CARTA AL VIENTO
CARTA ABIERTA AL BUEN
CANDIDATO
En estos días las noticias hablan
de un par de monjas que, al parecer,
apoyan la campaña política de algunos de
lideres catalanes. A mí personalmente no
me gusta nada Sor Lucía. No soporto sus discursos demonizando a unos y poniendo
en el cielo a otros. Todos tenemos algo de ángel y algo de demonios. También Sor Lucía, faltaría más. Y como nadie es
ángel puro, no hay partido que sea
perfecto ni partido que sea el conjunto de todos los males. La vida tiene
bastante más colorido. Nunca se
me ocurrirá aconsejar a nadie a quién debe votar. Y creo que en esta ocasión
que estamos viviendo tenemos que alegrarnos porque, al menos por una vez, la Conferencia episcopal no ha caído en la tentación de dar
“orientaciones ante las próximas elecciones” en donde siempre se les veía el
plumero o lo parecía. Ya es hora de creer que nuestra gente tiene la madurez
suficiente para saber quién quiere que gobierne en su pueblo o en su comunidad.
He estado atento a
escuchar lo que los candidatos han dicho respecto a la Iglesia y, salvo la
tontería de quien propuso prohibir el toque de las campanas de los templos,
creo que lo que muchos han defendido, al menos de palabra, tiene que ver
con lo que habitualmente se predica en las homilías: eliminar la
pobreza, procurar vivienda y trabajo
para todos, mejorar la sanidad pública, suprimir impuestos a los
desfavorecidos, facilitar el acceso a la
Cultura a todos, utilizar energías
limpias, dar prioridad a los mmás empobrecidos. ¿ No les recuerda aquello del evangelio de
Mateo “Vengan a mí, porque tuve hambre y me dieron de comer, estuve enfermo y
me visitaron, estaba desnudo y me vistieron? A mí esta campaña me ha resultado interesante.
Tengo delante las listas de todos los que
se presentan al Gobierno, al Cabildo y los municipios por donde vivo y trabajo y, la verdad, hay mucha gente buena entre
todos estos nombres. Entre ellos estás tú, amigo y buen candidato.
Nos encontramos el otro
día por la calle y me viste así, contento, entusiasmado, como si yo también
estuviera en las listas. Sabes que no, pero las fechas previas a las elecciones
me dan un subidón tremendo. Me alegra ver en postes y periódicos tu cara
sonriente como la de otros candidatos. Y yo disfruto al máximo cada vez que puedo
colocar mi voto pensado en conciencia. Luego pasa que, con el tiempo, a lo mejor me decepciono un poco, pero no
creas. Yo valoro a los políticos de los que me fío y lo digo de verdad, aunque
a veces me haya sentido traicionado.
Me encanta verte, amigo
Candidato, transmitiendo ilusión a la
gente y prometiéndoles todo aquello que
tú sabes que la gente quiere oir y
quiere que se haga. Sé que lo haces de
buena fe. Me han gustado tus quince días
de sonrisas, abrazos y saludos cordiales y no va dicho con ironía. Quince días de sonrisas y abrazos son un
estupendo capital, aunque al final no logres gobernar.
Te
felicito, amigo Candidato, porque estoy seguro que ha sido una campaña dura, de
pueblo en pueblo, de barrio en barrio, intentando decir cosas nuevas, tratando
de que te crean, cantando las verdades de tu partido y ocultando las cosas que
avergüenzan un poco. Al fin y al cabo, la ropa sucia se lava en casa. Te he
visto intentando convencer a quienes te escuchan sin necesidad de
insultar. Has defendido tu programa por todos los medios posibles. Has acumulado en poco tiempo mucho cansancio,
muchísimos esfuerzos y ganas, supongo de
que ya sea domingo y la gente hable con sus voto. Te deseo lo mejor. Le deseo la victoria a
todos los que sé que, desde la ideología que sea, lo que quieren es mejorar la
vida de nuestra gente y en especial de quienes peor lo están pasando. Tal vez
cuando llegue la noche del domingo resulta que no, que no has tenido todo el
apoyo necesario. Si fuera así, buen
Candidato, sé que no desaparecerás del escenario de la lucha, que no volverás la espalda a la realidad. Estoy
seguro de que seguirás luchando desde
otros espacios para intentar que esta
Canarias nuestra sea más justa y más hermosa. Por eso eres el Buen Candidato.
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