lunes, 11 de junio de 2018


DIARIO DE UN CURA:
PRESUPUESTOS  
y MEDIO AMBIENTE
Los presupuestos son un tema que trae de cabeza estos días a mucha gente. Los presupuestos del Estado, me refiero. Sobre todo, porque afecta directamente al bienestar de muchas personas. Pero también en muchas familias, se piensa  estos días y cada día en el presupuesto. Una señora me lo contaba así:
“Yo, cada mes, voy a cobrar la pensión y hago varias separaciones: Una  parte, para  la luz y el agua¸ otro montoncito,  para el alquiler;  y el resto, para lo más difícil: Con esos euros que me quedan tengo que intentar comer y hacer  otros  gastos que van apareciendo para  llegar a fin de mes. Se hace muy difícil”
En Cáritas y en la diócesis y las parroquias también hacemos nuestros presupuestos. Todos son importantes porque cada uno, con el montoncito de lo que queda después de pagar lo imprescindible, intentamos resolver el día a día.  Es complicado muchas veces. Y para algunas personas, por desgracia, imposible. 
El 5 de Junio es una fecha importante. Lo digo porque se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente.  Y aquí también hay que hacer un presupuesto, un presuponer. Presuponer que todos vamos a intentar cuidar esta Tierra que nos da de comer y nos ofrece tantos espacios para disfrutar de la Naturaleza. Pero hay quienes no piensan así. No piensan así quienes siguen destrozando la naturaleza, los que utilizan los espacios públicos como vertederos y se quedan tan panchos. 
Ayer me fui a dar un paseo, como tantas veces, por un hermoso parque que hay cerca de donde vivo. El parque tiene unos senderos para caminar o circular en bici. Hay árboles grandes y plazoletas y bancos que invitan a sentarte,  contemplar la Naturaleza y relajarte. Era el Día del Medio ambiente  y quise pasar una hora contemplándola y dando gracias a Dios y a quienes han hecho posible su existencia. Fui  a pasarlo bien, pero lo pasé muy mal. ¿Quién había llevado aquellas bolsas de plástico   enredadas entre las plantas? ¿Quién había dejado allí dos botellas vacías de cerveza? ¿Quién había pintado en el suelo  el nombre de una niña? ¿Qué hacían allí,  al lado de mis pies, cincuenta y cuatro  colillas de cigarros que las fui contando una a una?  ¿ Hay que gastar dinero público para corregir la falta de educación ciudadana?
Los ayuntamientos hacen sus presupuestos y suponen – así debiera ser- que los ciudadanos ponen también de su parte el cuidado, el cariño que les corresponde para que  las calles y plazas y playas estén limpias, libres de plásticos y otros residuos.
Hoy, aquí, en mi diario, un compromiso por mi parte. Eliminar de mi compra las bolsas de plástico. Predicar con el ejemplo el amor a nuestra Tierra.  Y, cada vez que pueda, decirlo también a quien quiera escucharme. Me interesan los presupuestos del Estado y de las familias. Me interesa que el respeto a la Naturaleza entre en los presupuestos de todas las personas.


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