viernes, 8 de junio de 2018

BAJO MI PUNTO DE VISTA

(Escribe Juan Santana)

MÁS DE LO MISMO   

Resulta que la semana pasada estaba prevista una reunión de los pescadores deportivos con el alcalde de Agüimes, pues no dejan bajar  los coches por la rampa para llevar sus barcos, pero tampoco subirlos.
La reunión se haría en la Casa de la cultura de Arinaga, aunque a última hora, el alcalde decidió hacerla en el club de pensionistas, a sabiendas  de que eso traería más confusión y la gente acudiría al lugar donde estaba prevista dicha reunión en un principio.   

Aún así aquello estaba lleno de asistentes, pero sin micro, ni se le escuchaba a D. Óscar Hernández, así que de lo poco que sacaron en claro es que él haría las gestiones ante las autoridades de la Guardia civil, concretamente del “CEPRONA”, porque fueron ellos los que multaron a uno de los barcos.


D. Óscar dijo que presentaría un borrador, pero luego a esperar la respuesta, avisando este que eso tardaría unos meses, por lo que recomendó a los dueños de los barcos que no acudieran a la pesca hasta que la “burocracia” estuviera en marcha.

O sea que durante todo el verano no se podrá ir a pescar, pues se tienen que bajar los barcos por la rampa y de momento está prohibido.

Ahora que en el verano vigilarán la playa los voluntarios de Protección Civil, me pregunto por donde bajarán el barco que ellos poseen y que está destinado a la noble tarea de salvar vidas.  

 La cronología de casos como este se remonta a unos años atrás, cuando pretendían que los barcos de pesca profesional los pusieran en el muelle, junto al restaurante “La Farola”, pero mi padre dijo que él no ponía su barco allí, porque con el nulo respeto que había se lo tiraban al mar sin pasar por la rampa.
A nadie se le esconde que hay más necesidad que nunca, o sea que son pocos los que disfrutan de un trabajo para llevar el producto de su jornal a casa, momento más que necesario para que esos peces que están en libertad sirvan para mitigar el hambre.   

También están vigilando mucho para que no capturen peces pequeños, cosa que me parece bien, pero debían darse un paseo por los grandes supermercados y ver el “infanticidio” que se comete a diario, porque están los expositores bien repletos de peces diminutos y no hacen nada para evitarlo, mirando hacia otro lado.       

Esta playa, a pesar de haber sido fundada por pescadores, son ellos los que sobran, aunque no suspenden la “Vará del pescao” porque es motivo de grandes ingestas de alcohol y eso no procede.  

Y es que los pescadores ya teníamos una rampa por donde bajábamos y subíamos los barcos, pero con la promesa de que podíamos utilizar la que está ahora, derribaron la otra y ya pueden imaginar la veracidad de lo que prometieron a los marineros.

Es una pena que seamos extraños en nuestra propia tierra, pasando de ser “gobernantes a gobernados”.

Nosotros, desde que teníamos fuerza para sostener una caña, ya íbamos a los tomateros y escogíamos la que pensábamos era la mejor caña para que nuestro padre la preparara y nos poníamos ya a pescar, sin pensar en permisos ni carnets para hacerlo, al contrario que ahora, donde los padres ponen en manos de los niños a un perrito para que estén entretenidos y al finalizar el verano lo abandonan a su suerte.  

Por lo aquí expuesto, espero y deseo que todo vuelva a la normalidad, pues en la playa hay sitio de sobra para pescadores y bañistas, pidiendo perdón si alguien se siente ofendido con estas líneas.     

Juan Santana Méndez

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