Reflexión de Juan Santana, de Arinaga.
CON LA
MARCHA
Con el título que pongo a esto que
escribo, más o menos correcto, quisiera decir que existen ocasiones en las que
una frase o tan solo una palabra, hacen saltar tus pensamientos, por lo que por
lo menos en mi caso, me gusta escribirlo y compartirlo con los demás, a pesar
de que algunos piensen que es una tontería, pero yo sigo en lo mismo.
En este caso me referiré a nuestros
primeros años de vida, hasta que lo tengamos claro, porque unos pensarán
dedicarse a enseñar a los demás, si sus caudales se vieran desbordados, otros
en ser profesor o profesora y los hay que piensan defender a su patria con las
armas etc.
Ante
todas estas opciones, se tiene que decir aquello de que “el hombre propone y
Dios dispone”, porque una cosa segura es que esos son nuestros sueños y otro
bien diferente es que se hagan realidad, aunque sea como sea, no nos quedará
más remedio que conformarnos con lo que venga.
Por eso, estarán por un lado los
contentos que consigan sus pretensiones, pero por el otro la conformidad de los
que no lograron alcanzar sus aspiraciones.
No
crean que voy a decir lo que yo pensaba ser, ya que de todas maneras mis
pretensiones se vieron truncadas, o por lo menos eso pensaba yo, aunque casi a
la par me vino el pensamiento de que el Señor me quisiera para esto, que es
transmitir a los demás todas las cosas que escribo, porque quizá la visión me
entretendría en otras cosas, pero no vayan a pensar que me estoy echando
flores, porque a donde quiero llegar es a esos que no lograron ser lo que
pensaban y andan siempre en rebeldía contra todo, porque nada les resulta
satisfactorio, teniendo como enemigos al resto de personas de su entorno, los
cuales no son culpables de ese revés que la vida les ha dado.
Así que, “ni todos médicos, ni todos
pacientes”, que de todo tiene que haber en la viña del Señor.
Ánimo y a seguir intentándolo.
Juan
Santana Méndez
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