jueves, 7 de agosto de 2014

EN TIEMPO DE MELONES, NI HOMILÍAS NI SERMONES


EN TIEMPO DE MELONES, NI HOMILÍAS NI SERMONES

En tiempo de melones, es decir en verano, que las misas sean más ligeritas, que el cura no se enrolle mucho. Que las homilías sean más cortas. Creo que ese es el el sentido del refrán que leí hace unos días: " En tiempo de melones, ni homilías ni sermones" 
Hace unos días me regalaron un bonito libro de refranes canarios. Este blog les regala hoy un buen número de refranes religiosos, muchos de ellos escuchados en nuestros pueblos. Aquí van:  

Religión y limpieza,
cada cual la que le interesa.

Un mal cristiano,
es mal hijo y mal ciudadano.

Una fe, un Cristo, un bautismo,
esto es cristianismo.

La fe,
no vuelve de donde se fue.

La fe,
sin ojos, ve.

La fe,
mueve montañas.

Donde hay buena fe,
todo se hace bien.

Fe, en el Señor,
en los hombres, no.

Anda en fe,
que Dios te ve.

Hombre de fe,
hombre de bien.

De hombre sin fe,
no me fiaré.

Del cojo y la fe,
no me burlaré.

Fe y verdad,
en el cielo se sabrá.

La esperanza.
es lo último que se pierde.



El amor y la fe,
en las obras se ve.

Con Dios voy,
y mis obras dirán quien soy.

Las obras de caridad,
dicen quien es hombre de bondad.

La caridad,
empieza por casa.

La caridad es silenciosa,
pero no ruidosa.

Caridad con trompeta,
no me peta.

Caridad ruidosa,
vanagloriosa y no piadosa.



La limosna callada,
es la que a Dios agrada.

Dar limosna con tambor,
no agradece Nuestro Señor.

Dar limosna, no empobrece,
y para el cielo enriquece.

Socorrer al pordiosero,
es prestar a Dios dinero

Mejor que juntar las manos para rezar,
es abrirlas para dar.

Bien ora,
quien bien obra.

Una buena acción,
es la mejor oración.

Nunca es más grande el hombre,
que cuando está de rodillas.

Alzar las manos,
solamente a Dios soberano.

Rezar y amar,
no son cosas de forzar.

Si quieres aprender a orar,
entra en la mar.

En la puerta del rezador,
no pongas trigo al sol,
y del que no reza nada,
ni trigo, ni cebada.

Bien reza,
pero mal ofrece.

Dios te guarde de mozo rezador,
y de viejo ayunador.

De rezadores mascullados,
están los infiernos atestados.

Bien reza,
quien en servir a Dios piensa.

No te pese,
de ser algo lo que reces.

El que bien lo sabe,
pronto lo reza.

La oración y la visita,
sabrosa y cortita.

Oración devota y corta,
es la que más importa.

La oración breve,
sube al cielo.

Mucho amén,
echa la misa a perder.

Por falta de un amén,
que no se pierda un alma.

Por decir amén,
¿quién no queda bien?.

Muchas salves y muchos credos,
pero el dinero quedo.

Bueno es el rigor,
pero la misericordia es mejor.

Bruto animal,
es el que no busca deleite espiritual.

En las cosas del espíritu,
quien no avanza, retrocede.

El espíritu noble,
firme como un roble.

Obra acabada,
a Dios agrada.

De buenas intenciones,
está empedrado el infierno.

De buenos deseos no cumplidos,
está el infierno henchido.

La belleza del alma,
nunca se aja.

Después de la tormenta viene la calma,
lo mismo en el cielo que en nuestra alma.

Un alma sola,
ni canta, ni llora.

Corazones quiere Dios,
hígados no.

De donde viene la descomunión,
de allí viene la absolución.

O te confiesas,
o te condenas.

Confiesa y restituye,
que la vida se te huye.


A buena confesión,
mala penitencia.

Confesión obligada,
no vale nada.

Más vale poco pecar,
que mucho confesar.

Los pecados son cadena,
unos eslabones a otros se agregan.

Pecado de mucho bulto,
no puede estar siempre oculto.

Perdón merece,
a quien su pecado escuece.

Pecado callado,
medio perdonado.

Pecado de boca,
pecado de gente loca.

El que esté libre de (pecado / culpas),
que tire la primera piedra.

Tanto peca el que mata la vaca,
como el que le agarra la pata.

A más años,
más pecados.

El sol sale,
para justos y pecadores.

Siete veces al día, peca el justo,
y setenta el injusto.

No es pecado ser pendejo,
el pecado es no querer dejar de serlo.

Capa de pecadores,
es la noche, señores.

Cada día verás,
quien peque y pague.

No es lo mismo de culpar,
aunque cualquier mal haga,
el que paga por pecar,
que el pecar por la paga.

Se dice el pecado,
pero no el pecador.

Odia el pecado,
y compadece al pecador.

A gran pecado,
gran misericordia.

Quitada la causa,
se quita el pecado.

Quien quita la ocasión,
quita el pecado.

Un abismo llama a otro,
y un pecado a otro pecado.

