Escribe Paco Mira
POLIGRAFO O PREGUNTA
No hace mucho, alguien
preguntaba en la calle a modo de entrevista "cuántos veían esos programas
que algunos consideran basura". Un tanto por ciento bastante elevado decía
que nunca, que cambiaba de canal, que prefería leer, que no veían la tele....
Pero me da la impresión que no decían la verdad. Y lo digo porque en cualquier
tertulia en la que nos encontremos, o en cualquier intercambio de opiniones con
los amigos, lo más probable es que nos conozcamos a todos o a la mayoría de los
personajes que salen en esos programas de "ciertas cadenas privadas a partir de las tres de la tarde". Es
más: incluso podemos dar detalle de que el del viernes tiene otro nombre - el
programa - distinto al de todos los días: claro, por la semana es de diario y
los viernes de de lujo.
He de confesar que yo en alguna ocasión
también lo he visto y por ello puedo hablar para escribir estas letras. Me
repelen este tipo de programas, pero también entiendo que tienen algo, que
hacen que la gente se enganche: es un querer y no poder. Me imagino que el
equipo de Marketing que tienen trabaja día y noche para que la audiencia no
descienda, aunque sea a base del desprestigio, de vender la vida privada, del
insulto, de la descalificación... y todo tiene un precio, un caché, que al
final es lo que cuenta.
En uno de esos días hacen lo que se
llama un "polidelux", es
decir: alguien se somete a una serie de preguntas de entre muchas y una experta
se encarga de dictaminar si lo que dice el interesado es verdad o mentira. Claro
el resultado es para que la audiencia pueda machacar aún más a ciertos famosos
o que alguno de los contertulios se ensañe con el invitado de turno.
Ustedes se preguntarán hoy que qué
tiene que ver esto con el evangelio del fin de semana. ¿Qué pasaría si nos
hicieran un polígrafo y nos preguntaran, quién dice la gente que soy yo?. Me he
planteado en más de una ocasión que si me encuentro con el Jesús que recorrió
los caminos polvorientos de la Palestina del siglo I, y me hiciera la misma
pregunta, pues no sé lo que le respondería o si mi respuesta fuera para quedar
bien delante de él o fuera la sincera y real.
Lo más fácil es hacer la pregunta que
Jesús le hizo a sus amigos, ¿quién dice la gente que soy?.¿Qué dicen los demás
de mí?. Siempre ha sido más fácil decir lo malo de la gente, los defectos, lo
que no nos gusta... que lo bueno, las cualidades, las grandes virtudes. Es
curioso que Jesús no está haciendo una pregunta de teología dogmática, no hace
una pregunta de doctorado en cristología. Hace una pregunta muy sencilla,
¿quién soy para tí?, no para los demás.
Pedro no dudó. Pedro, a pesar de su
cierta ignorancia, no dudó en ningún instante. Confesó lo que creía, porque su
fe le salva, porque siempre ha afirmado lo que otros dudaban, aunque él en alguna
ocasión también llegó a dudar. Si hoy nos pusieran un polígrafo, como los de
esos programas, ¡cuántas mentiras diríamos y eso que nos decimos cristianos y
seguidores de un tal Jesús de Nazaret!. ¡Cuántos detectores de falsedades para
quedar bien delante los demás, o dárnoslas de saberlo todo pitarían en nuestra
contra!.
Afirmar la veracidad de lo que creemos
no es fácil, por eso el propio Jesús nos hace una recomendación: "el que quiera seguirme que cargue con su
cruz....". Está claro que la vida a veces nos da muchos palos. Está
claro que es más fácil negar que afirmar. Ojalá que nunca renunciemos a decir
que Jesús de Nazaret no es un personaje de ficción, sino una realidad en la que
creemos. Ojalá que no encuentren en nosotros un detector de mentiras para
afirmar que Jesús es un personaje que merece la pena.
No nos olvidemos de algo: el deporte es
deporte, no violencia por violencia; la política nunca debe llevar al asesinato
y respetemos las tendencias de cada uno.
Por cierto, teniendo como base el evangelio
de este fin de semana (Lc 9,18), si la gente te/me pregunta , ¿quién dice la gente que soy?, ¿que
respondemos?
Hasta la próxima.
Paco Mira
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