desnudo
porque no llega a fin de mes; del que tiene hambre y acude todas las semanas a
caritas; es la foto del que está en la cárcel por defender la justicia y los
derechos de los más necesitados; es el rostro del que compartiendo y gastando
parte de su tiempo, visita a aquellos que desde el lecho del dolor y del
sufrimiento no pueden disfrutar como los demás; es también la foto robot del
desahuciado al que el banco le ha engañado de una manera miserable, mientras el
banquero se pegaba el gran festín con tarjetas b.
¿Saben?, yo también quiero participar y
ser de ese reino. Quiero ser de esa monarquía que quizás nadie quiera, pero a
la que todos en un momento determinado de su vida acuden. Quizás muchos
pregunten, a la hora de arreglar cuentas, que ¡cuando te vimos en situaciones
que decías que se daban, porque a lo mejor no las han visto…! Y será la hora de
recordar las veces de desnudez personal desde la sinceridad de cada uno (no
para ganar audiencia televisiva), desde la enfermedad que cada uno puede tener,
de las veces que no podía cenar o desayunar porque no tenía comida; de las
veces que he tocado en la puerta de tu casa vendiendo un cactus o una rosa… y
mi apariencia física no era la adecuada y me cerrabas la puerta.
Por eso la monarquía cristiana es una
monarquía viva, de un Jesús de vivos, que camina y comparte con todos y cada
uno de nosotros que estamos vivos. Por eso el salmo 22 nos dirá que “ el Señor es nuestro pastor y…nada nos
puede faltar”.
También es fin de año. Fin de año
litúrgico. No comeremos uvas, al menos en sentido tradicional, ni oiremos
campanas televisivas, pero sí se nos invitará al balance y a los deseos. Es la
hora de echar la vista atrás y pasar las hojas del libro de la vida y recordar
aquello de lo que tengamos que pedir, si no perdón, al menos disculpas. Es la
hora de analizar qué es lo que no tendríamos que haber fomentado. Pero también
es la hora de empezar con ganas una nueva ilusión; empezar con ganas un nuevo
camino, que aunque sea siempre el mismo, lo hagamos como si fuera la primera
vez.
Me apunto a la monarquía cristiana en el
sentido del reino de Jesús y no a la república, que sin tener nada contra ella,
creo que a lo mejor y por el momento no encajaría en este proyecto.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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