ENCUENTRO DIOCESANO
DE JÓVENES 2016
Buenas.
Hoy les contaré cómo vivimos el Encuentro
Diocesano de Jóvenes, que llevaba consigo el lema “Conecta, conmuévete…
y cambiará el mundo”, celebrado en la Aldea de San Nicolás durante los días
sábado 2 y domingo 3 de abril, aunque nosotros sólo fuimos el domingo.
El
domingo quedamos en la Iglesia del Cruce de Arinaga a las 7:30 para salir todos
juntos en coches diferentes, tal y como se había acordado. Una vez que ya
estábamos preparados para salir, iniciamos la ruta hacia la Aldea.
Al
llegar a Mogán, hicimos una parada en el Parque Nicolás Quesada, situado en
frente del Ayuntamiento del municipio, para desayunar, sacar algunas fotos,
conversar o compartir ideas, opiniones, etc. Se habló acerca del cristianismo, curas,
seminaristas, primeras comuniones, confirmación, la mayoría de edad, los
cumpleaños, etc.
Luego
emprendimos nuevamente el camino hacia el destino marcado. Cuando llegamos a la
Aldea fuimos recibidos en la Iglesia San Nicolás de Tolentino por la
organización del Encuentro Diocesano de Jóvenes.
Estos
nos guiaron al Centro Municipal de Cultura, dónde se llevaría a cabo la
actividad “Mejoramos el mundo”, y que consistiría en la exposición de sus
propias experiencias como “cristianos” de algunas personas con profesiones
distintas: un cura, una enfermera, una locutora de radio, dos profesores, una
monja y un político. Anteriormente, el Coro Parroquial La Aldea cantó una
canción titulada “La sal y la luz” y el Obispo nos dijo en breves palabras que
nosotros, los jóvenes, somos el futuro de las parroquias y que las parroquias
en sí, también nos necesitan. Entre sus experiencias personales, nos contaron
cómo vivían la fe, cómo influyó Jesús en sus vidas, y de política entre otras
cosas. Mereció la pena escuchar estos testimonios ya que traían consigo una
moraleja; “que no nos avergüéncemos de creer en Dios”. Para concluir esta
actividad, mostraron una visualización sintetizada con imágenes de varios
momentos que habían vivido los jóvenes el día anterior.
Posteriormente,
nos acercamos hasta la Ciudad Deportiva Los Cascajos, en la que se celebraría
la Eucaristía presidida por el Sr. Obispo Don Francisco. Junto a nuestro Obispo,
había seis curas y dos seminaristas. Gracias al Coro Parroquial La Aldea, que
ya habíamos mencionado, la Banda Pasión de la Aldea y algunas anécdotas de
nuestro Obispo, se consiguió que la “misa” fuese más amena, fluida y divertida.
Al acabar la “misa”, pillamos a Don Francisco “in situ” antes de irse a comer,
para hacerle la entrevista que habíamos preparado el viernes anterior en
catequesis, con el objetivo de conocerle un poquito más.
Después,
almorzamos en la plaza de la Alameda, lo que trajimos cada uno, sanwchiches de
chorizo de Teror, queque, golosinas... Seguidamente, disfrutamos bailando,
cantando y brincando con la Charanga La Aldea y música variada.
A
continuación, llegó el momento de irse y fuimos a merendar al McDonnalds del
Centro Comercial Siete Palmas, situado en frente del Estadio de Gran Canaria. Y
por último cada uno se fue a su casa mientras otros visitamos a Suso en la casa
parroquial.
Sin
más, tampoco nos podemos olvidar de algunas anécdotas que hubo. Una de ellas es
que cada vez que nos desplazábamos en coche de un lado a otro, la distancia de
los coches de Adela, Pili y Cita con respecto al de Paco era de “casi 2 km”
(exageradamente), y teníamos que esperar a que llegara para seguir la ruta.
Otra de ellas es que en el momento cuando empezó a sonar la música (en el almuerzo)
se puso a bailar una persona mayor con nosotros, y ésta nos dijo a Paco, a Pili
y a mí; “… pensaron que no iba a poder bailar con ustedes, o que me iba a
marear o algo así; pues no, yo aguanto esto y más…”.
Personalmente,
en primer lugar quiero agradecer a Adela, Paco, Pili y Sita por acompañarnos en
todo momento y que si no fuera por ellos, no hubiésemos podido ir al Encuentro.
En segundo lugar, a los jóvenes del grupo por hacer el esfuerzo de levantarse
temprano, que aunque algunos nos habíamos ido de “marcha” o “de fiesta”, supimos
aguantar el sueño que teníamos y prestar atención a todo lo que veíamos. Y en
tercer lugar, recomiendo a todos los jóvenes, que vayan a estos Encuentros
Diocesanos de Jóvenes para que conozcan a Jesús y algo más de nuestra religión;
y que si tienen la oportunidad de estar en un grupo de jóvenes parroquial,
aprovéchenla porque van a aprender un montón, a vivir muchas experiencias
juntos y sobre todo a conocer gente que estén unidos por la misma razón: Jesús.
Muchas
gracias, y hasta el próximo Encuentro Diocesano de Jóvenes.
Javier Mateo Álvarez García |
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