Carta al
viento
El Papa de la sonrisa y de los gestos
Las cosas más duras, más fuertes o más difíciles se tratan con una
sonrisa. Muchas divisiones y actitudes
violentas se evitarían con pequeños gestos
que animen a la comprensión y al diálogo.
El papa nuevo, el Papa Francisco,
ha venido con una sonrisa bajo el brazo. El nuevo papa ha hecho tres o
cuatro gestos sencillos, espontáneos, amables,
que lo han empezado a hacer creíble
sin que conozcamos aún su discurso ni su mentalidad. Pero ha estado
simpático y cordial y por ahí se
empieza. En estos pocos días que nos separan de su elección he intentado leer
muchas de sus homilías y discursos como cardenal en Buenos Aires. Me ha
sorprendido su sencillez y su claridad. Hay quienes en la Iglesia utilizan un
lenguaje tan distante que consigue que sólo unos pocos lean sus escritos. En estos días, sin
embargo, todos hemos entendido ese
idioma de los gestos de un papa que pide al pueblo que le bendiga o que se baja del coche a recoger sus pertenecías
y a pagar el hospedaje de un sencillo hotel.
Los que fueron vecinos de Jorge Mario, ahora llamado Francisco, como
el de las Florecillas, cuentan que en su adolescencia tuvo una novia llamada
Amalia. Y que Jorge Mario, a quien ahora llamamos Francisco, llegó incluso a
pedirle que se casara con él. Por lo que se ve que Jorge Mario, como todos los
chiquillos del mundo, probó a enamorase y desenamorarse.
Los padres suelen tener mucha intuición. Y
debió ser que el padre del papa
Francisco se olía que su hijo, a pesar de su aspecto tímido, podría
escalar puestos de importancia en la Iglesia. Por eso le aconsejó con palabras llenas
de sabiduría: "Cuando vayas subiendo, saludá a
todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando". Qué pena que
no todos hayan tenido un padre como el del papa.
Me acordé de algunos
amigos cuando leía las duras palabras
del cardenal argentino a sus curas. Palabras duras en defensa de la ternura. El entonces cardenal
llamó a los sacerdotes a bautizar a los hijos
de las madres solteras y a no ser "los hipócritas de hoy" que
terminan apartando al pueblo de Dios de la salvación. En el Encuentro de
Pastoral Urbana de la Región Buenos Aires, el purpurado dijo que se debe
mostrar "una ternura especial con los pecadores" y los más alejados
porque "Dios vive en medio de ellos". Por ello, lamentó que algunos
hayan "clericalizado a la Iglesia del
Señor"."La llenan de preceptos y con dolor lo digo, y si parece una denuncia
o una ofensa, perdónenme, pero en nuestra región eclesiástica hay presbíteros
que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos
en la santidad del matrimonio".
"Estos son los hipócritas de hoy.
Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la
salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al
remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia
en parroquia para que se lo bauticen", expresó el 2 de septiembre pasado.
Me gusta. Me gusta este talante del nuevo
papa. Más adelante lo conoceremos mejor. Más adelante escucharemos y juzgaremos sus mensajes con más
objetividad. Pero por ahora me queda el
buen sabor de boca de un hombre que, en
nombre de Dios, trae un mensaje optimista: “En el Nombre de Jesús, ha dicho, somos enviados a predicar la Verdad,
a hacer el Bien a todos y a alegrar la vida de nuestro pueblo (Homilía de la misa
crismal). ¿qué más podemos pedir a cinco días de haber sido elegido? Porque
además es un papa que sonríe con bondad… Y casi que bastaría con eso.
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