Escribe Paco Mira:
¿PARA
QUÉ DESHACER LAS MALETAS?
Siempre se ha dicho que Agosto es el
mes de las vacaciones por excelencia. Y eso que en Agosto refresca el rostro. Me quiero imaginar a los afortunados que
allá por el día 1 de este mes hacían la maleta. Infinidad de cosas que se meten
(que a veces no utilizamos), compras previas que habíamos hecho (los bañadores
del año pasado ya no están a la moda), etc… en definitiva esperanza de que el
mes sea como lo habíamos soñando; ilusión porque las cosas nos salgan como las
habíamos pensado; ganas de disfrutar con los que a lo largo del año no le
habíamos dedicado el tiempo que se merecían… ¿se acuerdan?, pues ya acabó el
mes. Ahora toca hacer lo mismo pero a la inversa.
Yo me pregunto, ¿por qué?. ¿Por qué
tenemos que volver con caras de amargura?, ¿por qué tenemos que tener una
depresión postvacacional?.¿por qué tenemos que perder la ilusión, la esperanza,
el disfrutar de la familia, amigos…?¿acaso no somos los mismos?. En esto creo
que se nos tiene que notar que somos algo diferentes a los demás. No por
altivos, sí por tener un modelo que es la envidia de muchos y muchos nos
tendrían que envidiar por seguir el ejemplo del maestro.
Acaban las vacaciones y comienza de
nuevo el curso: escolar, pastoral, por qué no familiar…. volvernos a replantear
la ilusión, la esperanza, las ganas… a veces, sin duda, con ciertos
sacrificios, por eso nos recordarán este fin de semana que el que quiera
seguirlo, que cargue con la cruz de cada día. Me resulta curioso que cuando
estamos de vacaciones, hasta los pesos mayores parecen plumas: aquella maleta
inmensa, aquella mesa de playa que no sabemos para qué la utilizamos,... y no
protestamos. Comenzamos el curso y el asistir a una reunión, el acompañar a un
enfermito, el llevar a nuestro hijo a la eucaristía… nos parece
insoportable….¡fuerte cruz, Dios mío!.
La vida no es un camino de
tulipanes. Es un camino de cruces que a lo largo de nuestro peregrinar, vamos
llevando, vamos ayudando, nos van pesando, vamos compartiendo… ¡Qué maravilla!
Qué maravilla reconocer que hay cosas que a pesar de la dificultad siguen
siendo hechas con ilusión, con ganas, con esperanza. Las tentaciones para lo
contrario son muchas, por ello nosotros también podremos decir, apártate de mí Satanás. A veces es más
fácil ir con él que renunciar a sus propuestas.
Por eso Pablo, en su maravillosa
carta a Roma, les dice que vivan según la voluntad del Padre. Para muchos, esa
es la cruz. Dios ama, pero exige amor. Decía Agustín esta semana que el que
tiene amor no tiene nada que temer. Quizás nosotros tememos no hacer muchas
cosas porque nos falta algo tan sencillo como amar.
Y precisamente desde el amor, se
puede celebrar lo que se conmemora este fin de semana, el día de la
solidaridad. No debería de existir, porque todos somos hermanos y por ello
somos solidarios entre nosotros. Pero claro falla lo esencial. No amamos lo
suficiente como para ser lo que presumimos, a veces, lo que decimos que somos.
Preparémonos para la fiesta grande
de nuestra isla. Preparémonos con María para iniciar con ganas la nueva
andadura que el curso nos puede deparar y preparar. Seamos fieles como María a
la confianza amorosa de Dios que no pregunta por qué, sino que lo hace.
Ojalá que no deshagamos las maletas
de lo esencial con las que las llenamos al principio de mes.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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