PEPE, GRACIAS POR CONFIAR EN NOSOTROS
Y se lo decía de verdad y él lo sabía. Los vecinos le tenían un especial cariño y se lo demostraban invitándolo a comer, ayudándolo a costearse el viaje a Santiago cuando fuimos un grupo de la parroquia y de Tamaraceite y, sobre todo, animándolo siempre.
Y él correspondía con un espíritu de servicialidad. Este pasado domingo lo recordé en la misa al leer el evangelio (segundo domingo de adviento): Preparen el camino al Señor, limpien sus senderos. Recuerdo a Pepe, en aquella primera caminata, adelantándose a Dieguito, un hombre mayor, para quitar las piedras que le dificultaban caminar sin tropiezos.
Y cuando le pedía que me ayudara, y fueron muchas veces, siempre aceptaba a la primera:
-Pepe, ¿puedes darle un paseo por la isla a este compañero sacerdote ? (A Francisco el cura chino o a Luis el misionero de África que vino con motivo del Domund hace unos meses)
-Pepe, ¿puedes llevar a Antonio al centro de desintoxicación de Tamaraceite?
Pepe, ¿puedes traerme la comida del Colegio de Agüimes?
Pepe, ¿puedes repartir "El Puente" o los carteles del viaje a Roma?
Es más, cuando hacía lo que le había pedido, siempre me enviaba un sms al móvil en estos o parecidos términos:
-Gracias, Jesús, por confiar en mí.
O sea que, encima, era él quien me daba las gracias.
Lo encontraba rezando en silencio casi cada día en la iglesia. Hasta esta misma mañana. Lo veía en la misa de los sábados y muchos otros días leyendo de una forma pausada, serena , sentida.
Y en las caminatas a las que creo que nunca faltó, echando una mano a Hilario el guía, quedándose atrás, el último, para que nadie se perdiera. Y, desde hace unos meses, hasta el martes pasado, reuniéndose con los adultos que se preparan para la confirmación. Participando siempre con seriedad, con atención, con respeto.
Hasta hace unos meses combatía sus problemas mentales de los que él era consciente, haciendo dibujos que regalaba a los amigos. Muchos de sus dibujos, llenos de pensamientos profundos, de frases que invitaban a la paz, a la alegría o al compartir, están expuestos desde hace un año en el salón parroquial. Porque sirven de ejemplo de esfuerzo y de lucha, porque Pepe fue un luchador.
-Gracias por confiar en nosotros.
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