Escribe Paco Mira:
POBRES
SI, PERO… POBRES NO
Hoy, creo que todos los coches,
vienen con un sensor que avisa, cuando damos marcha atrás de la inminencia de
un peligro. Es más, cuanto más nos acercamos a ese peligro más fuerte es el
pitido. Sin duda hay que parar, pues las consecuencias pueden ser
catastróficas. Algo parecido, me da la impresión que es el calendario. De vez
en cuando, aparquemos o no, el almanaque nos manda un pitido, casi siempre
ensordecedor, avisándonos de un peligro inminente.
Este 19 de octubre, como los 364
días restantes, el pitido se hace insoportable, porque hay situaciones en el
mundo que nos tienen que hacer parar y no continuar. Este fin de semana
celebramos (vaya, a veces, forma de hacerlo) el Domund. El día mundial de las
misiones. Estamos en un país, donde parece que la religión es la culpable de
todo (el paro, la falta de iniciativas, la culpable de la crisis, etc…) y da la
impresión que la queremos desterrar al baúl de las catacumbas, al lugar del
cementerio, de la dormición… y sin embargo los misioneros son los primeros que
enarbolan la bandera de la entrega del sacrificio, de la abnegación por los
demás, incluso la muerte que muchos niegan que sea en su propia casa.
Los misioneros son esas personas que
son pobres, que no tienen nada porque de esa manera tienen la capacidad
suficiente como para poder llenar su corazón de todos aquellos que les tienden
una mano para pedirles ayuda. El misionero es aquel que dejándolo todo es capaz
de llenarse de lo más imprescindible, para que la entrega se absoluta.
Un país, el nuestro, donde algunos
se ponen las botas con tarjetas que no son; donde hay unos venerables u
honorables que dicen que no son lo que otros dicen que son y que no desviaron
nada de nada; un país donde la mentira de si te consulto por si quieres ser lo
que el resto de la nación te está diciendo que no, etc… resulta que es, que
somos un país generoso, que somos un país que dejamos lo que tenemos y nos
vamos donde haga falta, con o sin ébola; resulta que somos un país donde lo
religioso tiene una organización llamada caritas o comedores sociales que no
son otra cosa que la prolongación de la misión, de lo que el Papa Francisco
llama evangelización.
Tenemos que ser pobres, pero tenemos
que solucionar a los pobres y eso supone empezar por la pobreza, por la
limpieza interior para acoger al exterior. “den
al César lo que le corresponde….” nos dirán, y …¡cuántas veces nos
prostituimos! Y nos vamos con el mejor postor por aquello de no quedar mal con
nadie. Es curioso como los que mandan, los que a veces tienen la llave de la
solución de muchos problemas, no son los que están al pie del cañón, no son los
que tienen que ponerse unos trajes que a veces sufren filtraciones y nos
peleamos de quien tuvo o tiene la culpa, no son los que aparecen en el
periódico que han muerto de hambre o han sido contagiados por no se sabe qué.
Pablo le dice a la comunidad de
Tesalónica que el esfuerzo sea el amor, que la actividad que hagamos sea la fe,
y que aguantemos los envites de la vida manteniendo la esperanza en el primer
misionero de la historia llamado Jesús. ¡Qué difícil es la fidelidad!. A veces
tenemos que recurrir a imágenes tremendas de injusticias flagrantes. Pero a
veces no le damos a Dios lo que le corresponde ni al César lo que es suyo.
Seamos fieles, seamos consecuentes,
seamos ecuánimes y demos la cara por aquellos que se lo merecen. Los pobres, no
solo nos adelantarán en el Reino, es que además se lo merecen. Dejémonos de
engañar, de robar, de falsos discursos y empecemos a trabajar ya. Pobres sí,
pero pobres no. Ojalá que veamos un mundo de igualdad, donde un parlamento no
discuta si por ayudar a otro, la culpa es tuya o mía.
Amigos, el Domund es tarea de todos.
Hagámosla con el lema de este año “renace la alegría”: no he visto a un
misionero triste, y nosotros que también debemos ser misioneros, a veces, no
tenemos esa cara.
Hasta la próxima.
Paco Mira
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.