Escribe
Paco Mira
LA TIERRA SIGUE GIRANDO Y
ESO NOS SIGUE DANDO NUEVAS OPORTUNIDADES
Parece que fue ayer, cuando levantando las copas pedíamos algún
deseo o deseábamos algo mejor para el año que estamos estrenando. Es verdad: la
tierra no nos da tregua; la tierra sigue girando, dando vueltas… sin marearnos
y en el fondo lo que hace es repetir nuestra propia historia, para seguir
dándonos nuevas oportunidades en esta vida, que se me antoja maravillosa. Una
vida a veces cruel, dura, difícil… pero con un montón de oportunidades para que
la hagamos de otra manera.
Hace poquito, el día uno, celebrábamos
el día de la paz. Justo el día de Manuel (Enmanuel) de Dios en cada y con cada
uno de nosotros. Y sin embargo, a veces, actuamos como si Dios no caminase con
nosotros: nos odiamos, nos matamos, las canciones son los silbidos de las
balas, los niños sufren y mueren y parece que miramos para otro lado.
Precisamente el evangelio de este fin
de semana, es el mismo de la Navidad: la Palabra quiere caminar con nosotros.
Una vez más nos insiste hasta la saciedad: no quiero que caminen solos, quiero
caminar con ustedes. Casi como el himno que los hinchas del Liverpool de fútbol le cantan a su equipo: “nunca caminarás
solo”. Dios, casi como ellos, nos canta, nos susurra al oído: la Palabra,
yo me hago como tú, para ser como tú, para caminar contigo. Es maravilloso.
Deberíamos de llenar el pecho de un amor tan grande que cuando fuéramos por la
calle, la gente viera como que éramos dos, porque Dios iba con nosotros.
Pero por si fuera poco, se nos llama en
esta semana, también, a la epifanía; a ser nosotros epifánicos. Se nos invita a
ser los reyes de la manifestación de Dios entre nosotros. Los rasgos típicos de
la cara de los niños cuando ven a sus majestades, tendría que ser la nuestra
todo el año: ilusión, tensión, certeza de que lo que me ilusiona y me tensiona
es verdad. Los magos no son los ilusionistas del evangelio, no son los que
sacan conejos de chisteras, los magos son los que se postran ante la realidad
de su creencia. Son los que buscan; son los que preguntan; son los que se dejan
llevar por la clarividencia de una realidad. A veces lo mínimo de la vida, una
estrella en el firmamento, nos hace caer en la cruda realidad de que la
Palabra, esa que acampa entre nosotros, es alguien humilde, sencillo, envuelto
en la fragilidad de un pañal y que lo encontramos tumbado en un pesebre.
Dios sigue caminando hoy en día en y
con nosotros. Dios nos mira cara a cara y nos invita a que también le
contemplemos. Pero no como el que contempla a un Dios majestuoso, sino a quien
contempla la realidad de la vida. Esa vida por la que brindábamos hace
solamente cinco días. Ofrezcámosle lo mejor de nosotros, nuestra vida: con sus
ilusiones, con sus decepciones, con sus alegrías y con sus tristezas… en el
fondo el Jesús del pesebre no es diferente a nosotros.
Amigos, salgamos a las calles de
nuestro pueblo a disfrutar de la ilusión, no solo de nuestros hijos, sino de la
ilusión de un mensaje que merece la pena. La tierra sigue dando vueltas y nos
sigue ofreciendo oportunidades. Hoy nos invita, con los Magos, a detenernos en
lo humilde y sencillo de un inocente niño, al que hemos llegado por las
pequeñas cosas de la vida.
Agradezcamos que nos deje arrodillarnos
con él y pidámosle para que juntos podamos crear una sociedad y un mundo mejor,
con el que podamos inculcar a nuestros hijos que lo que sus padres luchan es
por un mundo mejor, de justicia, de amor y de verdad. En el fondo, el Reino de
Jesús de Nazaret.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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