Escribe Paco Mira:
MUCHO GOLPE DE PECHO, PERO AHORA ¿QUÉ?
Déjenme que les diga FELICES PASCUAS a todos. No es porque
estemos en Navidad, sino porque estamos celebrando el paso de la muerte a la
vida, porque los que creemos en esta maravillosa aventura pensamos que es posible
que otro tipo de historias son reales y maravillosas.
Acabamos la semana santa y
probablemente todos hemos asistido a más de un viacrucis; acabamos la semana
santa y probablemente nos hemos dado más de un golpe de pecho; acaba la semana
santa y probablemente hemos madrugado para coger un buen puesto el jueves
santo, el viernes y quizás no tanto el sábado santo; hemos acabado la semana
santa y probablemente nos hemos inflado a procesiones e incluso alguna saeta
hemos cantado o hemos compartido alguna película que la televisión nos ha
pasado y que no son nuevas…. ¡ cuántas cosas hemos hemos….!
Pero el evangelio de este fin de semana
nos dice que los discípulos estaban con las puertas cerradas por miedo a los
judíos. Hace cincuenta años un gran Papa, Juan XXIII, decía que la Iglesia
tenía necesidad de abrir las ventanas para que la corriente de aire se llevara
todo el polvo. Hoy nuestro Papa Francisco también dice que tenemos que abrir
las puertas, salir, acudir a las periferias, recorrer y embarrarnos con las
orillas de los caminos y ayudar a los que no pueden avanzar con facilidad.
Creo que hoy también estamos con las
puertas cerradas por miedo ¿a qué?. ¿Qué miedo tenemos hoy?. Probablemente
cuando los domingos, a partir de ahora, compartamos la fe, la gente que acuda a
nuestras celebraciones será la misma de siempre, la gente que acuda a las
celebraciones será la misma o quizás menos, ¿qué estamos haciendo mal los
cristianos?.
A veces me pregunto dónde quedan los
golpes de pecho que me he dado en la semana santa. Me pregunto de qué me han
servido todas las carreras para coger un buen puesto y no tener que quedarme de
pie. A veces me da miedo que mi fe se tambalee solamente por el qué dirán y que
los que me vean en la calle no digan que ahí va un verdadero testigo no solo de
Jesús, sino de Jesús resucitado.
Me gustaría que los que nos vieran, no
nos pidieran que les digamos de palabra quién es Jesús, sino que nuestras vidas
sean la mejor palabra.
FELIZ PASCUA
Hasta la próxima.
Paco Mira
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