lunes, 5 de enero de 2015

MIS MEJORES ALIADOS: CUIDAR BIEN LOS OÍDOS

Cartas al Blog

MIS MEJORES ALIADOS:
CUIDAR BIEN LOS OÍDOS
Escribe Juan Santana

El haber perdido la visión por completo, a mediados del año 1985, ha significado dar al traste con mis proyectos anteriores, pero he procurado siempre elaborar otros nuevos, aunque con arreglo a mi nueva situación.
Puede que suene a “Dibujos animados”, pero he tenido que ir pasando las funciones de los ojos hacia el oído. No es que ahora vea por la oreja, sino que asimilo un sonido con una imagen, ya que al escuchar el canto de un pajarillo, automáticamente sitúo la imagen de cualquier otro que yo tenga en la memoria, porque al no ser ciego de nacimiento, recuerdo la forma que tienen, que alomejor no es la correcta, pero para mí me sirve.

Aunque pueda parecer irónico, son las ventajas de estar disfrutando de visión durante 25 años.

Otro gran aliado es el viento, porque si voy por una calle y de repente me da en la cara, significa que estoy en un cruce de calles.
Si me viene dando el viento en la cara, durante todo el camino y de repente dejas de notarlo, me paro en seco, ya que puede que algún coche aparcado esté delante, aunque puede ser cualquier obstáculo.

Eso mismo te puede pasar con el sol, porque lo notas todo el rato y de buenas a primeras, ya no te da el calorcito ese tan agradable en la cara, por lo cual eso es motivo de buscar que es lo que te impide que el calor siga dando.

     Cuando estás hablando con otra persona, tú ya sabes por ejemplo la estatura que tiene.

Eso se calcula sobre la marcha, ya que no desconoces tu misma altura y en base a eso, cuando la otra persona habla, ya sabes que de la boca hacia arriba hay poca altura, por lo que en relación a tu posición ya sabes si es alta o baja.

Ya sé que es un rollo, pero es lo único que tenemos, aunque sería una falta de educación preguntarle cuanto mide.

Lo más importante para una persona que haya perdido la visión es la de cuidarse el oído. Jamás debería utilizar auriculares y menos aún con la música con volumen alto.

No es que nos cerremos a cal y canto , pero se debe huir de las máquinas , como las que están continuamente perforando las carreteras o en cualquier construcción .

Por eso y por conocimiento de causa , no son aconsejables las verbenas , ya que me vi en una ocasión , con una persona al lado y gritándole para que escuchara lo que le decía , pero haciendo ella lo mismo , porque nosotros no vemos el movimiento de sus labios , para por lo menos descifrar lo que dice .

En cierta ocasión tuve que asistir a la consulta de un otorrino , por tener en uno de mis oídos un ligero ruidito , el cual me ponía de los nervios . El médico pidió a su enfermera que me hiciera una “audiometría” , que para quien no lo sepa , consiste en ponerte unos auriculares y ponerte varios tonos , como pitidos flojos y avisarle , tanto cuando empiezas a escucharlos , como cuando ya no es perceptible por tu oído , pero ella lo va anotando , llevándole así un gráfico al doctor .

Cuando este lo miró , se volvió para decirme que no me preocupara , añadiendo además que con esos resultados yo podía escuchar el ruido que hacía una aguja , al caer al suelo en la habitación de al lado .

No dejo de comprender que se pasó cuatro pueblos , pero lo cierto es que me dio tal confianza que al día siguiente ya no tenía ese problema .

Por eso aconsejo , a pesar de que tengas tu visión , cuides tus oídos , sin castigarlos con ruidos innecesarios .  

JUAN SANTANA MÉNDEZ

Y UNA ANÉCDOTA:

             Una señora que me suele acompañar me dijo una vez: ¿Por qué sabes que estás delante de la iglesia y te santiguas?


         Yo le expliqué lo de santiguarme, pero eso no era lo que a ella le pareciera raro, sino que lo hacía justamente delante de la parroquia, aunque por la acera. Y le dije que las cosas que desprecian los demás, nosotros lo aprovechamos, porque la acera se rebaja en el lugar por donde salen los tronos. Nadie mira hacia abajo, sino al frente. 

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