LA LUZ QUE VA DELANTE
ES LA QUE ALUMBRA.
Y JUAN SABE MUCHO DE ESO
A veces pienso (porque lo hago de vez
en cuando) que a cierto grupo de personas nos falta valor, coraje, ganas,
energía. Me da la impresión que a las generaciones de ahora, los chiquillos entre
12 y 15 años les debe faltar alguna
vitamina porque les preguntas algo y parece - con perdón - que les falta
fuelle, les falta vitalidad, lo que decía mi abuela, sangre en las venas.
No es muy bueno gritar, pero sí creo
que sea bueno que de vez en cuando exista algo que nos despierte, que nos
espabile, que nos aligere del letargo en el que estamos metidos. Da la
impresión como que hay alguien que lo que pretende es tenernos como los osos en
hibernación.
Quiero imaginarme a un tal Juan. Quiero imaginarme una voz que clama en un desierto. Un desierto como imagen de soledad, de abandono, de no escucharte nadie, de que cada uno va a su "bola" sin importarle la temperatura del desierto, las dificultades por las que se pueda estar pasando, las necesidades particulares y comunitarias que puedan existir... y alguien que esté con el sonsonete en la oreja de allanen los caminos, preparen un camino, que lo escabroso se enderece... Me imagino un Juan loco, abatido, de voz ronca, quizás harapiento y sucio, un Juan que habla para unas arenas que juntas forman el desierto pero que por separado las lleva el viento.
Me quiero imaginar a ese mismo Juan, a
Paco, a Nieves, a Monse, a Pepe, a María José.... a tantos y tantos que hoy en día, también con
la voz ronca, quizás abatidos, quizás no muy bien vestidos, quizás sin trabajo,
quizás con alguna enfermedad en casa que dentro de poco puede ser
irreversible... diciendo que la esperanza no está perdida, que el desierto se
puede convertir en oasis si preparamos un camino a aquel que es la Esperanza y
esta con mayúsculas. Quizás hoy en día hay muchos Juanes que gritando o sin
hacerlo son el testimonio vivo de una realidad que intentamos predicar todos
los días.
Juan, para lograr esto, no necesitaba
mucho. No era de grandes comilonas, (saltamontes) ni de grandes vestidos (piel
de camello), y nosotros pensamos que las apariencias son las que valen en la
vida y que esta nos hacen conseguir aquello que nos proponemos cuando sucede
todo lo contrario. Este martes
también celebramos que la libertad en nuestro país también es posible. Pero una
libertad reglada y asumida por todos. Este martes celebramos que la democracia
es la mejor de las maneras para vivir en armonía. Quizás venga a cuento lo que
Pablo le dirige a la comunidad de Filipos, cuando les dice: "Que su amor siga creciendo más y más
en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores" (Fil 1,4-6). En el fondo, la convivencia
democrática no es más que la armonía entre todos desde el amor. ¡ay cuanto
tiempo perdemos, a veces, en cosas que no favorecen la armonía!. Nunca, en
nombre de nadie, profanemos los valores que nos hicieron llegar hasta donde
estamos.
Amigos ¡qué hermoso es el adviento!.¡
qué bueno la cantidad de cosas que se nos ofertan ante nuestros ojos para poder
llevar a cabo los planes de Dios!. Hoy estamos todos llamados a ser Juanes. A
ser voces que tienen que clamar en un desierto que paradójicamente está lleno
de gente, pero sordos a las realidades más claras de la vida. Estamos llamados
a allanar un montón de colinas que no nos dejan vernos con claridad los unos a
los otros; estamos llamados a desbrozar los senderos llenos de dificultades que
impiden abrazarnos como hermanos.
¿ven como el adviento da un montón de
oportunidades?. Parece que a lo lejos, ya veo Belén, ¿ustedes?
Hasta la próxima
Paco Mira
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