En el pecado,
llevas la penitencia.

No mira Dios el don,
sino la mano y la ocasión.

Amar a todos,
temer a Dios tan solo.

Amor y más amor,
tan solo a Nuestro Señor.

Sólo un temor,
y ése a Dios.


Todos de Dios somos hijos,
buenos y malos, grandes y chicos.


De tú, a Dios le hablo,
y de excelencia a muchos hijos del diablo.

A siervos y a reyes,
da Dios unas mismas leyes.

Mantenga Dios al rey,
que nos hace guardar la ley.

Justicia, de Dios viene,
de los hombres, no la esperes.

Dais por Díos,
al que tiene más que vos.

Cuando Dios amanece,
para todos amanece.

Dios ayuda,
al que mucho madruga.

Más vale al que Dios ayuda,
que al que mucho madruga.

En ayudando Dios,
lo más malo se vuelve lo mejor.

Cuando ayuda Dios,
un pan vale por dos.

Quien con Dios está,
Dios no le abandonará.

Quien con Dios no contó,
que mal contó.

Quien con Dios cuenta,
tiene buenas rentas,
sin compras, ni ventas.

A quien Dios quiere bien,
el viento le junta la leña.

A quien Dios quiere,
bien la casa le sabe.

Cada uno en su casa,
y Dios en la de todos.

Ese es cabal tino,
estar bien con Dios y con los vecinos.

Dios me dé contienda,
con quien me entienda.

O con el mundo o con Dios,
pero no a la par con los dos.

Quien yerra y se enmienda,
a Dios se encomienda.

Buen compañero,
sólo Dios del cielo.

Esa es la desgracia mayor,
no tener de cara a Dios.

Aparcería,
sólo con Dios y con Santa María.

Todo esfuerzo será vano,
si Dios nos deja de su mano.


Lo ordenado en el cielo,
por fuerza se ha de cumplir en el suelo.

El hombre pone,
y Dios dispone.

Solo sucede,
lo que Dios quiere.

No oye Dios,
a quien no le llama.


Para Dios,
no hay nada oculto.

Si lo sabe Dios,
que lo sepa todo el mundo.

Dios, tó lo ve,
y tó lo pué.

Entre la tierra y el cielo,
nada queda secreto.

Secreto es lo que sabemos dos,
Dios y yo.

Confianza, en Dios y poquita,
decía una viejita.

De Dios hay que fiar,
no, de curanderos de Satanás.

Fiar, de Dios,
en otro, no.

Quien en Dios confía,
será feliz algún día.

A toda ley,
ama a tu Dios y sirve a tu rey.



Dios los cría,
y el diablo los junta.

Déme pillos Dios,
tontos, no.

De todo hay en la viña del Señor,
menos uvas.

No hay hombre sin defectos,
sólo Dios es perfecto.

De quien Dios señaló de su mano,
no estés cercano.

Dios nos libre, hermanos,
de los que él señaló con su mano.

Dios te guarde de persona señalada,
y de mujer tres veces casada.

Guárdame Dios del hombre de bien,
que del tunante yo me guardaré.

Dios te guarde de hombre que no habla,
y de can que no ladra.

Dios me guarde de mis amigos,
que ya me cuido yo de mis enemigos.

Dios nos libre,
del hombre de un solo libro.

Dios nos conserve a este señor,
no nos venga otro peor.

Dios te guarde de odioso señor,
y de compañía de traidor.

Dios al humilde sube
y al soberbio hunde

Dios al humilde levanta,
y al orgulloso quebranta.

A cada cual lo suyo,
y a Dios lo de todos.

Nunca cierra el Señor una puerta,
sin antes haber abierto un portón.

Jamás cerró una puerta Dios,
sin que abriese dos.

Dios escribe recto,
con renglones torcidos.

Dios aprieta,
pero no (ahorca / ahoga).



Dios castiga sin dar palos,
a los buenos y a los malos.

Dios descalabra,
sin palo, ni pedrada.


Dios da la llaga,
y da el remedio.

Dios que da la llaga,
da el bálsamo para sanarla.

Dios da la curación,
y el médico se lleva el doblón.

Dios te guarde de lodos al caminar,
y de larga enfermedad.

Dios te dé salud y gozo,
y casa con corral y pozo.

El gozo y la pena,
es Dios quien lo ordena.

En la mayor necesidad,
Dios te acudirá.

Guárdeme Dios,
de lo que no me sé guardar yo.

De está me saque Dios,
que en otra no me meteré yo.

Dios lo hará bien,
y el diablo lo echará a perder.


A Dios se le dan las quejas,
y al diablo las disparejas.

Dejad hacer a Dios,
que hará lo mejor.

El hombre hace,
y Dios deshace.

Lo que de Dios está,
sin duda se cumplirá.

Lo que de Dios esté,
en la mano lo tendré.

El poder de Dios es tal,
que saca bien del mal.

Cuando Dios quiere,
con cielo raso llueve.

Dios queriendo,
sin nubes puede estar lloviendo.


Bien que de Dios no viene,
se deshace como la nieve.


Nada sabe de cuentas,
quien sin Dios las echa.




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