DIARIO DE UN CURA
ENCUENTRO DE JÓVENES EN TÍAS (LANZAROTE)
Me ha
gustado que este año la diócesis haya decidido hacer el encuentro de jóvenes en
Lanzarote. Y me ha gustado que, además, sea en la parroquia de Tías. Allí
estuve de párroco hace muchos años. Tenía yo unos treinta años. Fueron para mí
unos años intensos en los que disfruté mucho. Por cierto que recuerdo algo que
me pareció muy bonito. Yo estaba de párroco en Ojos de Garza. Y casi todos los curas de las parroquias de Telde me acompañaron a Lanzarote para que no me sintiera solo en los
primeros días. D. José Díaz, Antonio Melián, Antonio Parrilla, Pancho López,
Carmelo Ventura… todos ellos viajaron a Lanzarote hasta el pueblo de Tías donde
fui a sustituir a otro buen amigo, Luis Marrero, que ahora está por San
Gregorio de Telde.
Bueno, pues
ahora mismo ando ilusionado con
volver al querido pueblo de Tías
y participar en el encuentro de jóvenes
de Lanzarote, Fuerteventura y Gran
canaria. No quiero perdérmelo. Por eso estos días mi memoria me ha
ido trasmitiendo mensajes de aquellos años en lo que yo, casi
iniciando mi experiencia pastoral, me encontré con un pueblo pequeño,
bonito y lleno de muchísima vida. Sobre
todo de jóvenes. En aquel tiempo, aquella
parroquia era pura juventud. El Junior, un movimiento de
niños y jóvenes, estaba muy presente:
arrasaba. Podíamos decir que toda la juventud de Tías pasó por allí. Y no era
por el cura, que conste. Era por el grupo de jóvenes animadores del Junior que
ponían toda su alma y todo su entusiasmo para que fuera posible que, por
ejemplo los domingos por la tarde, los chicos y chicas del pueblo llenaran el
salón parroquial para hablar, debatir, reflexionar, y jugar. Por recordar
algunos nombres, aunque me vienen muchos más a la memoria, escribo los de Julián,
Paco, Dulce Delgado, Severita y toda una tropa de chicos y chicas inolvidables.
Era el año 1976 y siguientes. La casa
parroquial era “la casa de la Juventud”.
Que lo digan, si no, Inma, Berna, Mari, Marcos, Efi y tantos otros. Hablar de Tías y hablar de jóvenes es
exactamente lo mismo. Por eso, gran
acierto que sea el lugar elegido para este año.
Los
encuentros de Jóvenes, como este que se celebra a final de mes, sirven para muchas cosas. Pero una de las
principales, en mi opinión, es para que
en la Iglesia como en las demás instituciones, nos planteemos seriamente lo que estamos haciendo o casi
mejor, lo que no estamos haciendo con la juventud. Hay que dedicar más tiempo a
ella. Y más ilusiones y más ideas y más dinero. Este año, el encuentro de
Jóvenes tendrá , seguro, consecuencias
interesantes. Me apunto a él.
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