Escribe Paco Mira:
DE
CIEGOS, ONCE Y….PERDÓN
Es curioso como ciertas propagandas
que quizás no necesiten de tales, siguen siendo vitales para seguir despertando
el interés de los oyentes. La ONCE, que desde aquí quiero enviar mi máxima
admiración, ha conseguido ser la “ilusión
de todos los días”. Ha conseguido que, con un simple sonsoneto musical, la
mayoría de los mortales sigan apostando por una ilusión y si esta es millonaria
pues mejor todavía. La Once, quiere hacer ver lo invisible; quiere que veamos
que otra forma de vida es posible.
Este fin de semana, el evangelio nos
habla del ciego de nacimiento. Un ciego desterrado por la sociedad de aquella
época y arrojado a la vera del camino. Un camino por el que todo el mundo pasa
y un personaje al que nadie le hace caso. Un ciego que no ve pero que grita el
nombre del Maestro y con insistencia. Lo más probable es que los demás le
dijeran que no hiciese ruido, que no gritase, que se callase… pero Jesús, le
pregunta qué es lo que quiere. Su fe le ha salvado.
Esta semana que nos ha dejado el
gran Adolfo Suárez, y sin entrar en política, quiero expresar la honradez de un
personaje que a pesar de las críticas de los demás, a pesar de señalarlo con el
dedo por su pasado, a pesar de que hubiese gente que le dijera que estaba equivocado…
siguió en su línea porque estaba convencido de que lo que estaba haciendo era
lo que le iba a servir a los demás que iniciaran un camino diferente a lo que
estaba establecido. Casi como el ciego de nacimiento. Los demás vieron en él,
la obra maravillosa de Jesús de Nazaret.
Hoy, nosotros, tenemos que buscar la
piscina que nos limpie, nos cure y sobre todo la piscina que nos deje claros en
relación a los demás. La cuaresma es la gran posibilidad de volvernos a lavar,
a curar esa ceguera que quizás desde el nacimiento, o quizás los bultos
sociales son los que no nos dejan ver la verdadera realidad a la que hemos sido
llamados.
Hoy la vida está llena de luces y de
sombras. Hoy la vida está llena de luz y de cegueras. Algo que no es nuevo,
está claro, pero quizás en los tiempos en los que nos movemos son como más
acentuados. Tenemos que procurar mirar la luz, tenemos que procurar ver la
claridad….tendremos que evitar la oscuridad y para ello hay que lavarse con
cierta frecuencia. Insisto en que la cuaresma es el lugar propicio para la
purificación, no como los judíos, sino como los cristianos.
El ciego de la ONCE, siempre está
con la sonrisa en los labios, siempre está dispuesto a repartir esa ilusión
diaria, siempre intenta que los demás, aunque no les toque el número que han
escogido, vuelvan a repetir al día siguiente. No sé cuanto tenemos nosotros de
repartidores de ilusiones, de ganas de que aunque no veamos, a veces, la luz al
final del túnel, nos levantemos al día siguiente con el mismo ánimo y con las
mismas ganas.
Insisto en la cuaresma como
posibilidad de vuelta a la piscina. Jesús le dice al ciego vete y lávate. A
nosotros la posibilidad anual nos dice lo mismo, vuelta a la conversión, a
iniciar de nuevo un camino, la posibilidad de volver a cargar la mochila de
ilusión y de esperanza porque precisamente ese camino no es fácil y está lleno
de dificultades. Es por ello que se nos tiene que notar ante y delante de los
demás que la realidad en la que nos movemos es la adecuada.
Por ello me invito y les invito a ir
a la piscina. Les invito también a rezar por el párroco, por Suso, que no está
pasando por sus mejores momentos. También él, como el ciego, pone su confianza
en el Señor.
Hasta
la próxima
Paco
Mira
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