Escribe Paco Mira
LO QUE DIOS HA UNIDO QUE NO LO SEPARE... LA CUARESMA
Bueno, si me gusta la liturgia es por la capacidad de ese
lenguaje no verbal; ese lenguaje catequético capaz de enseñar a los que creen y
de poder preguntarse los que no creen;
ese lenguaje silencioso, pero con un
ruido maravilloso al mismo tiempo que hace que todo el mundo se interrogue por
infinidad de gestos que no sabemos a qué vienen. Grande es la liturgia.
Esta semana nos vuelve a dar un toque
de atención. Esta semana nos vuelve a poner en la interrogación de nuestro ser
de creyentes para volver a preguntarnos si sabemos o no la lección. Si hemos o
no aprendido a hacer los deberes. Me gustaría reflejar mi rechazo a alguna
cadena de televisión que ha considerado que el mes de febrero es el mes del
amor. Como si lo fundamental del cristianismo (Dios es amor) se redujese
solamente al mes de febrero. Lo rechazo por el afán lejano de realzar una
festividad que no tiene nada que ver con lo que Valentín, el santo, promulgaba.
Valentín pretendía que aquellas parejas
que querían conformar su amor al estilo que Dios quería, no hubiese nada que se
lo prohibiese. ¿Dónde está reflejado hoy, en las cadenas de televisión, o en
los medios de comunicación social el fomentar el estilo que Dios quiere en la
vida de las parejas?.¿No será que quizás en los medios de comunicación social
de hoy en día lo que se fomenta es el escarnio, la infamia, lo rastrero de una
relación de pareja?. Valentín no lo quería ni yo tampoco. Valentín por defender
la honradez y la honestidad del amor de Dios manifestado en el amor de una
pareja, también fue martirizado. ¡Qué diferencia con el Valentín que nos
pretenden mostrar hoy en día!..
Esta semana comenzamos, una vez más, la
cuaresma. Comenzamos una vez más la posibilidad de mirar hacia nosotros mismos,
no como narcisistas sino como cristianos humildes capaces de reconocer errores
y solicitar el amor verdadero de un Padre que nos ama y que nos espera con los
brazos abiertos. Esta semana tenemos la oportunidad de reconocer que en nuestro
corazón tenemos cabida para muchos hermanos nuestros que sufren, por eso les
hacemos sitio en él (Ayuno); esta semana reconocemos o al menos tenemos la
posibilidad de reconocer que compartimos con otros aquello que somos y que
tenemos; que compartimos nuestro ser de honradez y de sinceridad y no
compartimos lo que nos sobra (limosna) y también tenemos la capacidad de
hablar, de comunicarnos, de dialogar con el Padre que nos escucha, pero sobre
todo que nos entiende. ¡Qué bonita la cuaresma!. ¡Que bonito poner disfrutar de
un tiempo que en otro momento de la historia se antojaba triste, melancólico y
lleno de prohibiciones!.
Pero qué mejor aperitivo que la
liturgia de este fin de semana, en la que se nos va hablar de gente necesitada
de encontrarse con Jesús, con su persona y sobre todo con su amor. Se nos va a presentar en la figura de unos
leprosos, de gente con dificultades, errores, equivocaciones, manchas. El Jesús
de esta semana es el que sale al encuentro del necesitado. Es el que tiende la
mano, el que toca... el que nos invita a la limpieza. Los leprosos quedaron
sanos, no porque tuvieran la enfermedad en sí, ni porque Jesús fuese el
curandero de la época. Quedaron limpios porque tuvieron fe en que iban a
quedar.
Quizás a nosotros hoy en día nos falte,
eso: la fe suficiente como para quedar sanados, curados. Nos falte el gps
necesario para encontrar a ese Jesús que nos sale al encuentro y quiere
compartir con nosotros su lenguaje. Quizás nos falte el poder ser como
Valentín, que a pesar de las dificultades, el amor no nos abandona ni lo
abandonamos.
Disfrutemos de la cuaresma, porque las
oportunidades hay que aprovecharlas y esta es una de ellas.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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