Escribe Paco Mira:
YO TAMBIÉN SOY
YO TAMBIÉN SOY
UNO DE ELLOS
No hace mucho un gran amigo me
comentaba que en las cartas que compartía con ustedes no mezclara muchos temas,
pues eso podría llevar a la confusión a la gente. En parte estoy de acuerdo
pero por otro lado no tanto. Y no tanto porque la actualidad es la que a veces
marca nuestro devenir de cada momento. Habrá fines de semana en los que los
acontecimientos no son muchos, pero habrá otros, y creo que este es uno de
ellos, en los que la riqueza de los acontecimientos nos pide paso.
Quiero hacer, en primer lugar, un
homenaje a todos los periodistas. Este fin de semana es San Francisco de Sales.
Quiero hacer un homenaje no solamente a aquellos que dan la cara en la
conflictividad de una noticia, o en jugarse el pellejo por un acontecimiento
determinado. Quiero hacer un homenaje por los que defienden, comunican y
publican la verdad por encima de todo. Por todos los que desde la objetividad
son capaces de transmitir a los demás que la información no está manipulada. Un
homenaje a los que no se recrean con escarnio en la vida de nadie ni por nadie,
sino en los que cuentan la verdad y los demás somos capaces de asumirla como
cierta. Un homenaje a nuestros periódicos, a nuestras radios (en especial a la
de Tamaraceite que con esfuerzo, sudor y alguna lágrima, pero por su propio pie, ha sido capaz de llegar
hasta donde está), a nuestras televisiones que son la cultura y entretenimiento
de muchas personas. Un homenaje a todos los que trabajan, desde los medios de
comunicación social, en favor de la libertad y para la libertad. Por ello, yo
diría que también soy uno de ellos.
También este fin de semana se celebra
la infancia misionera. Algo que parece tan tierno y tan bonito y que parece que
queda como muy lejos. El lema es también yo soy uno de ellos. Los niños hacen y
realizan muchas veces lo que los mayores hacemos como ejemplo para ellos. No le
podemos exigir a los niños aquello que nosotros no somos capaces de dar. No
podemos decirle a los niños que sean solidarios cuando nosotros estamos lejos
de ello. No podemos decirle a los niños que tienen que dar ejemplo a sus amigos
y ser testimonio de una causa, cuando sus padres están a años luz de ello. Los
niños pueden ser misioneros, si nosotros somos capaces de ayudarles a serlo.
Los niños pueden ser misioneros, si nosotros somos los primeros testigos de ese
anuncio que merece la pena y consideramos como válido y eso es así, entonces
podremos decir que Nosotros también somos uno de ellos.
Todo esto viene a cuento con la
liturgia de este fin de semana, "conviértanse
y crean en el evangelio". ¡que fácil puede ser la frase, pero que
difícil el cumplimiento.!. Convertirse y creer, parecen dos partes separadas y
que se pueden cumplir independientemente. Sin embargo lejos de la historia. El
convertirse y creer son dos partes de un todo que indefectiblemente van unidas.
Lo más probable es que el que cree y no se convierte es como intentar
convertirse sin creer. Jesús de Nazaret comienza su misión asumiendo esta
misma, para después aplicarla.
Sin duda que para que los niños sean
misioneros tiene que ver en nosotros la posibilidad de conversión, la
posibilidad de creer en una buena noticia que merece la pena cual periodista
audaz y atrevido. Vivimos en un mundo en el que ciertas actitudes de la vida pueden
tener una cierta dosis de riesgo, pero, bendito riesgo si este merece la pena.
Ojala que seamos capaces de inculcarle a los niños que en la vida las cosas
cuestan, incluso el decir la verdad, por eso la humildad es la norma básica de
la sinceridad de la vida.
Amigos, seamos uno de ellos. Seamos los
primeros misioneros familiares para que sirvamos de ejemplo a los más pequeños.
Si esto lo conseguimos, habremos dado un paso de gigantes.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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