viernes, 8 de enero de 2016

POR EL BAUTISMO, LA MISERICORDIA SE HACE CARNE, ENTRE OTROS EN ALBERTO INIESTA

Escribe Paco Mira:

POR EL BAUTISMO, 
LA MISERICORDIA 
SE HACE CARNE, 
ENTRE OTROS EN 
ALBERTO INIESTA.

            Hemos comenzado el año y, como todo en la vida, lo hemos hecho por el principio. Parece una patuflada, pero no lo es. Porque si nos fijamos en el calendario, éste, nos va ofertando la ruta a seguir a lo largo del año: el día 1 correspondió a María, como madre de Dios, su conmemoración, su recuerdo como portadora de vida y de la Vida. Hemos comenzado el año acordándonos casi de un imposible, como es la paz, la jornada mundial de oración por la paz. Es increíble que nos acordamos de estos acontecimientos y sin embargo no ponemos el remedio para su cumplimiento. Quizás esta sea la palabra clave, cumplimiento (cumplo y miento). Hemos contemplado, también, la manifestación de Dios al mundo y éste lo ha reconocido en su epifanía o comunmente conocida como la fiesta de los Reyes Magos, que no sabemos nada de ellos. Y ahora, la liturgia nos oferta, el Bautismo de Jesús.

         ¡Qué maravillosa la pedagogía de la Iglesia! El bautismo, el primero de los siete pasos en la vida de fe que el ser humano puede recorrer. El primero sin el que los demás no tienen sentido y además no se pueden administrar sin él. El primero que es la puerta por la que entramos en esta maravillosa aventura de fe, con fe y para la fe. Una puerta que nos abre el camino hacia un misterio maravilloso al que solo se puede contemplar, por mucho que los teólogos se empeñen en querer discutir sobre ello.

         Y en el inicio de este camino, el Papa Francisco, nos propone un año de misericordia. Es curioso como en estas navidades hemos escuchado por dos veces el relato del prólogo de Juan: la Palabra se hace carne y camina con nosotros. ¿Se imaginan cambiar la Palabra por Misericordia?. En el fondo la Palabra es pura Misericordia. Jesús es verdadera misericordia. La palabra misericordia es aquella que acompaña, anima y ayuda a los que necesitan de nuestra credibilidad. Jesús de Nazaret, en su vida terrena, fue pura misericordia por los caminos polvorientos de Israel.

         Este fin de semana acaba la Navidad. Dios acampó entre y con nosotros. Es curioso que el profeta Isaías nos vuelve a recordar que una voz clama en el desierto para preparar los caminos del Señor. Solo se consigue si en nosotros habita la misericordia y si eso es verdad ésta se hace carne y acampa entre nosotros. No solo se hace carne, sino que camina con nosotros, a nuestro lado. Misericordia también es mantener las actividades sociales. Tabita era una de ellas y la hemos dejado apagar.

         El Bautismo no es echar agua en la cabeza de nadie. En la antigüedad la gente se bautizaba después de un largo proceso de conversión y reconocimiento de lo que iba a recibir. Juan nos lo vuelve a recordar, porque tan grande es el poder de Dios que no merecemos desatarle la correa de las sandalias. Juan bautizaba con agua, Jesús nos bautiza interiormente con la misericordia que nos inunda.

         Sería bueno que nos preguntáramos como estamos planteando las catequesis pre-bautismales en nuestras parroquias. Deberíamos preguntarnos cual es la actitud de los padres a la hora de solicitar algo tan serio como entrar a formar parte de un convencimiento y del que tengo que dar razón, servir de ejemplo y poder extenderlo a lo largo de los confines de la tierra.

         Sería bueno que el que pide el bautismo para sí o para un hijo, no sea una petición que sirva para cumplir una tramitación o un expediente más o menos serio. El bautismo tiene que ser fruto de un convencimiento de conversión, de convicción, de realidad. Para ello pidamos la grandeza de la misericordia que se hace carne y camina con nosotros. Como lo hizo Monseñor Alberto Iniesta, al que tuve la oportunidad de conocer en el Pozo del Tío Raimundo. Es curioso que tenemos un futbolista que se llama igual, que nació en el mismo sitio, que nos dio tardes de gloria, como Monseñor a los de Vallecas, porque la Misericordia, después de la conversión del bautismo, está y camina con nosotros.  Nosotros somos testigos y por ello lo predicamos.

      Hasta la próxima.

         Paco Mira

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