Escribe Paco Mira:
POR EL BAUTISMO,
LA MISERICORDIA
SE HACE CARNE,
ENTRE OTROS EN
ALBERTO INIESTA.
LA MISERICORDIA
SE HACE CARNE,
ENTRE OTROS EN
ALBERTO INIESTA.
Hemos comenzado el año y, como todo en la vida, lo hemos hecho
por el principio. Parece una patuflada, pero no lo es. Porque si nos fijamos en
el calendario, éste, nos va ofertando la ruta a seguir a lo largo del año: el
día 1 correspondió a María, como madre de Dios, su conmemoración, su recuerdo
como portadora de vida y de la Vida. Hemos comenzado el año acordándonos casi
de un imposible, como es la paz, la jornada mundial de oración por la paz. Es
increíble que nos acordamos de estos acontecimientos y sin embargo no ponemos
el remedio para su cumplimiento. Quizás esta sea la palabra clave, cumplimiento
(cumplo y miento). Hemos contemplado, también, la manifestación de Dios al mundo
y éste lo ha reconocido en su epifanía o comunmente conocida como la fiesta de
los Reyes Magos, que no sabemos nada de ellos. Y ahora, la liturgia nos oferta,
el Bautismo de Jesús.
¡Qué maravillosa la pedagogía de la
Iglesia! El bautismo, el primero de los siete pasos en la vida de fe que el ser
humano puede recorrer. El primero sin el que los demás no tienen sentido y
además no se pueden administrar sin él. El primero que es la puerta por la que
entramos en esta maravillosa aventura de fe, con fe y para la fe. Una puerta
que nos abre el camino hacia un misterio maravilloso al que solo se puede
contemplar, por mucho que los teólogos se empeñen en querer discutir sobre
ello.
Y en el inicio de este camino, el Papa
Francisco, nos propone un año de misericordia. Es curioso como en estas
navidades hemos escuchado por dos veces el relato del prólogo de Juan: la Palabra se hace carne y camina con
nosotros. ¿Se imaginan cambiar la Palabra por Misericordia?. En el fondo la
Palabra es pura Misericordia. Jesús es verdadera misericordia. La palabra
misericordia es aquella que acompaña, anima y ayuda a los que necesitan de
nuestra credibilidad. Jesús de Nazaret, en su vida terrena, fue pura
misericordia por los caminos polvorientos de Israel.
Este fin de semana acaba la Navidad.
Dios acampó entre y con nosotros. Es curioso que el profeta Isaías nos vuelve a
recordar que una voz clama en el desierto para preparar los caminos del Señor.
Solo se consigue si en nosotros habita la misericordia y si eso es verdad ésta
se hace carne y acampa entre nosotros. No solo se hace carne, sino que camina
con nosotros, a nuestro lado. Misericordia también es mantener las actividades
sociales. Tabita era una de ellas y la hemos dejado apagar.
El Bautismo no es echar agua en la cabeza
de nadie. En la antigüedad la gente se bautizaba después de un largo proceso de
conversión y reconocimiento de lo que iba a recibir. Juan nos lo vuelve a
recordar, porque tan grande es el poder de Dios que no merecemos desatarle la
correa de las sandalias. Juan bautizaba con agua, Jesús nos bautiza
interiormente con la misericordia que nos inunda.
Sería bueno que nos preguntáramos como
estamos planteando las catequesis pre-bautismales en nuestras parroquias.
Deberíamos preguntarnos cual es la actitud de los padres a la hora de solicitar
algo tan serio como entrar a formar parte de un convencimiento y del que tengo
que dar razón, servir de ejemplo y poder extenderlo a lo largo de los confines
de la tierra.
Sería bueno que el que pide el bautismo
para sí o para un hijo, no sea una petición que sirva para cumplir una
tramitación o un expediente más o menos serio. El bautismo tiene que ser fruto
de un convencimiento de conversión, de convicción, de realidad. Para ello
pidamos la grandeza de la misericordia que se hace carne y camina con nosotros.
Como lo hizo Monseñor Alberto Iniesta, al que tuve la oportunidad de conocer en
el Pozo del Tío Raimundo. Es curioso que tenemos un futbolista que se llama
igual, que nació en el mismo sitio, que nos dio tardes de gloria, como Monseñor
a los de Vallecas, porque la Misericordia, después de la conversión del
bautismo, está y camina con nosotros. Nosotros somos testigos y por ello lo
predicamos.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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