sábado, 15 de abril de 2017

EL CRISTO DE LA PASCUA Y LA ZANGA

Escribe Paco Mira:

EL CRISTO DE LA PASCUA
Y LA ZANGA

        Si el fin de semana pasado les decía que España es un país de refranes, hoy quiero también decir que "un gesto vale más que mil palabras" y esa es la grandeza de la expresividad gesticular del ser humano: cuando no hay palabras, un gesto, un guiño, una mueca... es lo suficiente para que en la mayoría de los casos el que nos ve, se de cuenta de lo que pretendemos, de lo que queremos y a donde hay que ir.

        Y en eso la Iglesia, nuestra Iglesia es especialista. Especialista en simbología que es capaz de dar a entender realidades que si no fuera por los gestos probablemente nadie, a nivel racional, sería capaz de entenderlo. Y esto es tan antiguo como la propia Iglesia. Ya Jesús hablaba en parábolas, y ni más ni menos que para hacer entender que el Reino de Dios está entre nosotros.

        En esta semana santa asistí a un viacrucis arciprestal. Me gustó. Y me gustó porque aunque no lo parezca somos capaces de hacer cosas juntos. Y de hacerlas desde la fe y desde el compromiso que nos une. Y me gustó porque reunió, en algunos momentos, a unas trescientas personas, que por el motivo que fuera se unieron al evento. Y me gustó porque no hemos sentido vergüenza de caminar por las calles de nuestro pueblo, por la avenida principal, cantando, rezando y llevando en medio de la gente a la imagen del Cristo que era el que nos congregaba.

        En nuestra bendita tierra canaria las cartas son un motivo, también, de reunión, de encuentro, de compartir. También, a veces, son motivo de discusión, de enfados pasajeros... y todo por el furor del propio juego que hace que todos queramos tener la razón defendiendo la jugada o la estrategia que empleamos.

        En ese viacrucis, como digo por la avenida principal del pueblo, pasamos por delante de varios bares donde la actividad principal es la zanga o el dominó. Curioso: se practique o no a nivel religioso; se rece o no particular o colectivamente, se acuerde o no uno de los santos cuando las cosas nos salen mal.... pero todos, especialmente los mayores, al paso del Cristo, dejaban la baraja, dejaban el dominó y se ponían de pie y se descubrían, el que lo estaba. ¡Que bonito!

        Y es que el Dios de la vida allá por donde pasa, hace que las situaciones que nos rodean se conviertan de otra manera. El Dios de la vida, que aparece crucificado, hecho una piltrafa, muerto... nos invita a no quedarnos en la oscuridad de la noche, sino a contemplar y transmitir la luz de la vida. y es que cuando dejamos de hacer lo que estamos haciendo, cuando el abuelo deja de jugar a las cartas, cuando el padre se para por la calle y le explica al niño lo que está viendo, cuando la gente al salir del supermercado se para y le saca una foto al Cristo, es que.... no está muerto, ESTÁ VIVO.

        El evangelio de esta Pascua, la buena noticia es que la vida vence a la muerte. Y nos tenemos que echar a correr para anunciarlo, aunque las posibilidades que nos ofrece lo que nos rodea a veces no sean las mejores. María Magdalena, echó a correr. A María Magdalena se le cayó el alma a los pies cuando su "gozo en un pozo" porque lo que iba a buscar no estaba; porque con lo que había vivido y compartido resulta que ahora no tenía sentido.

        Pero no nos olvidemos que "mientras hay vida hay esperanza". Y los cristianos tenemos que ser testigos de la esperanza. No testigos de un Cristo desgarrado, humillado y azotado, sino testigos de la esperanza de un sepulcro vacío porque a la vida no se le puede encerrar. Hemos pasado del servicio del jueves, al sacrificio del viernes pero hemos desembocado en la gran fiesta que nos invita a recorrer las calles.


        Una fiesta que tenemos que vivir allí donde estemos: en la zanga, en el trabajo, con la familia, en los ratos de ocio.... Una fiesta llena de esperanza en la que tenemos que preguntarnos si somos portadores del contagio, si los que nos ven son capaces de decir que merece la pena salir de un sepulcro vacío, pero salir corriendo y anunciar que Cristo ha resucitado.

        ¡Que bonito!. Amigos, no nos olvidemos de que no hay que apagar la llama que nos mantiene con esperanza. Cristo ha resucitado y nosotros damos testimonio de ello.

        Feliz Pascua.
     Hasta la próxima

        Paco Mira

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