Escribe Paco Mira
EL AQUARIUS ¿ ES BUENO PARA EL
CORAZÓN?
Probablemente todos hemos tenido algún malestar de estómago. Hoy
hay infinidad de remedios. Cuando yo era pequeño, recuerdo que mi abuelo, que
solía tener lo que conocemos como “ardores de estómago” se tomaba bicarbonato,
pero a veces en cantidades industriales. Decía que le aliviaba y que le sentaba
bien. Y es curioso que hoy en día, normalmente no se oye que la gente siga
tomando bicarbonato.
Uno de los productos estrella para los
problemas estomacales es sin duda “Aquarius”; una bebida tonificante, quizás
medio dulzona, pero que los entendidos en ese tipo de problemas de estómago
dicen que “”les sienta la barriga”. Probablemente esto será como todo: a
algunos les viene de maravilla y a otros no les sienta nada bien.
Pero hoy me gustaría reflexionar sobre
el Aquarius, no como bebida que me
reconforta en los problemas estomacales, sino como el espacio o el medio que me
lleva a aliviar las cargas que a veces la suciedad del corazón no me deja ver.
Quiero reflexionar sobre el Aquarios , ese barco que con 629 personas a bordo
se le cierran las puertas en diferentes puertos, en los que cada marinero le
gustaría tener un amor, pero que esas 629 personas, con un solo corazón amoroso
le bastaría para reconocer en los demás el rostro, el corazón – en el mes del
Sagrado Corazón de Jesús – de un tal Jesús de Nazaret.
El recién estrenado gobierno de España,
a través de nuestro presidente, ha dicho que aquí estamos para lo que haga
falta. Ojalá que no sea para subir en el escalafón de las encuestas o para
ganarse las medallas de los votos cuando corresponda. Gestos de este tipo nos
honran y le honran, pero volvemos, de nuevo, a tener que mirar al mar. Decía la
canción “mirando al mar soñé, que estaba junto a tí”. Nosotros, por
regla general no estamos junto a ellos. Necesitamos una solución a la política
migratoria ya. Hoy son ellos, mañana podemos ser nosotros.
El evangelio de este fin de semana, nos
lleva al grano de mostaza. Pequeñas semillas, pequeños gestos… dan como suma
grandes resultados. No hace mucho veía una serie de televisión en la que el
protagonista decía que “por ser católico está lleno de culpas”. Probablemente
a lo largo de la historia nos hemos recreado más en el pecado y en la
culpabilidad que llevan las acciones no muy buenas, que hemos llegado a
afirmar: “por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa”. ¡por
favor: un poco de ternura, de amor, de corazón abierto!.
Probablemente habrá voces que ya digan
que ¿dónde está la Iglesia ante la llegada de los 629 emigrantes?. Me ha
reconfortado que la diócesis de Valencia se ha movilizado ante la llegada;
muchas organizaciones se han ofrecido, más de doscientos ayuntamientos han
dicho que cuenten con ellos…. Sin duda es como el grano de mostaza que se va
plantando y que se contagia para poder llegar a donde tiene que hacerlo. El/los
cristianos tenemos que ser hombres de confianza, puesto que nuestra fe no tiene
que ser de culpabilidad, sino de liberación, pero no una liberación basada en
nuestras fuerzas, sino en ese Jesús que echa la semilla en tierra y espera que
crezca.
Amigos, probablemente pensemos de todo
ante la llegada del Aquarios, pero este barco tiene que ser tonificante para
nuestro corazón, tiene que ser no el que cierre puertas sino que abra sentimientos
evangélicos como signo de que el Reino de Dios está presente entre nosotros.
Hasta la próxima
Paco Mira
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