domingo, 14 de marzo de 2010

DIARIO DE UN CURA. COSAS DEL SEMINARIO

El próximo fin de semana se celebra el Día del Seminario. Intento vivirlo con mucha esperanza. Con la esperanza de que los seminarios, y el de nuestra diócesis en particular, vuelvan a crecer en número de seminaristas y en calidad humana y cristiana. Al pensar y rezar por el Seminario fácilmente pasan por mi mente los 11 años vividos en el Internado Seminario en Vegueta, Tafira y Granada. También llegan a mi memoria los tres años que me tocaron ser formador del Seminario Menor. Demasiadas cosas para meterlas en las pocas líneas de este diario. Ser cura no parece demasiado atractivo para los jóvenes de hoy. Por eso los seminarios andan tan deshabitados. Me gustaría encontrarme con chicos a quienes anime la idea de trabajar generosamente por los demás, de anunciar el evangelio con sus palabra y con su vida. Me gustaría encontrame con chicos y chicas que se preguntaran cada día lo que Dios quiere de ellos. Pero también pienso que los curas no estamos acertando en la pastoral vocacional. Tal vez hay poco gancho por nuestra parte.
     Este fin de semana, todavía cargando el sueño atrasado del viaje a Venezuela, he disfrutado el reencuentro en la parroquia. Celebré solamente en Cruce de Arinaga ya que Mederico se encargó de las misas de Arinaga aunque estuve en los dos sitios. La parábola del hijo pródigo ofreció materia para rezar, cantar  e incluso comentar con algunos. Hablé con algunas venezolanas  tanto en Arinaga como en Cruce de Arinaga que se alegraron mucho por traerles un detallito de allá y por valorar la belleza de aquella tierra. Al mediodía nos reunimos la familia en "La Meseta", camino de La Pasadilla. Allí escuché "La plaza de la Iglesia". Me encantó el programa y hasta me pareceieron mucho más sueltas las tres presentadoras: Dahelire, Eli y Xaquelina. La entrevista a Mederico, muy interesante y con mucha alegría.
 Ahora, al volver a la casa parroquial, he dialogado un largo rato con Antonio Berriel, el cura de Doctoral y releido el email que el obispo me envió antes de marchar a Venezuela. Se lo leí a Antonio y lo comentamos, como también lo hice ayer con Paco González el cura de Agüimes.
    Quiero terminar mi página de hoy, rezando por el Seminario. E invitando quien lea esto a que se una en l aoración por los futuros sacerdotes. Ésta puede ser una buena oración para cada día de esta semana:

Señor Jesús,que has querido guiar a tu pueblo mediante el ministerio de tus sacerdotes: ¡Gracias por tan preciado regalo a toda la humanidad! Cuida a cuantos has llamado a ser tus pastores y cólmalos con tu Gracia. Fortalece el corazón de aquellos jóvenes que están dispuestos a arriesgarlo todo por Ti para ser testigos de tu misericordia entrañable, para partir, repartir y compartir el pan de la Palabra y de la Eucaristía. Amén.

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