Escribe Paco Mira
PROGRAMAS ELECTORALES
QUE SE CUMPLEN
QUE SE CUMPLEN
Casi sin pensar, pero me gusta el título. Esta semana que se
acaba resulta que es una semana en la que todos los ojos están mirando para Norteamérica.
Están mirando para un presidente que parece que la gente le tiene un poco de
miedo porque si cumple lo que en su programa electoral decía, pues habrá que
agarrarse. Sin embargo es un presidente que la democracia le ha dicho que le da
una oportunidad o de cumplir lo que ha prometido o de corregir caballerosamente
lo que pueda creer que no es realizable.
Esta semana también se celebraba la
fiesta de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. ¿Saben?. Estamos
en una sociedad en la que la elegancia y el estilo lo hemos ido perdiendo, al
menos los medios de comunicación social, en aras a un tipo de información que
lejos de la realidad nos mantiene la audiencia. Y cuando se trata de comunicar
hay que saber nadar, guardar la ropa y encima tener elegancia. Y en algunos de
los casos los medios de comunicación han hecho que algún presidente no sea todo
lo elegante que se merece.
Me gustaría felicitar a muchos medios
de comunicación porque tienen la elegancia por bandera, el estilo refinado por
uniforme y encima saben llegar al corazón de la gente porque lo que anuncian
merece la pena.
El evangelio de esta semana es casi
como un anuncio electoral. Es casi como el diario programático de cualquier
candidato que se preste a llevar un país, un colectivo o lo que haga falta: las
bienaventuranzas. ¡Me quiero imaginar en Estados Unidos, en cualquier país de
Africa, de Europa con los refugiados a la cabeza, que un candidato comenzase su
programa electoral diciendo Bienaventurados los pobres, los mansos, los que
tienen hambre, los que trabajan por la paz, los que son explotados, los que son
desahuciados, los que son arrojados de su país a la fuerza, los que saltan una
valla, los que son deportados...!
¿Creemos que este programa sería viable
en una campaña electoral?. Pero quizás lo que más me preocupa son los
electores; me preocupa si los que nos consideramos cristianos somos capaces de
votar un partido que tenga esas premisas. Sería maravilloso, seguro que la vida
sería de otra manera y los problemas se solucionarían de otra forma.
Quiero creer que para un partido que
tenga este programa no hace falta una eminencia. Como les dirá Pablo a los de
Corinto, los que tengan un corazón solidario y sean capaces de pensar en los
demás, son los que tienen posibilidades de convencernos que el Evangelio merece
la pena.
Volviendo a los medios de comunicación
social, a los medios que encumbran a un candidato o no, quiero felicitar a los
portadores de Evangelio, a los portadores de buenas noticias. Felicidades a los
que son imparciales y no hurgan en la llaga del herido. Felicidades a todos
aquellos que tienen a la noticia, a la buena noticia, como norma de vida y si
esta se llama evangelio, pues maravilloso.
Cuando veamos que las cosas no salen
como nos gustaría que sucedieran, pongamos la solución mejor para que eso
suceda, pongamos las fuerzas, las ganas de una o de todas las bienaventuranzas;
apliquémoslas en nuestra vida de cada día; seamos capaces de enarbolar la
bandera de todas y cada una de ellas; Tengamos la valentía de señalar con el
dedo a quien no las cumple, pero seamos nosotros los primeros en hacerlo
realidad.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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