domingo, 15 de marzo de 2015

EL 28 DE MARZO SE CELEBRARÁ EL ENCUENTRO DIOCESANO DE JÓVENES DE NUESTRA ISLA 

Será en Agaete de 10  de la mañana 
a 10 de la noche.

CARTA DE NUESTRO OBISPO 

       Queridos Hermanos y Amigos todos: Se acerca la fecha del Encuentro Diocesano de Jóvenes: Me alegra hacerles llegar mi palabra de ánimo, para que todos animemos a los jóvenes que conocemos, o están en nuestros ámbitos familiares, laborales, estudiantiles, para esta ocasión de celebración conjunta. Es ya esta convocatoria que hacemos una verdadera salida misionera a los de casa, y a los que pueden estar en casa, pero un día se alejaron un poco o un mucho. Necesitamos trabajar desde la conciencia de que es toda la comunidad la que evangeliza y educa, y desde la urgencia de que los jóvenes pueden y deben tener un protagonismo mayor. Así lo siente y así nos lo dice el Santo Padre (cf. EG 105-106). 
     Los jóvenes están insuficientemente presentes en la comunidad cristiana, cuando en realidad son una riqueza para la comunidad, pueden aportar planteamientos, ideas y estilo renovadores de muchos de nuestros desencantos y faltas de entusiasmo. La viceversa también es cierta: la comunidad es una riqueza para los jóvenes, les puede aportar sentido de pertenencia, y respuestas a sus expectativas y sus búsquedas, todo ello centrado en una persona, Jesús, Señor y Hermano, Maestro y Amigo. La Iglesia Diocesana, preparando en estos momentos el Plan Diocesano de Pastoral, que bien podría llamarse Plan Diocesano de Evangelización o de Misión, sabe que las preferencias en la salida misionera que responde a la invitación y mandato de Jesús, son sin duda la familia, la juventud y los pobres. Son las cuestiones que salen en todas las conversaciones de nuestros encuentros pastorales, son las preferencias presentes en muchísimos mensajes del Papa Francisco. 
       El cartel del Encuentro Diocesano de Jóvenes muestra cómo en la tierra buena de la Iglesia la mano de Dios va sembrando las semillas de todos los carismas y formas de vida: laicales, sacerdotales, religiosas. Todas, como formas de vida que proceden de la Vida misma de Dios, son sagradas, suyas, y reclaman la respuesta de la consagración de cada uno, la dedicación en cuerpo y alma a aquello que descubrimos en nosotros mismos como regalo del Padre. Un regalo que es fuente de gozo para cada uno, y fuente de vida para los demás: Vida misionera, Matrimonio, Trabajo en el mundo, Sacerdocio, Vida Consagrada. Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación (EG 27). 
          Convocar a los jóvenes es una opción misionera. Puede empezar a transformarlo todo. Nos vemos en Agaete, el sábado 28. Que el Señor nos bendiga con su amor y nos llene de amor mutuo.

  + Francisco, Obispo

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