domingo, 23 de octubre de 2011

DIARIO DE UN CURA ¿UNA HORA ES MUCHO?

DIARIO DE UN CURA
¿UNA HORA ES MUCHO?

Acabo de llegar de Temisas. Casi siempre el regreso, en las horas de la tarde del domingo, lo hago muy pausadamente, en plan paseo. Y más cuando vengo acompañado, como hoy. La tarde se prestaba para disfrutar el paisaje en ambiente de otoño, con  el mar al fondo y  las montañas con trazos muy señalados.  Pocas veces en la semana puedo conducir así, despacito, mirando a los lados, sin necesidad de mirar el reloj o preguntar la hora. Me recuerda –lo he tenido mucho  en la mente  estos días- los momentos vividos en las misiones (Guatemala, Nicaragua, Bolivia o Malawi), donde el tiempo es un regalo para disfrutar sin prisas. Lo dice un refrán africano:  “Ustedes , los europeos, tienen  los relojes, pero nosotros tenemos el tiempo”.
Algún domingo, hoy por ejemplo, acabo muy gustoso la misa de Arinaga y el Cruce pero con una preocupación:
 -¡La misa duró una hora!¡Nada menos que una hora!
Y es que se pone uno a hablar y preguntar a los niños y el reloj te la juega. Cuando te das cuenta, ha pasado una hora o muy poquito menos.
La cosa es que estas misas las disfruto (lo he escrito más veces en este diario) y me gustaría que también la gozaran los que participan en ella. La verdad es que hoy mismo, al acabar en Playa de Arinaga, siete u ocho personas se acercaron a decirme que le había encantado la celebración. Pero… ¿y las otras doscientas personas? A lo mejor no tendría uno que hacerse problema de esto. O a lo mejor, sí. En un tiempo yo defendía las misas de no más de 35-40 minutos. ¿Me estaré haciendo un pesado? ¿O será que poquito a poco uno va valorando estos encuentros con Jesús y la comunidad? Porque  con los buenos amigos  uno pasa dos, tres horas y más y, si se está a gusto, siempre parece más bien poco. Ahora mismo he mirado las fotos que he tomado este fin de semana y resulta que  he pasado unas cuantas horas con un buen número de amigos en diferentes momentos y días: Eli, Luis, Pilar, Dahelire, Ana, Pepe, María, Dámaso, Inma, Carmelo, José María. Mensa, Pilar, Adela, Rita, Paqui, Nicolás y María Jesús (niños), Esteban y María, Óscar y Montse, Conchi, Adela, Carmen, Dulce… Ha sido un precioso fin de semana gracias a estas horas con buenos amigos. Y eso que no aparecen en las fotos Paco o Vero. O  Sara que me dio una inmensa alegría cuando se acercó a saludarme en Vecindario.  Pero también ha sido un inolvidable fin de semana gracias a esas horas que he podido compartir en las misas del sábado con el testimonio misionero de Mariola y el domingo con la alegría y espontaneidad de los niños y la frescura del evangelio del amor. ¿Será muy larga una misa de una hora un domingo? Pienso en este momento que si no hubiera participación, sería mucho tiempo. Pero si los niños y  los jóvenes, como ocurrió hoy, se involucran y cantan y hablan  y se expresan como quieren, una hora está muy bien. ¿O tal vez me equivoco?
En todo caso, haya sido mucho o poco tiempo, ¡bendita la hora de la misa! ¡Y benditas las horas vividas con los amigos! ¿Dónde gastar mejor el tiempo, sin necesidad de mirar el reloj que estando con los amigos y el Señor?
Las fotos cuentan algo…
P. D. Acabo de publicar esta página de mi Diario sin parame a leer nada  y, qué sorpresa, descubro ahora  lo que ya había escrito una feligresa en el blog: 
Fanny: La misa de hoy, la sentí muy especial, el espiritu de Dios estuvo muy presente en todos, como se suele decir, se me erizó la piel, con el amor y alegría que se cantó "alma misionera", ...
de una manera u otra tod@s somos misioneros, en nuestra iglesia, en nuestra familia, en nuestro trabajo.. felicitaciones a Paco, por la hermosa interpretación de las canciones y ....y a Suso por su manera tan especial de llegar a los niños, jovenes y comunidad en general. Buen domingo a todos.
Gracias, Fanny

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