ESPERANZA TAMBIÉN
SE ESCRIBE COMO JOC
SE ESCRIBE COMO JOC
¡Es lo que tiene la esperanza: la posibilidad de segundas
oportunidades!. Probablemente si viviéramos en situación de provisionalidad
dentro de la esperanza, seguro que las oportunidades de aparecer de nuevo, de
tener nuevos retos, de tener nuevas probabilidades... nos harían vivir mejor
las situaciones por las que la vida en determinados momentos nos oferta.
Eso es el Adviento: la posibilidad de
poder volver a empezar, de allanar lo escabroso, de enderezar lo torcido... de
preparar el camino al Señor. ¡ Cuántas veces pensamos y decimos: "si volviera a nacer..." y es
curioso como Dios, como cualquier Padre, siente la necesidad de volver a
invitar a sus hijos a comenzar de nuevo, a no decirles que el tiempo se ha
acabado, sino que el tiempo que vivimos es el que nos toca y hay que
aprovecharlo.
Esta semana la Palabra de Dios nos
invita a hacer nuestra una nueva actitud que se suma a la de la vigilancia del
domingo anterior, preparar los caminos
para el Señor que viene. Ésta, que es una actitud más activa, la
podríamos desarrollar en dos ámbitos distintos pero complementarios: primero, a
nivel comunitario, al construir entre todas y todos las condiciones de
posibilidad para que este mundo se parezca más al mundo soñado por Dios en la
primera hora de la humanidad. Segundo, a nivel personal, cuando reconocemos con
humildad que hay aspectos de nuestra vida que nos gustaría cambiar pues son
obstáculos que impiden que Dios nos habite plenamente y que sea su modo de
proceder, sus criterios y sus valores los que den sentido y forma a lo que
somos y hacemos. Quisiera invitaros a centrar la reflexión sobre este segundo
nivel que, a la postre, se convertirá en punto de partida para el primero. A
modo de ejemplo, si en nuestros corazones no hemos hecho espacio para el valor
de la justicia, ¿cómo podremos ser constructores de un mundo justo?.
Probablemente es lo que la JOC estuvo
haciendo este fin de semana larguísimo en Gran Canaria. Las Juventudes Obreras
Cristianas son las oportunidades que la vida nos ofrece de que el Adviento
todavía, en el siglo XXI, sigue siendo posible; La JOC es la realidad concreta
de que la esperanza en la Iglesia no está agotada y que todavía sigue siendo
posible; La JOC es la realidad más concreta que todavía hay jóvenes que sienten
y creen que la utopía del Reino sigue siendo posible.
La JOC es la realidad patente que ya
anunciaba Isaías ochocientos años antes de un tal Jesús de Nazaret: que hay que
allanar los senderos y enderezar lo escabroso. Las Juventudes obreras, en su
realidad cotidiana, son la prueba real y fehaciente de que el reino de Dios es
posible en un mundo donde la realidad espiritual no es lo más abundante.
En este Adviento podríamos iniciar un camino de salida de nuestro propio
amor, querer e interés e implicarnos
afectiva y efectivamente en la vida de los otros. Cuando damos cabida al
nosotros, a los rostros y las historias de las personas con las que estamos
llamados a construir el reinado de Dios, aquí y ahora, es posible que el cielo
nuevo y la tierra nueva que nos dice la carta de Pedro sean, más allá de un
anuncio de los bienes futuros, una realidad que alienta nuestra espera.
Muchos de nosotros podemos tener la
tentación de vivir como surfistas, de pensar que en el disfrutar las
sensaciones fuertes que nos genera el estar en la cresta de la ola es
suficiente para tener un horizonte de felicidad. Esta tentación puede llevarnos
a vivir preocupados solamente por el gozo y el placer efímero, por los logros a
corto plazo, por vivir el día a día sin preocuparnos e interesarnos por un
mañana mejor para todos. Hay vida más allá de la Liga de Fútbol y de los Reality
show con las que nos estamos anestesiando.
En este Adviento podríamos atrevernos a bucear e implicarnos en las
transformaciones hondas, tanto a nivel personal como comunitario, que nos
demanda el proyecto de Jesús. La complejidad de la actual situación mundial:
guerras, hambre, fundamentalismos violentos, corrupción, paro, etc., no se
puede solucionar con medidas superficiales, requiere de personas que sean
capaces de escrutar las causas estructurales y que se atrevan a proponer
alternativas, aunque éstas no gocen del favor popular. ¡Qué bueno sería cambiar
la tabla del surf por el oxígeno del evangelio que nos permite entrar en
contacto con la profundidad de la vida!. Estoy seguro que la JOC lo está
intentando. Felicidades por ello.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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