viernes, 28 de marzo de 2014

DE CIEGOS, ONCE Y...PERDÓN.



Escribe Paco Mira:

DE CIEGOS, ONCE Y….PERDÓN

            Es curioso como ciertas propagandas que quizás no necesiten de tales, siguen siendo vitales para seguir despertando el interés de los oyentes. La ONCE, que desde aquí quiero enviar mi máxima admiración, ha conseguido ser la “ilusión de todos los días”. Ha conseguido que, con un simple sonsoneto musical, la mayoría de los mortales sigan apostando por una ilusión y si esta es millonaria pues mejor todavía. La Once, quiere hacer ver lo invisible; quiere que veamos que otra forma de vida es posible.

            Este fin de semana, el evangelio nos habla del ciego de nacimiento. Un ciego desterrado por la sociedad de aquella época y arrojado a la vera del camino. Un camino por el que todo el mundo pasa y un personaje al que nadie le hace caso. Un ciego que no ve pero que grita el nombre del Maestro y con insistencia. Lo más probable es que los demás le dijeran que no hiciese ruido, que no gritase, que se callase… pero Jesús, le pregunta qué es lo que quiere. Su fe le ha salvado.
            Esta semana que nos ha dejado el gran Adolfo Suárez, y sin entrar en política, quiero expresar la honradez de un personaje que a pesar de las críticas de los demás, a pesar de señalarlo con el dedo por su pasado, a pesar de que hubiese gente que le dijera que estaba equivocado… siguió en su línea porque estaba convencido de que lo que estaba haciendo era lo que le iba a servir a los demás que iniciaran un camino diferente a lo que estaba establecido. Casi como el ciego de nacimiento. Los demás vieron en él, la obra maravillosa de Jesús de Nazaret.

            Hoy, nosotros, tenemos que buscar la piscina que nos limpie, nos cure y sobre todo la piscina que nos deje claros en relación a los demás. La cuaresma es la gran posibilidad de volvernos a lavar, a curar esa ceguera que quizás desde el nacimiento, o quizás los bultos sociales son los que no nos dejan ver la verdadera realidad a la que hemos sido llamados.
            Hoy la vida está llena de luces y de sombras. Hoy la vida está llena de luz y de cegueras. Algo que no es nuevo, está claro, pero quizás en los tiempos en los que nos movemos son como más acentuados. Tenemos que procurar mirar la luz, tenemos que procurar ver la claridad….tendremos que evitar la oscuridad y para ello hay que lavarse con cierta frecuencia. Insisto en que la cuaresma es el lugar propicio para la purificación, no como los judíos, sino como los cristianos.

            El ciego de la ONCE, siempre está con la sonrisa en los labios, siempre está dispuesto a repartir esa ilusión diaria, siempre intenta que los demás, aunque no les toque el número que han escogido, vuelvan a repetir al día siguiente. No sé cuanto tenemos nosotros de repartidores de ilusiones, de ganas de que aunque no veamos, a veces, la luz al final del túnel, nos levantemos al día siguiente con el mismo ánimo y con las mismas ganas.

            Insisto en la cuaresma como posibilidad de vuelta a la piscina. Jesús le dice al ciego vete y lávate. A nosotros la posibilidad anual nos dice lo mismo, vuelta a la conversión, a iniciar de nuevo un camino, la posibilidad de volver a cargar la mochila de ilusión y de esperanza porque precisamente ese camino no es fácil y está lleno de dificultades. Es por ello que se nos tiene que notar ante y delante de los demás que la realidad en la que nos movemos es la adecuada.

            Por ello me invito y les invito a ir a la piscina. Les invito también a rezar por el párroco, por Suso, que no está pasando por sus mejores momentos. También él, como el ciego, pone su confianza en el Señor.

Hasta la próxima
           

Paco Mira

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar.