sábado, 26 de febrero de 2011

DIARIO DE UN CURA...EN MADRID

DIARIO DE UN CURA...EN MADRID
      Después de un par de días en Pamplona, de repente me veo en Madrid sin haberlo pensado mucho. Y qué bien me está resultando estos días. Creo que ya estaba necesitando una salida así, contando con el "apoyo logístico" de Victorio que, con su amigo y compañero Juan Ángel se hacen presente en la parroquia. Eso da tranquilidad. Los días en Pamplona sirvieron para ver cómo está la salud de Pedro Perdomo y mía. Y para encontrarse y convivir  uno con otros curas, los navarros, en su viejo seminario  con la comida a sus horas en punto, las conversaciones de casi todo con Pedro y los paseos de noche por el casco viejo de la ciudad. Luego aquí en Madrid han sido días para disfrutar y recordar. Mis dos años de estudiante de teología en Madrid son siempre recordados con afecto. Por eso ahora me ha gustado recorrer las calles cercanas al seminario, entrar a las tiendas de Tirso de Molina, leer el periódico en el metro y observando a la gente que entra y que sale. Me gusta Madrid. Me he quedado en casa de Pino, mi hermana, que hace unas comidas estupendas y me obliga a comer de todo y mucho. Pateé su barrio, Begoña, recordando  sus calles, las tiendas y hasta el modo de hablar de la gente. Anoche cené con José Luis y María José, mis sobrinos. Disfruté con los niños, Andrea y Carlos, que me recibiron con alegría y todo eran preguntas al tío Suso:¿Por qué tienes un diente  "para adentro"? ¿Tú trabajas bautizando? ¿ Mi abuelo también es cura? ¿Tú también eres de Canarias?....
     Por la mañana volví a la Gran Vía y a la Plaza Mayor. Estuve en la misa en la iglesia de San Isidro. Por cierto, sólo unas 20 personas y cada una ocupando un banco para sí sola. Creo que en nuestras parroquias nos juntamos un poquito más. Aunque sólo sea un poquito más.
También he poddo ir al cine que hacía tiempo lo tenía olvidado. Fui a MÁS ALLÁ DE LA VIDA. Cosas de la "deformación profesional". me gustó, me emocionó como corresponde y ahora, después de otro largo paseo (voy a tener más agujetas de mis caminatas por Madrid que de la del otro día de Cruz de Tejeda a Teror). Y todavía, aunque ya mañana regreso a Gran Canaria, espero más sorpresas. No quería marcharme sin ver a Adriana mi "secretaria" de Tamaraceite que estudia Periodismo en Madrid. La llamé y me cuenta que también están por aquí Samanta, Rita, Tania... y otros jóvenes de Tamaraceite. Hemos quedado en cenar juntos. El encuentro será en la salida del Metro Callao. Me recuerda cuando, mientras estudiaba por Madrid y quedaba con esos buenos jóvenes amigos canarios que también estudiaban por aquí: Sergio, David, Elena, Ruth... Siempre quedábamos junto al Oso y el Madroño, El Kilómetro Cero o el Restaurante Zahara que por cierto he visto que ha cambiado de nombre. Madrid me sigue sorprendiendo con muchos "sin techo" en las calles cercanas a Sol, con las tiendas más extrañas con especialidades para todo: Sidrería, Calcetinería, Botonería... Si estuviera Pepe el Escobero o Lidia por aquí pondrán, seguro, una "Rosariorería".  Me llamó esta tarde Augustín el cura polaco con quien comparti casa y trabajo pastoral en Tamaraceite. Regresó de Libia hace unos  días y me contó de lo mal que lo estaba pasando en Trípoli y cómo tuvieron que salir a toda prisa desde allí.
        Creo que una escapada a Madrid cada tres o cutro meses es una buena medicina. Es el mismo medicamento que, a la inversa, usaba cuando, viviendo en Madrid, necesitaba escapar a Gran Canaria con bastante frecuencia.  Bien. Mañana volvemos a la normalidad y lo hago con ilusión. Tengo que agradecer al Obispado que tuvieran el detalle de ofrecerme esta posibilidad. ¿Cómo lo voy a pasar con los "tamaraceiteros" que encontaré después? Bienísimo. Pero eso quedará para la próxima página del Diario. Ahora quiero escuchar al menos un poquito de "La Plaza de la Iglesia" que el otro día hicieron ellas solitas, Dahelire y Elisa. Ese es otro de los muchos regalos que la parroquia me hace.
Desde Madrid, siendo una hora... más. Buenas noches.
     P.D.
    Ya es domingo, acabo de regresar a Gran Canaria y añado que el encuentro con la gente de Tamaraceite me supo a Gloria. Además de adriana que estudia en madrid, estaban Edrei, Paula, Sanmanta, Tania, Rita, Elena de Madrid, Adrián y Raquel. Toda una colección. Y yo, como el abuelo, cenando con ellas en la Gran Vía o sentado en las escaleras de los cines de Callao escuchando sus historias. Que les robaron en el Metro, que quieren apadrinar a dos niños, que Tania se viene a Madrid el próximo curso, que están preparando una fiesta sorpresa para una persona muy querida de Tamaraceite...Lo pasé muy muy bien. Les encontré igual de amables, alegres, espontáneos, divertidos. Un 10 para estos jóvenes.
     Esta mañana fui a misa a la parroquia de San Francisco de Sales, cerca de Cuatro Caminos. Me gustó la hojita parroquial que editan cada semana. La iglesia, abarrotada a las 12, 30; pero es que una hora antes también estaba "hasta la bandera". La liturgia bien llevada, aunque a los jóvenes lectores se les vio que no estaban miuy acostumbrados (igual que nos pasa en nuestra parroquia que, cuando leen se nota la bisoñez o falta de experiencia). La homilía un poco larga que hay un momento que uno desconecta. La gente respondía y cantaba. Se usaba el ambón para las moniciones... Al escribir esto recerdo que siempre me ha percido que sería interesante que los periódicos o las revistas diocesanas hicieran de vez e cuando algunas "críticas" a las celebraciones concretas que se hacen en cada parroquia. Igual que se hace una crítica de una obra de teatro, que también cada semana alguien visitara anónimamente una parroquia y comentara los positivo y negativo de la celebración. Nos ayudaría a mmejorar nuestras celebraciones.
    Termino mi página y mi ausencia de la parroquia por unos días con la sensación de haber aprovechado muy bien este tiempo medio de vacaciones. Ahora, otra vez al tajo.
     

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