DIARIO DE UN CURA. Encadenado
A esta hora de la noche, todas las parroquias del Arciprestazgo están reunidas en Agüimes en la Vigilia de adviento. A esta hora, todos los curas de la zona de Ingenio y Agüimes están celebrando juntos este tiempo de espera. Todos, menos yo. A esta hora casi cincuenta personas de Arinaga y Cruce de Arinaga estarán cantando o rezando... o ya comiendo los churros del momento de convivencia. El cura falta.
Le cuesta a uno, me cuesta a mí, aceptar la limitación de tener que estar en "clausura" por las consecuencias del asma o la bronquitis o lo que sea que me mantiene desde hace bastantes días a un cincuenta por ciento de actividad pastoral. Rectifico enseguida porque he dicho una barbaridad. ¿Entonces los enfermos de larga duración sólo dan el 50 por ciento? ¿Entonces los que, precisamente hoy, celebran el Día Internacional de la Discapacidad no pueden dar su 10 por ciento? Me corrijo: La acción pastoral no está solo cuando uno puede, ágilmente, estar aquí y allí, correr, subir, cantar, animar... También cuando uno, desde estas "cadenas" que me impiden estar donde quisiera comparte con otros que sufren estas y otras mucho más fuertes.

Pero esto no es un resumen equilibrado del día. La perseverancia de Carmen y Adela en tener noticias mías "por si me hubiera pasado algo", las personas de la parroquia, bastantes, que han estado cercanas, cariñosas, ofreciéndose para lo que necesitara; la hermosa, agradable y alegre reunión del Consejo Pastoral tanto en Arinaga antes de ayer como anoche en Cruce de Arinaga; antes cuando pasó Roque, un chico también limitado, que tocó a la puerta y desde la ventana me dijo que sólo quería darme las buenas noches y las gracias por la amistad; y el diálogo con una chica , nieta de Aguedita, me dijo, en el Centro de salud; y el almuerzo extra en casa de mi hermano; y el interesante y breve rato con la gente de Cáritas que estaban atendiendo con mucha amabilidad a Fatimeta y otras personas; y la aceptación de Jeny para llevar las cuentas de Cáritas; y la "seriedad" del niño Alejandro con su "ama" Margarita delante de la imagen de la Virgen; y la cercanía de los curas compañeros: Victorio, José Miguel, Paco, Segundo..poniéndose a disposición si lo necesitara.
De vez en cuando es bueno estar encadenado o en clausura para aprender a aceptar la limitaciones y valorar las pequeñas cosas de cada día. Creo que aquí, a unos kilómetros de ditancia he hecho Vigilia de Adviento con los hermanos de la parroquia que ahora, en Agüimes, estarán quizás acabando la fiesta para volver a sus casas. Buenas noches.
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