sábado, 13 de marzo de 2010

LA VUELTA "APRESURADA" DEL HIJO PRÓDIGO

No me refiero a la vuelta del sacerdote a su parroquia.
Me refiero a la vuelta del hijo que se había marchado de su casa, según la parábola del evangelio que leemos este fin de semana (Lucas capítulo 15).
Cuando uno comete un error, bueno es apresurarse a rectificar.
Cuando uno elige un camino incorrecto, lo más apresuradamente posible hay que cambiar de dirección.
La primera oración de la misa de este domingo (oración colecta) dice: Señor, haz que el pueblo cristiano se apresure con fe viva... a celebrar las próximas fiestas pascuales."
Si es verdad que hemos cometido errores en la vida, que hemos dejado de hacer cosas buenas, que hemos pecado, nuestro Padre Dios está dispuesto a perdonarnos, a acogernos y a abrazarnos como hizo aquel padre de la parábola con su hijo.
Todos estamos o hemos estado alguna vez lejos de Dios, lejos de la Iglesia, lejos de los hermanos. Pero hoy podemos encontarnos en un abrazo fundido de amor y acogida. Apresurémonos a corregir nuestro orgullo, nuestra vanidad o nuestros egoísmos. Dice el evangelio que aquel hijo corrió hasta sonde estaba su padre. Se apresuró. No dejemos las cosas para otro día.


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