Escribe Paco Mira:
PORFI, UN ALIVIO. GRACIAS
La semana pasada, hablaba de la
televisión y, perdón por ello, esta semana voy a volver hacer lo mismo. No es
que esté pegado a ella, aunque lo parezca, pero quizás por el tiempo en que la
veo, puede ser que aparezcan los programas no que a uno le interesa, pero sí
que uno puede sacar algo de provecho. Esta semana le toca el turno a Risto
Mejide. Confieso que hubo un tiempo que le tenía manía, quizás no fuera muy
evangélico esto. Pero cuando se sentaba en el sillón de Chester hubo
entrevistas muy buenas que me han enganchado. Los protagonistas se desnudaban -
en el buen sentido de la palabra - e incluso se podía aprender de los errores y
aciertos de los invitados.
Esta semana vi la entrevista que le
hizo, en un programa dedicado al amor, a Andrés Aberasturi. Un fenómeno de
persona, gran profesional, gran periodista y comunicador, hombre de radio...
pero al que le vida le dio un toque: tiene un hijo, Cris, que tiene una
parálisis cerebral. En esa entrevista, Risto le preguntaba que qué había pasado
y él empezó a desgranar todas las posibilidades que se le habían pasado por la
cabeza con la intención de dar la respuesta al problema de su hijo: se
preguntaba por qué la vida había sido tan injusta con su hijo; por qué le había
tocado a él; por qué se truncaba la vida de un niño de esa forma y manera; que
dónde estaba Dios al que le preguntó por qué y dijo que solamente había
silencio y que no era capaz de encontrar una respuesta ni en la religión y
menos en Dios.
Les confieso que la entrevista me dejó
tocado. Y me dejó tocado porque muchas de las preguntas que se hacía Alberto se
la hacen miles de padres que tienen un hijo o un familiar en esas
circunstancias. Buscamos respuestas a la inmediatez de la grandeza - a veces
absurda - de la vida. Buscamos el ya de una respuesta que quizás no le vemos la
salida, entre otras cosas, porque nos tocó a nosotros.
Andrés Aberasturi |
Jesús sigue diciendo que nos aliviará,
pero claro, ahora viene la pregunta ¿cómo?. Seguro que Alberto me diría, ya Paco, pero cómo lo hago. Jesús no
habla de quitar la carga a nadie, no es el mago de la tribu, pero sí habla de
aliviar el peso de la carga, de aliviar la tragedia. A veces nos sentimos como
bueyes atados a un yugo que resoplamos cuando la carga es pesada y no
entendemos el por qué.
Dándole vueltas a la respuesta que
Alberto busca, quizás no es que Dios esté escondido y no quiera, quizás, seguro,
Dios está con Cris. Dios está con Alberto en ese agobio de preguntas que buscan
respuesta y que según él no encuentra. Probablemente Alberto buscaba una
respuesta racional a un problema que siéndolo no tiene esa respuesta. Jesús no
quita la cruz, Jesús camina con nosotros, a nuestro lado, tira de las
dificultades con nosotros, siempre a nuestro lado y nunca desde la lejanía.
Todos buscamos la varita mágica que saca
un conejo de una chistera. Jesús no es ese. Jesús cargó con su cruz y sigue
cargando con infinidad de cruces que a lo largo de la vida se van sucediendo en
infinidad de situaciones y momentos como muy concretos. También en el caso de
Alberto Aberasturi y de su hijo Cris. Jesús va con él, carga la cruz con él.
Solo hay que querer verlo y lo encontraremos.
Alberto estoy/estamos contigo. Con los
que buscan como tú. También con los que encuentran, seguro, como tú. Animo.
Hasta la próxima y feliz
verano.
Paco Mira
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